Archer: ¿parodia o legitimación del American way of life?

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Archer: ¿parodia o legitimación del American way of life?

07 Marzo 2015

Por Boris Katunaric

Existe un problema con el humor cuando es muy ácido o negro. Por ejemplo, Micky Vainilla, de Peter Capusotto y sus videos, tiene dos públicos: el que se ríe de su pensamiento fascista y lo considera ridículo, apartado de la realidad y que se burla de ese otro que está lejos de su realidad, y también está el que se ríe porque cree que está bien lo que dice y, además, es gracioso; es decir, lo legitima discursivamente porque se identifica realmente con ese modo de pensar. A partir de este ejemplo pienso en la serie norteamericana de animación Archer que transmite el canal republicano FX en Estados Unidos y  a la que, actualmente, en Latinoamérica, solo se puede acceder mediante un blog cuyo administrador se encarga de traducir, subtitular y subir (tarea titánica para una serie que lleva seis temporadas)

El caso de Archer, creada por Adam Reed, se puede validar para los dos públicos antes nombrados y dudo que haya una “tercera posición”, porque esto es un problema del humor como género y no como mensaje; la interpretación es un problema del receptor y el emisor a veces se desentiende del asunto y, otras, trata de poner blanco sobre negro para que la ingenuidad no contribuya a la confusión general y que todos terminemos pensando cualquier cosa.

Decimos esto porque Archer es una parodia de otra parodia o de muchas parodias norteamericanas. Trata la historia de alguien que cree y expresa con gran arrogancia el título del “mejor agente secreto del mundo”, es decir: una mezcla de un James Bond con un Maxwell Smart, con el componente del norteamericano promedio, contemporáneo, completamente convencido de que ha alcanzado el american way of life. Tal vez lo más cercano discursivamente a un Charlie Sheen en la vida real, un ebrio completamente convencido de que es un ganador y que no percibe su propia banalidad.

Ok, este es un personaje de ficción, cualquiera sea su interpretación de parte del lector y/o del televidente.

El ambiente del personaje es una oficina de Nueva York dirigida por su madre, Malorie Archer, con la que tiene una relación bastante traumática y bordea lo insano; ella es una ex agente de inteligencia que abrió su propia agencia de espionaje llamada ISIS. Es bueno destacar que este es un terreno que no comparte con otras series como Los Simpson o Padre de familia que se encargan de representar la cotidianidad del estereotipo de ciudadano, es decir, Archer es un actor en un escenario que excluye al promedio y forma parte de una elite.

Archer está acompañado por muchos personajes que, por sus personalidades, no coinciden para nada (casi todos) con los puestos que desempeñan y que a lo largo de la serie se van develando es el caso de Pam, encargada de recursos humanos de ISIS que, por las noches, combate en peleas clandestinas y juega carreras de autos con los Yakuza, y que ya bastante avanzada la serie se vuelve adicta  a la cocaína (vía oral) o, también, el del antagonista, enemigo de Archer, Barry quien se vuelve un ciborg esquizofrénico obsesionado por destruir a Archer, y lo mismo sucede con otros personajes igual de delirantes.

Las misiones incluyen una serie de estigmatizaciones absurdas en las regiones de Latinoamérica y en algunos países asiáticos, incluso se burlan mucho de la KGB. Está siempre el componente de la acción violenta y el caos persecutorio bien al estilo hollywoodense, tanto que parecen una burla al ser tan exagerados y festejados por el protagonista.

Pero son los diálogos, entre medio de todos los recursos de la serie, los que sobresalen en tanto son ultra ácidos y políticamente incorrectos, llenos de gags que se repiten capítulo tras capítulo y que le dan una identidad única a este descontrolado submundo del espionaje. Ahí conviven la culpa o no del racismo y la xenofobia, o la locura y el cinismo de manera hiperbólica. Es una serie que interpela por crítica o legitimación y, sin dudas, no se puede pasar por alto que la creatividad de sus creadores es magnífica y prolífica.

En su sexta temporada la serie sigue funcionando a la perfección y generando los efectos que desea: la acidez.

Archer puede verse en línea desde el blog www.xdvideos.blogspot.com.ar