“La denuncia de Nisman y sus viudos en la Justicia Federal es un mamarracho”
Por Branco Troiano
APU: ¿Qué opina sobre la acusación que hizo Nisman a Cristina Fernández por traición a la patria y encubrimiento en el caso AMIA?
Mariano Pi: Según los medios hegemónicos es una de las causas que más complica a la ex Presidenta. Hay que tratarla con cautela. El memorándum con Irán fue aprobado por el Congreso Nacional y se le dio el rango de tratado internacional con el aval inicial del mismo Nisman y la mayoría de las organizaciones de víctimas del atentado.
Como Irán no acepta extraditar a grandes figuras de su liderazgo para sentarlos en el banquillo de los acusados por pedido de un fiscal argentino, en base a pruebas falsas, y, por otro lado, las leyes argentinas impiden el juzgamiento en ausencia de los imputados porque implicaría violar el derecho a la defensa, al gobierno se le ocurrió buscar un mecanismo diplomático para sortear esta situación: tomar declaración a los imputados iraníes y permitir que la causa siga su curso. Por supuesto, aunque se declaren inocentes o no declaren, cumplido el trámite formal, la justicia tendría vía libre para condenarlos de todas formas.
APU: ¿Eso explica que los iraníes no hayan aprobado el memorándum en su propio parlamento?
MP: Exacto. El tratado se cayó, y luego la justicia argentina lo declaró inconstitucional y también lo canceló. Por lo cual es un tratado que jamás se llevó adelante. Si no hay hecho, no hay delito. Entonces, la posterior denuncia de Nisman y sus viudos en la Justicia Federal es un mamarracho, es completamente vacía, y pretende juzgar supuestas intenciones.
Sin embargo, lo que es peor es su carácter ilegal, es su naturaleza política.
APU: ¿Cuál cree que era la idea de Nisman?
MP: Y, mirá, Nisman planteó que el objetivo del memorándum no fue el que taxativamente decía en su texto, sino la intención oculta de encubrir el atentado, planteando una falsa versión de los hechos, haciendo caer las alertas rojas de Interpol sobre los acusados iraníes y reanudando las relaciones diplomáticas y comerciales. Básicamente, una burrada que haría reír a cualquier persona relativamente informada si no fuera por la gravedad de lo que esconde.
APU: En ese sentido hubo escuchas que fueron dadas a conocer en distintos medios. ¿Qué opina?
MP: En primer lugar, tanto los impulsores del memorándum como sus opositores parten de sostener la acusación contra Irán por el atentado a la AMIA, y esto es de una hipocresía absoluta. No hay una sola prueba en la causa AMIA ni en la causa Embajada de Israel que incriminen a Irán. Sin embargo, hay muchas coincidencias entre ambas que nos deberían llevar a pensar.
APU: ¿Por qué?
MP: En la causa Embajada de Israel, la Academia Nacional de Ingeniería, convocada al peritaje por la Corte, demostró que la explosión fue interna y que no hubo ningún indicio de coche bomba. Sin embargo, el jefe de seguridad de la embajada israelí se presentó el mismo día del atentado por la noche ante el juez de la causa diciendo que había sido un coche bomba. Un coche bomba que ningún testigo vio.
Días después del atentado, en varias cuadras de los alrededores de la explosión, se “hallaron” restos de un block de motor de una f-100 con la numeración intacta, sin actas de secuestro ni testigos. La “prueba de su existencia” es una foto. El juez se encontraba en ese mismo momento en la comisaría, y tampoco fue convocado.
La “evaporación” del chasis y carrocería de la f100 nunca fue explicado, y el supuesto cráter que habría dejado resultó en un papelón: las mas de mil fotos del día del atentado demuestran que jamás hubo cráter donde dice la gendarmería. Aguas Argentinas declaró que habría sido imposible que no se rompiera el caño maestro que se encontraba a ochenta centímetros del suelo.
APU: ¿Y qué decisión tomó la Corte?
MP: Ante los resultados del peritaje, la Corte convocó a una audiencia pública, pero la embajada y la dirigencia judía encabezada por el siniestro Rubén Beraja exigieron que sea a puertas cerradas, adelantando que toda teoría que no considerara un coche bomba, sería antisemita.
Sin coche bomba ni kamikaze libanés, no hay relación alguna con Irán ni con Hezbollah, a excepción de las declaraciones de funcionarios sionistas del gobierno de Menem y los informes de inteligencia de la CIA y el Mossad. Es decir, cero.
