"Genera sospecha una organización revolucionaria que cumple 40 años sin hacer la revolución"

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"Genera sospecha una organización revolucionaria que cumple 40 años sin hacer la revolución"

27 Agosto 2014

Por Enrique de la Calle

APU: Describa sus comienzos militantes en la década de los 80, después del Golpe militar.

Adrián Krmpotic: Mi ingreso a la militancia en los 80 es a través de los organismos de Derechos Humanos, más específicamente Abuelas. Te iba a decir “después”, pero en realidad debería hablar de un encadenamiento de experiencias. Por ese tiempo me sumo a compañeros que querían reconstruir la experiencia del PRT.

APU: ¿Eran militantes que estaban exiliados?

AK: Había compañeros que estuvieron presos, otros que habían podido salir al exilio, como Roberto Santucho. El problema del regreso al país no era la voluntad política, todos querían volver, el tema era el dinero. Esa necesidad de dinero hizo que muchos compañeros volvieran a quedar presos. Era una situación muy compleja.

APU: ¿Qué evaluación hacían de la experiencia de las organizaciones armadas durante los 70? ¿La consideraban una derrota?

AK: Son organizaciones políticas que sufrieron una severa derrota en el país y que después implosionaron en el exterior. Lo mismo pasó con Montoneros. La idea era postergar la autocrítica, si se quiere, para un momento posterior a la reunificación de la organización o el partido. Que se pueda volver a funcionar orgánicamente. Por eso se pedía por la libertad de los presos políticos y se pretendía el regreso de los militantes que estaban afuera. Además gravitaba que la experiencia era muy fresca. No se entendía muy bien la derrota, ni se entiende hoy. Buscar una explicación es algo muy pretencioso. Y yo no la buscaría adentro de las organizaciones. Lo que sí creo es que las organizaciones no estaban preparadas para el tipo de guerra que planteó el ejército.

APU: ¿Cómo se pensaban las críticas vinculadas con el vanguardismo de las organizaciones, con su posible alejamiento de las masas populares, como razón de la derrota?

AK: Eso es un mito urbano. A veces es ilustrativo leer a los milicos en ese sentido. Cuando uno lee el diario del General Vila, sobre Tucumán, dice que la mitad de la población apoyaba a los guerrilleros. ¿Qué empieza a hacer Vila? Mata tucumanos para demostrarle que era grave apoyar a los guerrilleros. La guerrilla no gana por la mayor o menor adhesión que tenga en la sociedad, las guerras se ganan con armamento, con técnicas militares adecuadas y con la bisagra que se da en el proceso y que implica que las masas están dispuestas a dar la vida por la revolución. Esa es la cuestión que no sucedió. Una vez una compañera me contaba de Nicaragua, de los debates que se dieron allá después de la victoria. Se preguntaban: ¿Cómo puede ser que nosotros ganamos y otros procesos revolucionarios no? Más cuando el Frente Sandinista tenía muchas debilidades. Indudablemente hay una pluralidad de cosas que confluyen. La compañera decía que hay un momento que las masas abrazan la causa de la revolución y se da un proceso fenomenal de acumulación política. Eso sucedió en Nicaragua a partir de la toma del Palacio Legislativo, una decisión delirante. Pero generó un impacto político fenomenal. Los nicaragüenses vieron la posibilidad, por primera vez, de que se le podía ganar a los Somoza.

APU: No coincide con la crítica al militarismo de las organizaciones.

AK: Para nada. El ERP se lo acusó de militarista. No llegó a tener 600 hombres dedicados a esa tarea. La crítica podría ser al revés: la insuficiencia de militarismo. Cuando en sus documentos se decía que el plano militar era en 1976 el principal en el que se libraba la lucha política en el país.

APU: Volvemos a los años 80…

AK: En los años 80 hacía diez minutos que había pasado esa experiencia. Los compañeros salían de la cárcel y tenían 30 años. Eran muy jóvenes. Los procesos en América Latina estaban en avance, estaba Nicaragua, El Salvador. La situación en Argentina no estaba consolidada. Se palpaba en la calle la posibilidad de un retorno de un gobierno militar. Los militares fueron un actor de poder hasta bien entrados los 90.

APU: ¿Por qué no se pudo reconstruir el ERP?

AK: Se intentó. Se quiso armar el PRT V Congreso, desconociendo el Congreso que se había realizado en el exterior. Se intentó una organización, pero la derrota militar estaba súper viva. Fue por muchas cuestiones. Entre otras, había una población aterrorizada. Nosotros propusimos hacer un acto en homenaje a Mario Santucho, en el 85 u 86, y nos acusaron de provocadores policiales. Los mismos compañeros te decían que no era el momento.

APU: ¿Cuándo definen formar el ORP (Organización Revolucionaria del Pueblo)? ¿Cómo analizaban la marcha hacia el socialismo en un mundo donde ese paradigma entraba en crisis?

AK: Fue en 1989, para festejar la caída del muro. Es un chiste, claro. Hay cuestiones que uno hace sin tomar mucho en cuenta. Hubo una inercia. En aquellos tiempos y en estos, no hay razones para pensar en que haya declinado la propuesta socialista porque haya fracasado la Unión Soviética. De hecho nosotros decíamos que había caído por alejarse de esa propuesta.

APU: ¿Qué balance hace de la organización, que duró siete años?

AK: Fue derrotada. No duró consolidarse. No más que eso. Todas las fuerzas de izquierda estaban en una situación de repliegue. Los compañeros se fueron a los barrios. Ellos fueron las semillas que aportaron para la construcción de los movimientos de desocupados. Fuimos incapaces de ver muchas cosas. Suele haber mucha pedantería en las organizaciones que creen que se las saben todas, con sus famosas “caracterizaciones de la etapa”.

APU: ¿Qué pasó con los militantes una vez que cayeron presos?

AK: Fuimos saliendo de a poco. La cárcel destruyó todo. Entró un colectivo y salió otra cosa. Vamos a destruir un mito: la cárcel es una escuela de revolucionarios cuando afuera tenés una ofensiva de masas, si no es una tumba de las organizaciones.

APU: Salió en 2006 en libertad definitiva. ¿Cómo analiza el kirchnerismo?

AK: Cuando hubo elecciones en 2003 me dije: qué me importa. Era irrelevante. Nunca había votado antes. Néstor Kirchner no me generaba nada. Pero ese proceso se fue construyendo durante los años y fue tomando la forma que tiene. Sin dudas tiene muchos aciertos. Pero no logró construir organización política en todos estos años.

APU: ¿Cómo ve a la izquierda actual?

AK: Las formaciones actuales son las mismas que estaban en los 80, y eran con las que nosotros discutíamos. Las organizaciones revolucionarias deben formarse para tomar el poder. Debe generar sospecha una organización revolucionaria que cumpla 40 años sin haber logrado su objetivo. Algo hiciste mal o no sos revolucionaria. Estas organizaciones que hoy están, como puede ser el Frente de Izquierda, han renunciado a la revolución. No está mal, pero apuestan a otra cosa. No aspiran al poder. Su estrategia es ganar las elecciones. En ese sentido creo que deberían ampliar su margen de aliados. Unirse al UNEN, a sectores del peronismo. No sé.