La Pampa: la policía persigue a un chico de doce años por jugar al “ring raje”

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La Pampa: la policía persigue a un chico de doce años por jugar al “ring raje”

30 Mayo 2016

Por Juan Carlos Martínez (*)

En 2006 Juan Carlos Tierno debió ser despedido como ministro de Gobierno porque su política de mano dura hacía estragos en las comisarías pampeanas. “A los presos se los desnuda, se los cuelga y se los golpea”, decía el mensaje que un funcionario de su propio gobierno difundió públicamente. Fue una suerte de telegrama de despido. Después, el mismo partido lo presentó como candidato a intendente de la capital provincial. Lo votaron más de veinte mil personas.

A los ochenta y siete días, la presión popular obligó al gobierno a intervenir el municipio y decretar su despido. Fue acusado de abuso de autoridad y de graves irregularidades administrativas. En diciembre de 2014 fue condenado a dos años de prisión y a cuatro años de inhabilitación para ejercer cargos públicos. Entre las locuras que desató en menos de tres meses como intendente, prohibió a los chicos de doce años andar en bicicleta.

El diario Página 12 le dedicó la tapa en una de sus ediciones. “Un Tierno que no despierta ternura” decía el título principal ilustrado con una foto del loco, como se le conoce popularmente. La periodista Mariana Carbajal, enviada por el diario a cubrir los hechos, hizo una prolija investigación sobre la historia del personaje.

En diciembre pasado, el mismo gobernador que lo había despedido, volvió a incorporarlo a su gabinete en el mismo cargo. La explicación que dio se fundó en que la condena no estaba confirmada en segunda instancia. De la ética ni una palabra. La mano dura policial volvió a La Pampa para recuperar terreno.

Y otra vez las persecuciones, el pedido de documentos como en los tiempos de la dictadura, las detenciones arbitrarias en la vía pública de hombres, mujeres y de niños. Sí, de niños. Dos de ellos en brazos de sus madres sospechadas del robo de una prenda en un comercio de la ciudad junto a la periodista Cintia Alcaraz que intervino para registrar semejante atropello. Madres, periodista y criaturas cargadas en un patrullero, detenidas e incomunicadas. Un bochorno que llegó hasta el Congreso de la Nación donde la periodista fue convocada para dar su testimonio ante la Comisión de Libertad de Expresión. Los atropellos de la policía continúan sin que nadie les ponga freno.

 

Perversos

Uno de los últimos casos es el de un chico de doce años al que la policía persiguió como si se tratara de un terrorista que acababa de poner una bomba en la Casa de Gobierno. El chico había consumado una de esas travesuras que se conocen como el ring raje. Tras un operativo de corte cinematográfico, el menor fue detenido, rodeado por policías que le arrancaron sus datos personales y su domicilio en medio del llanto del chico. Ese mismo día, cerca de las 23, la policía fue al domicilio de la madre para notificarla del inicio de una causa judicial que la involucraba por la travesura de su hijo. La causa está en los tribunales de Santa Rosa. Increíble pero cierto.

Un hombre que golpea salvajemente a una mujer, que le desfigura el rostro, que le quema los pezones con un cigarrillo, que la deja abandonada a su suerte en la calle, el mismo tipo que golpea a la madre de sus hijos delante de esas criaturas que seguramente guardarán para siempre esas imágenes de horror en su memoria, un tipo que convierte la travesura de un niño en delito pasando por encima de los Derechos del Niño, un tipo que está condenado por abuso de autoridad y que esa condena no le impide manejar a una policía bruta, prepotente e irracional como él, un tipo de esa calaña maneja la seguridad pública en La Pampa. Ese tipo perverso se llama Juan Carlos Tierno. Y el que lo protege se llama Carlos Verna. Tan perverso como su protegido.

 

(*) Periodista, autor de los libros El golpeador, una investigación sobre el accionar del ministro Tierno desde 1984, y La Pampa Nostra, trabajo en que refleja el entramado de poder pampeano.