"No me da lo mismo escribir una cosa que otra"
Por Yael Crivisqui
Alexis Comamala (Córdoba, 1979) Es librero. Fue bibliotecario en la Biblioteca Popular de Bella Vista. Integra el grupo de poesía Pan Comido con el cual editó: las plaquetas de poesía Ensayo mi muerte (2007) y El naufragio (2009) y en la antología El día más parecido (Llanto de Mudo, 2008). Participó en los libros: Memorias a escenas: poéticas personales sobre el 24 de marzo (2011), Dieciocho: antología de poetas hombres de Córdoba (Tinta de Negros, 2011), Habitar el grito: poesía y memoria en La Perla (Ediciones del pasaje, 2013) y en Palabras de poetas (Babel, 2013). Ha publicado en distintas revistas: El títere sin cabeza, Árbol de Jítara, en Orizont Literar Contemporan. Permanecen inéditos los libros Cuaderno de Juan Amauta y El libro del cíclope. En narrativa ha publicado en el Corredor Mediterráneo y Grammatikon. Co-organiza el ciclo Corriente Subalterna (poesía, narrativa, dramaturgia y música). Bitácoras: naufragodenoche.blogspot.com.ar y degollandocardenales.blogspot.com.ar
AGENCIA PACO URONDO: ¿Usted se considera poeta?
AC: En mi infancia, un niño que juega solo porque soy único hijo. Sino, juego con mis vecinos del barrio al fútbol. Barrio de clase media baja: Pueyrredón, cerca de Barranca Yaco. Pero, sobre todo, soy lector. Comienzo a leer historietas, a hacer otras cosas, y voy creciendo. En la adolescencia soy otras cosas, estudié técnico electrónico. Estaba parado en otro lugar, creo. Me decepcionó un poco, aún así lo seguí haciendo. Hasta que llegué a estudiar otras cosas: Letras, Comunicación, ninguna terminé. Me considero un buscador más que alguien que es un poeta. No creo en algo fijado, sino en que es un ejercicio, una búsqueda. Una necesidad, la poesía.
APU: ¿De qué trata su primer libro de poesía, “La noticia es el diluvio”?
AC: Y estoy medio ansioso, porque es el primero. Aunque este año voy a sacar dos libros, el primero en Junio,” La noticia es el diluvio”, y el segundo en Octubre o Noviembre.
Este primer libro, lo comencé a escribir en la secundaria, ahí se comenzaron a gestar las primeras ideas. Llegaron a ser como 160 o 180 poemas, bajó a 120 y hoy son 35 poemas. Hay un trabajo, una búsqueda de pensar lo que yo creo es la poesía. Lo que me interesa plasmar como el fin de algo, puede ser, el fin del mundo, puede ser, el fin de una vida, de las cosas que conocemos terrenalmente los hombres. Eso es “La noticia es el diluvio”. Sale, entonces, en Junio junto a otro libro que se llama “El animal no Domesticado” de Laura García del Castaño, con el sello de la editorial que tenemos junto a unos amigos, un grupo poético que se llama “Pan Comido”.
APU: Hablemos entonces de “Pan Comido”…
AC: Venimos trabajando en ediciones de libros desde el año 2003. Salió el libro de un poeta que se llama Ernesto Lisboa Castro, con un pequeño subsello de Pan Comido que se llamaba Ediciones en el patio, y luego, eso se retomo en forma de libro. El grupo siempre ha sacado plaquetas desde que se inició hace 16 años, que se cumplen a mediados de este año más o menos. Se comenzaron sacando plaquetas, pequeños libritos en forma de libreta. A partir del 2008 empezamos con el rumbo de la poesía en formato libro, propiamente dicho. Apostamos a eso, con estos 2 nuevos títulos, ya van a ser 10 títulos que sacamos de poesía. Lo financiamos nosotros con aportes, con una preventa, con una sociedad que tenemos con la gráfica “29 de Mayo”. Cabe aclarar que antes de editores, somos poetas, y por lo tanto, es más compleja la resolución de los libros, porque es como que pensamos mucho, digamos, nos detenemos en los libros que nos llegan. A algunos poetas decidimos no editar, por una decisión conjunta, no porque esto sea mejor o peor, más bien porque hacemos una selección de algo que nos interesa editar en estos momentos. Ahí estamos parados.
APU: ¿Van por el lado también de visibilizar nuevos poetas jóvenes?