La única prueba es que en un edificio en “refacciones” la explosión fue interna, lo cual es sistemáticamente encubierto por la propia embajada de Israel, la dirigencia judía argentina y los gobiernos de argentina, EEUU e Israel. Así como la mayoría de los periodistas y medios de comunicación que están perfectamente al tanto de todo esto y mienten deliberadamente.
APU: Por lo que dice, pareciera ser que el caso AMIA fue una especie de atentado gemelo…
MP: Claro, exacto, fue gemelo. La AMIA se encontraba en refacciones y misteriosamente explotó. Ahí, nuevamente se comenzó a hablar de una traffic bomba, cuyos únicos restos “encontrados” por rescatistas militares israelíes días después son un block de motor con identificación intacta y un amortiguador incompatible con el modelo de block presentado. En este caso, como en el de la Embajada, la supuesta traffic bomba y el supuesto suicida libanes se “evaporaron” a diferencia de los coches bomba de todo el mundo en toda la historia de atentados con coches bomba, cuyos hierros retorcidos y restos humanos quedan fijos en el lugar y sus alrededores.
APU: ¿Y no hubo testigos que vieran la traffic?
MP: No. Es que los agravantes son hasta ridículos. No hubo testigos que vieran la traffic, a excepción de una pariente de un policía federal que dijo haber visto “una traffic manejada por una persona de rasgos árabes”. Además, hay un clave testigo sobreviviente que estaba barriendo la vereda en el exacto lugar donde se ubica el supuesto coche bomba, y niega haber visto vehículo alguno chocando contra la AMIA, reconociendo que en ese caso, no solo lo tendría que haber visto, sino que lo debería haber atropellado.
APU: ¿Qué lugar tiene Rubén Beraja en todo esto?
MP: Sobre cuál ha sido el interés de Beraja, jefe de la DAIA, en encubrir el atentado, nadie hizo hincapié. Como también nadie explica qué hacía la noche anterior al atentado un helicóptero de la policía federal rondando los techos de la mutual, ni por qué el gobierno israelí llamó al gobierno argentino para “consensuar una explicación de los hechos que convenga a los dos países”.
Volviendo a Beraja, hay que decir que él fue parte de una negociación que implicó la extorsión con 500 mil dólares a un detenido para que declare falsamente haber entregado la supuesta traffic a un grupo corrupto de policías bonaerenses, que tras el escándalo fue absuelto.
APU: ¿Cómo puede constatar esto que me dice?
MP: Básicamente con que esta negociación fue filmada y es una de las pruebas por el juicio de encubrimiento que se sigue a ex funcionarios menemistas y de la dirigencia judía. Por cierto, casi no se habla en los medios de este juicio en curso, que resulta tan crucial para buscar el camino del esclarecimiento.
Cristina Fernández, en uno de sus últimos discursos como presidenta, dijo muy correctamente que el hilo del encubrimiento nos llevaría al ovillo de los verdaderos responsables del atentado.
La fiscalía, a través de informes de inteligencia norteamericanos, israelíes y de la SIDE, asociada a ellos, ubican como el kamikaze al ciudadano libanés Ibrahim Berro, muerto por un ataque israelí tiempo después de los atentados y que a la fecha de la explosión se encontraba incapacitado en Líbano.
APU: Espere, Nisman supo hablar de Berro, ¿no es así?
MP: Exacto. El agentezuelo Nisman fue a entrevistarse con los hermanos de Berro en EEUU y volvió a la Argentina diciendo ante los medios que los familiares de Berro lo habían reconocido como el suicida, aunque en la declaración judicial consta que habían dicho todo lo contrario.
Luego está la historia de los dos testigos claves que dicen haberse enterado de la reunión secreta del liderazgo iraní en Irán, en la que se habría decidido la comisión del atentado: uno de ellos es un ex agente de inteligencia iraní exiliado en los 80´ y el otro es un mercenario de la guerrilla anti iraní, Muyahidín Al Jalq, entrenada y financiada desde bases norteamericanas en Irak.
Nuevamente, sin pruebas, sin coche bomba ni suicida, y a pesar de conocer al dedillo todos estos detalles ocultos a la sociedad argentina, pero presentes en la causa, los medios, la dirigencia política y sectores de la justicia, sostuvieron cínicamente la falsa pista iraní a pedido de la política exterior de EEUU e Israel.
Es algo imperdonable que tras veinticinco años, los mejores “servicios secretos del mundo”, junto a todos los investigadores argentinos, la comunidad judía, el conjunto del sistema político y la justicia hayan sido incapaces de esclarecer dos simples atentados con coches bomba sin contar con las pruebas mínimas requeridas para ello, como la existencia misma de los coches bomba y sus kamikazes.
