Una apuesta a la poesía latinoamericana actual
Por Maricruz Gareca
José Luis Córdova nació en Arequipa, Perú, donde hace seis años fundó la editorial independiente Cascahuesos, dedicada principalmente a la publicación de poesía peruana y latinoamericana. Al mismo tiempo, también dirige la editorial Tribal en la que se ocupa de editar prosa y ensayo.
Con una edición muy cuidada y un diseño de tapa acorde a la identidad del autor y sus poemas, los catálogos de Cascahuesos incluyen poetas no solo de Perú, sino también de otros países latinoamericanos como Ecuador, República Dominicana, Colombia, México y Chile. Amante de la poesía, su mirada sobre el quehacer poético contemporáneo en Latinoamérica es lúcida y bastante crítica: si bien admite que en la actualidad existe una movida de poetas jóvenes muy interesante, también reconoce que no se ha logrado consolidar una generación sólida, en gran parte por culpa de las redes sociales que no permiten una verdadera reflexión sobre la escritura poética.
Lector y editor incansable, el editor liberteño está lleno de proyectos que incluyen desde obras completas y traducciones, hasta reediciones de verdaderas joyitas de la literatura peruana.
AGENCIA PACO URONDO: Nos interesaría que haga una pequeña introducción a su trabajo.
José Luis Córdova: Soy de la ciudad de Arequipa, al sur de Perú, tengo una editorial hace seis años que se llama Cascahuesos Editores, especializada en publicación de libros de poesía. En seis años he publicado más de 70 títulos de poesía peruana, incluyendo algunos autores de México, Cuba, República Dominicana, Colombia, Chile y Ecuador. A medida que voy creciendo voy incluyendo más autores internacionales en mi catálogo, y básicamente ese es mi trabajo como editor: hacer una editorial de poesía en Latinoamérica.
Participé en la pre-selección que hizo el Ministerio de Cultura de Perú, salí seleccionado y estoy ahora en las mesas de negociaciones. He tenido alrededor de 30 mesas de negociaciones, me interesaba llegar al MICSUR para tener contactos relacionados tanto a la distribución de libros, intercambio de derechos de autor, co-ediciones y circuitos alternativos de ventas de libros de poesía, además de proyectarme para poder asistir a algunas ferias internacionales. He asistido a ferias como la de Guayaquil, Quito, República Dominicana, la Feria de La Paz y la de Lima, pero aún así me falta visitar otras ferias como la Bogotá, Buenos Aires, México, Guadalajara. De alguna manera, esas han sido mis metas y yo creo que algunas se han ido consolidando en estas mesas de negociaciones.
Escribo poesía, por eso mi amor por la poesía ha hecho que impulse una editorial de poesía. Tengo tres libros publicados, el último libro que publiqué de poesía en el 2012 se hizo en México y ahora estoy pensando hacer una segunda edición del libro en Perú, en mi país, porque es un libro que no llegó a las librerías de Lima.
Hay algunas empresas que están interesadas en el quehacer poético y también hay editoriales que están interesadas en imprimir libros en Perú porque allá la impresión es baratísima, entonces tenemos algunas reuniones que están fuera de las mesas de negociaciones para al menos discutir, sobre todo el tema de costos, básicamente eso. Mañana tengo algunas mesas de negociaciones internacionales, por lo que espero lograr algunos objetivos con respecto ya no a Sudamérica, sino al resto del mundo.
APU: ¿Cómo ve el ámbito de la poesía en Perú, existen movidas poéticas, se están editando muchos libros de este género, hay ciclos de poesía?
J. L. C: Desde que apareció Vallejo y toda la vanguardia peruana de inicios del siglo XX, Perú se convirtió en un país de poetas. Hay mucha poesía, la tradición poética peruana es muy grande, está a la altura de la tradición mexicana, de la tradición chilena, y por allí se encuentran muchos poetas en todo el país. A partir del año 2001 hubo una movida de poesía joven muy interesante, la misma que dio lugar a la creación de editoriales independientes; la mayoría de las editoriales independientes ha surgido por iniciativa de poetas, sin embargo no se ha podido consolidar una generación sólida todavía de poesía porque el hecho de que hemos llegado nosotros a desarrollar nuestra escritura en el desarrollo de las redes sociales no nos ha permitido pensar en lo que escribimos, estamos pensando más bien en lo que dicen nuestros amigos. Tú publicas un poema en facebook, todo el mundo te pone un like, te dice que está bonito y tu crees que está bonito, entonces el uso de las redes sociales ha permitido más bien un retraso en la poesía peruana.
Como editor he viajado por varios países como el norte de Chile, Bolivia, Ecuador, tengo contacto con poetas mexicanos, entonces me doy cuenta de que, por ejemplo, la tradición ecuatoriana ahora es una de las más sólidas que hay de poesía joven, igual que la chilena. Ecuador que no tiene una tradición grande, ahora la está teniendo, en cambio nosotros que hemos tenido una tradición grande, estamos teniendo un retroceso. Habrá que esperar, no siempre los poetas jóvenes publican buenos libros por primera vez, de repente más adelante con la madurez puedan hacerlo. A inicios del siglo XX nosotros teníamos poetas como Martín Adán que publicaban poesía a los 21 años y son libros brillantísimos, en nuestra época ya estamos pasando los 30 años y todavía no tenemos un buen libro que nos respalde, ese es el problema.
Yo creo que no hay una editorial importante en América Latina de poesía o de clásicos latinoamericanos, además de Monte Ávila que con la Biblioteca Ayacucho hicieron un trabajo importantísimo que está a la altura de Cátedra de España, o el Fondo de Cultura Económica, más allá de eso no se ha logrado explorar nuestra literatura, o sea nos falta una editorial que nos dé una identidad literaria de América, entonces yo por ese lado estoy tratando de hacer con una editorial de poesía una editorial de poesía latinoamericana, espero lograrlo porque es un trabajo difícil. Es muy difícil primero porque los libros de poesía no son de venta masiva, no son libros que puedas agotar en un mes un tiraje, por más que publiques a Octavio Paz o a poetas como Vallejo, no agotas pero es parte también del desarrollo cultural la poesía y, de alguna manera, es parte de nuestra identidad y hay que asumirla con todos los riesgos que eso tiene; o sea, los riesgos de no poder vender los tirajes completos, de no llegar a la masividad que además eso es importante. La poesía no es un producto de consumo masivo, más bien es una alternativa para un sector que le gusta leer poesía. Yo encontré otros canales de distribución de mis libros, entonces yo los vendo en librerías, en festivales de poesía, en encuentros de escritores, en presentaciones de libros, porque además hago presentaciones de libros y cargo, a la par, catálogos de mi editorial, entonces hay personas que están interesadas en poesía y me compran los catálogos, pero yo sé que es para particularidades, para ciertos sectores que gustan de la poesía, no es para un para un público masivo, pero de todas maneras es una forma de seguir con la industria de la poesía, las grandes transnacionales no publican poesía justamente por eso.