AC: Si, el año pasado cuando cumplimos 15 años, hicimos unas mesas de lectura y pusimos a 2 poetas jóvenes: Marcio Olmedo y Camila García Reina. Interactuando con “personas establecidas” como Osvaldo Guevara. Poeta de 80 años, y que hoy está invisibilizado porque no es un tipo que se dedique a estar en los medios, o que su poesía sea considerada por el otro. María Teresa Andruetto y Liliana Lukin, también estuvieron. Y nos pusimos a jugar con ellos. No tenemos un pudor de poner a un poeta joven con un poeta mayor, por así decirlo.
Hace 2 años que no hacemos plaqueta de poesía, pero habíamos puesto poetas jóvenes y ahora editamos a Laura García del Castaño. Tenemos en mente seguir editando a más poetas jóvenes, pero aún no están consolidados sus laburos. Nos han pasado cosas, pero no son libros, porque los mismos poetas no lo consideran cerrado.
APU: Hace poco fui invitada por usted a leer a una jornada muy interesante en el espacio “Escena y Memoria”, uno de los lugares de la ciudad que representa mucho lo qué paso por aquellos años de oscuridad, como es el Archivo Provincial de la Memoria. En ese contexto ¿Cómo se relaciona la poesía con los derechos humanos? ¿Con la memoria, verdad y justicia?
AC: Pregunta compleja. Yo, sobre todo, cuando terminé la secundaria tuve una militancia, no partidaria, en los centros de estudiantes. Me acerque a compañeros poetas, gente que estaba militando ahí y sentí que era posible. Mi poesía particularmente no responde a la coyuntura, ojo tengo una poesía mas coyuntural que la he dado a leer pero no es tan pública y es la que menos me convence, tampoco intimista porque no creo en las escrituras como diarios íntimos, pero si a una apuesta. Como bien decía Giannuzzi, una necesidad, una militancia sobre lo diario para decir, y no en un sentido narrativo. Ahí está mi apuesta, que no tiene que ver, amén de que yo tengo una posición política tomada hoy, con exponerlo en mi poesía todo el tiempo. No hablo de a quien voto y a quien no, sino de un dolor humano en general o el dolor de una época. Ahí está mi pequeño compromiso, digo pequeño, ya que no creo en los grandes compromisos desde la poesía.
APU: Está bueno debatir con los colegas, al menos a mí me gusta. A usted y a otros los considero poetas despiertos, más allá de exponer explícitamente o no sus convicciones en cuanto al terreno ideológico o político. ¿No le parece que todavía hay muchos dormidos? Una camada que tiene mucho de los 90, con eso de no meterme, no tocar ciertos temas. Llegando a convertir la poesía, muchas veces en banalidad.
AC: Si, pasa que si uno se centra en los poetas, particularmente, que actúan en ciertos momentos y en el uso de los medios que hacen, puede sentir eso. Después otra cosa es discutir sobre sus libros, que ahí creo que esta el laburo de cada uno. Nosotros, desde Pan Comido, hemos participado y organizamos, por ejemplo, Habitar el Grito que es un laburo en conjunto que hicimos con la gente del ex centro de detención La Perla y otro colectivo. Ahí apuntamos a trasladar, no las inquietudes políticas o sobre la coyuntura de los derechos humanos, sino algo un poco más abierto. No fijamos una línea. Se laburó la forma de pensar la escritura, a qué responde, si a lo íntimo o a lo privado, o a lo público. Ahí está nuestra apuesta, mi apuesta desde Escena y Memoria, que es donde vengo colaborando hace 5 años ya con Jorge Villegas. En fin, siempre está la discusión, y no creo en el arte por el arte. El poeta Drummond de Andrade, dice que a nadie le importa los problemas íntimos. En parte eso es verdad y, además, también se trata de traspasar lo íntimo, sobre todo para los lectores que se van a dar cuenta que acá pasa otra cosa. Hay otras formas de hacer poesía que no tiene que ver con si es más o menos leída, sino con que son importantes. Igual sí, siempre hay banalización, sobre todo, de lo que se hace.
APU: Me refiero también a la falta de compromiso en el ámbito social. Sobre todo, si nos situamos en la escena local. Porque hay espacios como “Escena y Memoria”, que van más allá del ámbito político del Gobierno de turno, ya que representan la historia, tiene una fuerte connotación, y sin embargo, de la cantidad de poetas existentes en Córdoba vi muy pocos ahí comprometidos, ni siquiera como público.
