Acerca de APYMEL: comunicado de Delegados de PYMES Lácteas argentinas
En primer lugar decimos que APYMEL es una representación absolutamente minoritaria dentro del contexto general de pequeñas y medianas empresas lácteas del país. Si su representación es minoritaria esto claramente significa que no es reconocida por la gran mayoría de las pequeñas y medianas empresas del sector lechero.
Esta representación patronal, surgida al amparo y protectora de prácticas que mucho daño le hicieron al país, como el trabajo esclavo, el trabajo y la comercialización en negro, la evasión impositiva, etc.; pretende ahora constituirse en juez del resto de los componentes que conforman el arco de la actividad lechera, entre los que nos encontramos nosotros, los propios trabajadores de fábricas lácteas pequeñas y medianas.
La inmensa mayoría de estas empresas no están enroladas en APYMEL y cumplen religiosamente con sus obligaciones; mientras que la minoría, incluidas y apañadas por la susodicha entidad patronal, no cumplen con las suyas, constituyendo esta postura una clara competencia desleal respecto de sus pares.
El trabajo en negro genera exclusión. La industrialización marginal hace que una gran parte de la economía no se encuentre registrada y consecuentemente no sea susceptible de ser gravada, para que esos impuestos se direccionen hacia educación, salud, etc.
El trabajo en negro genera falta de aportes a la seguridad social. Por eso los docentes y la educación no tienen el presupuesto que merecen. Por falta de esos aportes nuestros adultos mayores no tienen acceso a una jubilación digna, ni a un estándar de salud acorde con sus años y sus complejos problemas físicos.
APYMEL jamás denunció la evasión, el trabajo en negro, el trabajo esclavo, la falta de aportes, etc. Durante más de una década, del 92 al 2002, once años, el sueldo de los trabajadores lecheros se mantuvo en 426.- pesos/dólares.
¿Hoy cuánto sería ese sueldo? $6.816.- Eso es lo que estas personas quisieran que actualmente siguiéramos ganando. Dicen públicamente que nos quieren, que formamos parte de su familia. ¿Por qué si formamos parte de su familia nunca se preocuparon por nuestros sueldos, por la salud de nuestro grupo familiar y por la educación de nuestros hijos?
Durante 11 años nos morimos de hambre, sin embargo estos directivos de APYMEL nada decían entonces.
Resulta que ahora están preocupados y le dicen al gobierno que el Ministerio de Trabajo obra en contra de las Políticas Nacionales.
Pero se cuidan muy bien de no decir que ellos han sido y son parte del problema que han tenido todos los gobiernos al promocionar el trabajo en negro, el trabajo esclavo, la comercialización marginal, etc. Que por eso no hay presupuesto para educación, salud y jubilaciones.
Hablan de las Pymes en general como si ellos las representaran obviando que sólo lo hacen con un grupo absolutamente minoritario y pretenden condicionar al gobierno para que éste acceda a convertirse en cómplice y /o accionista de sus bajos propósitos.
Le dicen al gobierno: o nosotros o ellos. Veamos que está en juego entonces. Cuando dicen nosotros están diciendo el puñado de personas que desean beneficiarse a costa del resto. Cuando dicen ellos: se refieren a los miles de trabajadores que prestamos servicio en todas las empresas del país.
Ellos piensan que Atilra, el sindicato, es el Consejo Directivo Nacional o su secretario general. No señor. Atilra somos los trabajadores. Es más, cuando tanto hablan de ellos mismos ante el gobierno, el propio Estado debería evaluar si se compromete con las demandas de estos defensores de lo perverso o se compromete con la inmensa mayoría de las otras empresas que cumplen con sus obligaciones y con los miles de trabajadores.
Sin ir más lejos Atilra como organización prestataria de servicios, desde el punto de vista numérico: ¿Cuántas Pymes representa? Nuestra organización sindical tiene alrededor de 1800 personas que trabajan en distintos sectores y lugares del país. Médicos, anestesistas, farmacéuticos, odontólogos, enfermeros, docentes, científicos, profesores, contadores, administrativos, etc.
Ellos trabajan en nuestras reparticiones, en nuestros centros de salud, en nuestros centros educativos donde se forman y cursan carreras terciaras y universitarias, en nuestros centros de formación profesional, en nuestros centros culturales, en consultorios médicos y odontológicos propios, en nuestros centros de emergencia, de diagnóstico por imágenes, en centros propios de análisis bioquímicos, en nuestros supermercados, hoteles, colonia de vacaciones, centros recreativos y deportivos, etc., etc..
¿A cuánta gente le da trabajo digno Atilra? ¿A cuántas familias contiene? ¿Cuántos profesionales se forman en nuestra organización? Numéricamente hablando? ¿Cuántas Pymes contiene nuestro sindicato? No hay dudas que desde cualquier plano y/o estamento se debe realizar objetivamente la evaluación que corresponda. Lo que aquí expresamos también lo hacemos en defensa de la inmensa mayoría de las pequeñas y medianas empresas lácteas. De aquellas que vienen cumpliendo con sus obligaciones y subsidian a las perversas que no lo hacen.
La gente de APYMEL extemporánea e ilegalmente salió a cuestionar el Aporte Patronal Mensual Permanente, llamándolo inclusive falazmente aporte extraordinario. Ellos quieren que nuestra obra social nos brinde servicios médico asistenciales de inframundo, mientras que pagan por la salud de los suyos alrededor de 10 mil pesos mensuales a la prepaga a la que adhieren. ¡Así de mucho nos quieren!
Resulta que cuestionan el aumento porque dicen que es demasiado (23 % en el período mayo/octubre 2016 ? 13, 9 % en el período noviembre 2016/abril 2017). ¡11 años nos pagaron el mismo sueldo! Siempre los trabajadores y los productores tamberos fuimos la variable de ajuste. ¿Cuánto aumentó la leche sólo en el período mayo 2016/ enero 2017 (9 meses)?; en promedio: 68 %. Las cifras son incontrastables. Nada para agregar.
A través de un párrafo del libelo, haciendo gala de un viejo oficio de extorsión a cara descubierta, aprietan a aquellas grandes empresas pretendiendo inculparlas de sus complicadas situaciones económicas y financieras por pagar los aumentos salariales. ¡Señores de APYMEL! ¡Esas empresas comenzaron a cimentar sus problemas económicos estructurales cuando los sueldos eran de 426 pesos/dólares! Lo que echa por tierra la burda pretensión de ustedes de querer imputar los problemas de esas lácteas a nuestros salarios.
Esas empresas pueden quebrar, enajenarse, concursarse, etc., por la exclusiva responsabilidad de sus manejos.
Repetimos, la presente tiene por objeto preservar nuestros derechos; denunciar públicamente a una entidad minoritaria que pretende arrogarse una representatividad que le resulta absolutamente holgada y principalmente también lo hacemos en defensa de la inmensa mayoría de las empresas lácteas de Argentina que cumplen con sus obligaciones y que son víctimas de una brutal, absurda e ilegal competencia desleal propiciada por una cámara que temerariamente pretende convertirse en el juez supremo de una actividad cuyos componentes abrumadoramente mayoritarios se encuentran en otros cuerpos y/o estamentos.
Agradecemos todo el respaldo y el apoyo recibido de parte de todos los delegados de las grandes empresas lácteas de Argentina.
Nota: Con copia al Consejo Directivo Nacional de Atilra para que proceda a su inmediata difusión y presentación por ante aquellas reparticiones, delegaciones, entidades y ministerios que considere procedente.
Delegados Obreros de Pequeñas y Medianas Empresas Lácteas de Argentina.