APU: ¿Cómo es posible que a veinticinco años no se sepa la verdad?
MP: Sencillo. ¿Vos pensás que Irán tiene el poder de penetración en la institucionalidad argentina como para comprar durante tantos años el silencio o el desvío de la investigación cooptando a todos los jueces, todos los fiscales, los partidos políticos, los medios y la misma dirigencia judía para garantizarse impunidad embarrando la cancha?
APU: No lo sé.
MP: Es obvio que si hay un poder que en la Argentina tiene capacidad de operar sobre los medios hegemónicos, las embajadas, la dirigencia comunitaria, la justicia federal, la dirigencia política de todos los partidos mayoritarios, la SIDE, etcétera, es el binomio sionista americano, y no justamente Irán.
Ha sido la dirigencia judía argentina, de la que formaba parte en ese entonces el actual secretario de DDHH de Macri, Claudio Avruj, la que ha ofrecido dinero a testigos para inventar pruebas falsas. Ni los iraníes, ni Cristina Fernández, fueron ellos.
Hay que preguntarle a las embajadas de EEUU e Israel por qué recomendaron a Macri a Jorge Fino Palacios, ex comisario de la federal acusado de encubrimiento y entorpecimiento de la causa AMIA, como jefe de la nueva policía metropolitana, y por supuesto, preguntarle al mismo Macri, cómo puede ser que a pesar de los antecedentes de Palacios, lo haya puesto efectivamente en ese cargo.
APU: Volviendo al memorándum, ¿por qué es tan crítico con la causa de Nisman contra Cristina?
MP: Primero porque uno de los principales ejecutores del encubrimiento, como bien lo acabo de demostrar, es el mismo Nisman.
Recordemos que Nisman recibía pagos ilegales del financista de Netanyahu a sus cuentas en el extranjero y que sus escritos antes de presentarse en la justicia argentina eran supervisados por la embajada norteamericana, lo cual, en medio de una investigación tan sensible a la seguridad nacional y nuestra posición geopolítica, constituye un abierto delito de traición a la patria en los términos de la constitución y las leyes argentinas.
En segundo lugar, una vez demostrada la falsa imputación a Irán en los atentados, lo de las alertas rojas no tiene ningún asidero. La justicia británica detuvo en 2003 a Hadi Soleimanpur, uno de los acusados iraníes con pedido de detención en Interpol. En el juicio de extradición, para traerlo a nuestro país, los británicos le pidieron a Nisman que presente todas las pruebas para entregarlo a la justicia argentina.
Habiendo presentado todo lo que tenía, la justicia británica decidió ponerlo en libertad, planteando que las pruebas de Nisman eran un mamarracho, siendo las mismas que las que pesan sobre el resto de los acusados.
Incluso así, el mismo presidente del comité ejecutivo de Interpol, Robert Noble, tras la denuncia de Nisman contra Cristina, hizo un comunicado público denunciando la falsedad de que Argentina haya solicitado la suspensión de las alertas rojas tras la firma del memorándum.
APU: ¿Qué importancia tiene el hecho de que mientras Irán negociaba el memorándum, también trataba los acuerdos nucleares?
MP: Es una gran pregunta. Mucha. Irán es un jugador de primera línea en el escenario conflictivo de Medio Oriente en el que todas las potencias suelen hacer doble y hasta triple juego.
Pensar que el memorándum con Irán no estaba en las discusiones de alto nivel entre la diplomacia argentina y la norteamericana es de una ingenuidad pasmosa, puesto que son convergentes en el tiempo y en objetivos. Ah, y que la cocina de esas conversaciones estaba circunscripta a D´Elía, Esteche y Yusuf Jalil, sin quitarles derecho a opinar ni nada por el estilo, es un absurdo de dimensiones olímpicas. Es no reconocer la realidad de los actores que atraviesan la causa, su peso y el nivel de conversaciones que estas cuestiones exigen.
APU: Ahora que lo menciona, recuerdo que se dijo que D´elía negoció un convenio nuclear secreto con Irán…
MP: Es risueño. Decir que D´Elía estaba negociando un convenio nuclear secreto con Irán cuando todos los ojos del planeta se encontraban en la negociación de la AIEA es realmente risueño. Siguiendo con la denuncia de Nisman, hay que decir que es un bluff, un mamarracho payasesco de punta a punta que solo tiene seriedad en los marcos del plan colonial que el sionismo desarrolla en la Argentina.