AC: Sí, pasa por ahí que cuando uno organiza este tipo de ciclos, que implican fuerte compromiso, invitas y te dicen que no. Quizá porque no se sienten cómodos, lógicamente no tienen por qué tener una escritura que hable de los derechos humanos, pero lo mismo no se sienten cómodos. Ahora, los invitas a algo “más amplio” que roza cierta cosa social, y tampoco les interesa. Entonces, haces una reflexión y te das cuenta cuál es la historia. Yo pienso que hay que participar, más allá, que uno escriba sobre margaritas o sobre los perros de la calle, hay que participar del colectivo, fuera de que te caigan bien o no. Yo trato de ir a todas las lecturas que me invitan, a no ser que sea en un lugar que vaya en contra de lo que pienso y hago.
Y también hago una mea culpa. Invité a varios poetas que quizá no fueron por razones personales, obvio. Pero, en mi caso particular en los últimos años he preferido no invitar a varios porque sabía que me iban a decir que no, tal vez, sea un a priori mío y no lo tenga que hacer, no sé. Quizá ir hacia ellos sin importar que me digan si o no, porque eso ya es problema mío. Me critico en ese punto. Lo que esta bueno de Escena y Memoria, también es que no van tantos poetas, es decir, van los que van a leer. Después, concurre público que va convirtiéndose en lectores en ese momento ¿no? Pero bueno, sí, hay algunos poetas que no les interesa ir ni siquiera como público. Va gente, que no va a escuchar a tal poeta, sino que va a ese momento. Eso es Escena y Memoria, compromiso y no un show.
APU: Claro, no es un show. Y es donde se genera el quiebre de ver lo que implica el compromiso de ir a leer, no para que te vean individualmente, sino por el significado de la causa, si se quiere, que denota lo importante de no olvidar lo que tanto mal nos hizo como argentinos. Y por eso me llamó la atención.
AC: Y si, justo ayer leía la noticia de que habían, encontrado los restos de Miguel Ángel Bustos. Y no fue un poeta que en su escritura estuviera explícita su posición. Contrario, por ejemplo, al caso de Paco Urondo que en los últimos 5 o 10 años de su escritura se vuelve batallador de la poesía, ojo son buenos poemas, sin caer en un análisis, pero ahí está también el compromiso. Bustos militó en el Partido Revolucionario de los Trabajadores, por ende, hubo un compromiso sobre la época, una mirada, más allá, de sus poesías.
Lo que se escribe está ligado a una época, y desde ahí se parte.
APU: Estoy de acuerdo, el contexto siempre te marca como escritor. ¿Cree en la unión de la poesía y la militancia?
AC: Sí, creo. Existieron poetas militantes, como Juan Gelman, que pensaban en su poesía, que la daban a conocer. Hay poetas que, más allá, de su ego personal hacen circular poesía de otros, fuera de los nombres. Para mí, en hacer circular otras voces hay una militancia importante. Y después, está la militancia que hoy da a conocer otras voces, a través de los blogs, facebook, plaquetas en su momento. Ahí está la militancia, tipos como Giannuzzi también lo hicieron. Incluso puede haber otras formas de poesías más estéticas que, también, hacen su militancia, sino mira la derecha. Y lo hace muy bien.
Está la militancia anterior a los 70 como la de Pellegrini, independientemente, de los partidos políticos, que era más bien humana, más allá, de los hombres y los nombres. Como, por ejemplo, la injusticia. La importancia del sustento en la poesía, la palabra. El habla. Las palabras que elijo me comprometen, amén de la época, conmigo mismo. No me da lo mismo escribir una cosa que otra.
APU: ¿Cree en la poesía como herramienta de cambio? Histórica y generacionalmente, hablando.
AC: Sí, pero creo que también uno escribe en contradicciones. Por ejemplo, tengo un poema que dice que la poesía no sirve para nada. Creo, que por momentos, la poesía no cambia nada en la coyuntura de lo diario, pero sí a lo largo de la historia. Descreo de eso, a la vez, porque creo que, también, a veces leer ciertos autores te cambia algo en vos. Esa es la mística de la poesía. Ojo, ni El Capital ni la Biblia, pudieron generar grandes cambios, así que tampoco es que los libros pueden cambiar la historia. Los cambios se dan más en el colectivo, que en el poema.
APU: Por último, le hago una propuesta. En vez de balas literales, le tiremos con poemas, con tinta, como muestra de la infinita resistencia, a personajes nefastos como De La Sota, la razzia policial cordobesa, a la derecha, a los grandes grupos de poder económico concentrado, a todos aquellos que atenten contra nuestra soberanía como país y a la independencia de la Patria Grande. ¿Acepta?
AC: Sí, igual me tentaría más por las balas (risas). Quizá no sería tan respetuoso. Iría más directo para que no les afecte recién cuando ya no estén.