12 casas: mujeres devotas… y no tanto

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12 casas: mujeres devotas… y no tanto

07 Marzo 2015

Por Maricruz Gareca

Doce meses, doce casas, doce historias de mujeres devotas. De eso se trata Doce casas, la serie escrita y dirigida por Santiago Loza que se grabó y transmitió en co-producción con Vasko Films en la TV Pública durante el 2014, y  contó con un gran elenco conformado por actores y actrices de la talla Rita Cortese, Marilú Marini, Claudia Lapacó, Claudio Tolcachir, Viviana Saccone, Guillermo Arengo, Verónica Llinás, Julieta Zylberberg, Susú Pecoraro, Ailín Salas, Luisina Brando, Esteban Meloni, Cecilia Rossetto, Alejandra Flechner, Julia Calvo, Ingrid Pelicori, Cristina Banegas, Tina Serrano, Leonor Manso, María Onetto y Boy Olmi, entre otros

Ambientada en un pueblo del interior en los años 80, la serie narra doce historias que transcurren a lo largo de todo un año a cada historia le corresponde un mes, todas ellas unidas por un hilo común: la visita de la estatua de la virgen a la casa de cada uno de los personajes (no interesa cual, que el lector imagine la que mejor le caiga). La elección del decorado no es casual. Filmada en ambientes interiores, cada una de las historias refleja de alguna manera el estado interior de los protagonistas, mujeres en su mayoría. Así, entonces, el espectador se sumerge en la vida de estos seres que se caracterizan por tener una existencia en la que el miedo, la soledad, el amor y la fe constituyen su principal capital simbólico. La época en la que estas historias tienen lugar tampoco es azarosa: la aparición de la televisión a color, la llegada de la democracia, los prejuicios en torno a temas sensibles como el aborto o la homosexualidad sirven, sin dudas, como disparadores para desatar el conflicto que culminará siempre de manera insospechada por el espectador.

En cada una de las historias protagonizadas por un elenco rotativo que incluye grandes figuras la presencia de la virgen nunca es inocente, en tanto genera situaciones de intensidad dramática, trágica e, incluso, cómica. Al mismo tiempo, la devoción que impregna a quienes reciben la visita de la virgen permite sacar a la luz los sentimientos, las creencias y los prejuicios más arraigados de los personajes…y es aquí, precisamente, donde aparecen los temas más álgidos de la serie: el aborto, la homosexualidad y el incesto.

Pensar en el aborto en los años 80, sobre todo en un pueblo o provincia del interior, era algo inconcebible, sobre todo si se trataba de una adolescente de clase media. La historia de Andrea (mes de julio) pone en escena justamente este conflicto, ya que narra la historia de Josefina, una piba de 15 o 16 años que es obligada por su madre a abortar en el más estricto secreto; Andrea, su amiga, es quien se encarga de velar por su paz espiritual amparándose en su profunda convicción religiosa y en su fe acérrima.

En lo que respecta a la homosexualidad, son dos las historias que tratan este tema, aunque de manera muy distinta y con finales antagónicos.  Por un lado, está la historia de Mercedes, una mujer conservadora y católica en extremo que se niega a admitir la homosexualidad de su hijo Mario (mes de febrero), el cual se ve en la necesidad de huir a España para liberarse de su madre. Por el otro, la historia de Dora y Marina (mes de julio), dos catequistas de generaciones diferentes que de a poco y mediante conflictos existenciales van construyendo una relación con final de película.

Por último, la historia de Romeo (mes de octubre) cruza la homosexualidad y el incesto en la relación triangular que se establece entre él, su joven amante y la madre de este que llega de improviso para acabar con la ficción romántica y pasajera de ambos hombres; aquí el tema del incesto aparece insinuado en algunas escenas y solo cobra dimensión trágica en el relato del pasado de madre e hijo.

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A lo largo de la serie y de los meses, sin embargo, aparecen otras historias que abordan otras temáticas sin la carga emocional de las recién mencionadas: la soledad (Lili; el hijo de Aurora), el amor no correspondido (Madgalena), los amores prohibidos (Teté; Omar y Delia), el misterio (Lidia y Ester; Teresa), la traición (Nora), entre muchos otros.

Más allá de los conflictos personales que atraviesan los personajes, es posible encontrar  algunas cuestiones que atraviesan toda la serie y se repiten en cada una de las historias: los prejuicios, el conservadurismo acérrimo, el miedo al qué dirán, la crisis de fe, la incomodidad ante ciertas palabras que remiten a lo sexual (bombacha, calzoncillo, pezón, etc.), la envidia, la soledad. Sin embargo, hay un elemento en particular que las une y es la aparición de la televisión a color, tal como lo mencioné al inicio de la nota. Es interesante la manera en que esto, casi un lujo en aquel momento, se convierte en motor no solo de las acciones más imprevistas, sino también en el bálsamo ante la soledad de algunos de los personajes.

Los capítulos de la serie pueden verse en: https://www.youtube.com/user/TVPublicaArgentina