Resistencia popular
Por Santiago Gómez
Una formación militar dentro de una nave aérea que en cuanto posa descienden por la rampa al grito de un comandante. Los soldados imperiales de Star Wars disparan a todo lo que se mueve en un terreno arenoso con casas precarias. Un miembro de la resistencia dispara a uno de los legendarios uniformados de blanco, que antes de morir le pasa la mano por el caso blanco a un compañero que se acercó a ayudarlo y se lo deja manchado con sangre. Los Stormtrooper son humanos. El de casco manchado entra en shock. Cuando dentro de la nave se saque el casco se sabrá que es un hombre negro, al que se le acerca un comandante a decirle “quién te dijo que te saques el casco”. La nueva versión de Star Wars comienza reconociendo las guerras post 11 de septiembre, la escena narrada puede verse en distintos documentales o series sobre el accionar de los Estados Unidos en Irak y Afganistan. Entre el público estadounidense que asistirá a verla están muchos jóvenes que participaron en alguna de esas guerras y con ellos la película dialoga. Parece que fuese una repetición de otras partes de la saga, pero los roles se invirtieron. Si antes podía pensarse que los buenos simbolizaban a los Estados Unidos, en esta queda claro que los Estados Unidos son el Imperio.
“Star Wars- El despertar de la fuerza” fue bautizada la película dirigida por J.J Abrams, que tiene considerables cambios respecto a las anteriores. En esta los principales jugadores son un latino, Poe, que es el gran piloto de la resistencia como alguna vez lo fue Luke Skywalker, un negro, un soldado a quien su conciencia lo lleva a dejar el ejército imperialista al que pertenece, y una mujer que fue elegida para llegar a Jedi. En la primera trilogía de Star Wars el único personaje negro era secundario y contrabandista. En esta Abrams eligió mostrar lo que los estadounidenses saben: que son los negros a los que siempre mandan a la primera línea del frente. El despertar de la fuerza está atravesada por temas que forman parte del la agenda actual de los Estados Unidos. La tortura a los prisioneros, el shock de los soldados en su primera actuación bélica, la posibilidad de todo soldado de no colaborar con el imperio, los restos que deja la guerra y quienes viven de ellos.
Finn será bautizado por Poe el primer Stormtrooper -los de casco blanco- que abandona las filas del ejército imperial, a quien sus superiores sólo llamaba por letras y números. Él dirá que desde niño lo prepararon para la guerra y el conocimiento que tiene del arma más poderosa del imperio se la dará a la resistencia una vez que abandone las filas del mal. Cualquier referencia a Edward Snowden no es mera coincidencia. Quien filtró la información que permitió conocer cómo se estructura el aparato de vigilancia masiva más grande que se haya construido, creció en una base militar, ya que su padre también formó parte de los servicios de inteligencia. La referencia también puede ser a alguno de los otros agentes de la CIA que decidieron denunciar el accionar de su gobierno. Finn es un soldado negro y como tal le tocaron las tareas de limpieza en el ejército antes de que lo mandaran al frente.
En nuestra sección de películas de los domingos hemos recomendado “Los niños de Gaza” que muestra a criaturas palestinas trabajando de chatarreros, arrastrando carros para vender lo que la guerra destrozó. Ese trabajo en El despertar de la fuerza lo hace Rey, la joven elegida para ser Jedi. Ella desarma los restos de naves esparcidas por el desierto que quedaron de guerras anteriores. Una escena similar puede observarse en Generation Kill, la magnifica serie de HBO, basada en el libro de Evan Wright, periodista de la revista Rolling Stone, que acompañó a un comando estadounidense en Irak. En la serie se muestra a dos soldados que al ver un tanque deteriorándose al sol comentan que quedó de una guerra anterior.
Kylo Ren se llama el nuevo enmascarado del mal, el encargado de torturar psicológicamente a sus prisioneros para sacarle información. Cabe recordar que entre la información filtrada por Chelsea Manning a Wikileaks, las primeras fitraciones fuertes que sacudieron a los Estados Unidos, la población estadounidense pudo conocer los manuales de instrucción de tortura psicológica y los procedimientos para ello. En la segunda escena tras el desembarco de los soldados imperiales se ve a Ren torturando a Poe para sacarle información, acción que es de público conocimiento realiza el ejército imperial estadounidense.
Este primer capítulo de la nueva trilogía de Star Wars genera ganas de ver pronto las próximas dos. Las críticas al imperialismo estadounidense aparecieron, el reconocimiento del shock por el que pasan los soldados cuando van a la guerra, la diferencia entre que te preparen para ir y efectivamente estar. Hasta "El despertar de la fuerza" el peligro era que los buenos cayeran en la tentación del mal. En esta nueva versión de Star Wars el peligro es que los malos se pasen al lado del bien y así se debilite el Imperio. Arrancó muy bien. Vayan a verla. Parece que fuera más de lo mismo, pero no lo es.