Debate por la legalización del aborto: el día después
Por María Emilia Soria *
Nos despertamos el 9 de agosto con un sabor agridulce. Por un lado, una marea verde inundó las calles de esperanza, a pesar de las lágrimas en los ojos de las miles de compañeras que supieron tejer redes que difícilmente puedan romperse.
Dentro del recinto de la Cámara alta sin embargo, el clima fue tenso, incómodo, faltó el pensarse en el otro, en las otras. No nos sorprendió el resultado sino los siniestros argumentos que fueron esgrimidos por algunos y algunas que dicen representar a las provincias y a su pueblo.
El debate por la ley de legalización de la interrupción voluntaria del embarazo (IVE) se dio en el medio de una coyuntura política y económica muy particular. El Poder Ejecutivo disparaba aumentos tarifarios, para las familias era cada vez más costoso llegar a fin de mes y esto era solamente el ojo de la tormenta.
Ya para el mes de mayo, volvimos al fondo. El presidente Macri nos devolvió al Fondo Monetario Internacional (FMI) a cambio de pauperizar cada vez más a la nación.
Con este escenario calamitoso, era imprescindible distraer la atención de la mirada pública hacia otra dirección y, de ser posible, profundizar aún más las diferencias entre los y las compatriotas. Unir a los argentinos parece estar muy presente en los discursos del sr. presidente y equipo. Sin embargo sus políticas demuestran exactamente lo contrario.
Si bien la demanda social de una ley que legalice la IVE tiene una larga historia en nuestro país, para la agenda parlamentaria se convirtió en un cisne negro.
El Poder Ejecutivo y sus secuaces en ambas Cámaras creyeron que tan solo montando un show mediático podrían apartar las miradas de la catástrofe económica y social que estamos atravesando producto de las políticas neoliberales que se han llevado a cabo en los últimos dos años y medio de gobierno.
Lo que no tuvieron en cuenta fue que la sociedad demandaría como colectivo y de manera federal que se garantice la interrupción voluntaria del embarazo de manera legal, segura y gratuita a lo largo y a lo ancho del país. Era una cuenta ya saldada, muestra de una sociedad consciente de sus derechos y que se ha sentido defraudada con sus representantes.
El camino dentro del Parlamento recién comienza. En las calles las pibas y pibes seguirán reclamando que sea ley.
Como legisladores y legisladoras no podemos desconocerles, ni desoírles. Esa juventud quiere un Estado que le garantice derechos, que le garantice un futuro.
Fue un nueve de agosto para guardar en la memoria donde se hizo historia en la calle.
Nunca más una muerta por aborto clandestino. Aborto legal, seguro y gratuito por el derecho a decidir.
Será ley.
* Diputada Nacional del Frente para la Victoria por la provincia de Río Negro