Apostasía: “Si se hace en forma colectiva es un hecho político”
Por Paula Bellingeri
Taty Barranco es impulsora de la Campaña de Separación de Iglesia del Estado, transfeminista, acompañante terapéutica, estudiante de psicología y militante de género, diversidad sexual y Derechos Humanos. En diálogo con Agencia Paco Urondo, habló sobre los inicios de la campaña, los objetivos y su vínculo con el movimiento transfeminista.
AGENCIA PACO URONDO: ¿Cómo se gesta la campaña por la separación de la Iglesia del Estado? ¿Cuáles son los lineamientos ideológicos y políticos del mismo?
Taty Barranco: La campaña Federal por la separación estado iglesia se gestó a partir de la necesidad de sacar el velo religioso de las personas, en una sociedad estructurada por la institución eclesiástica por tradición. Se gesta porque en momentos de revolución transfeminista y de debates sobre la emancipación y libertad sobre lxs cuerpxs de las personas gestantes, no había una concientización sobre cómo influyen los dogmas religiosos en las acciones de las personas y en las decisiones políticas. Era imperioso poder alzar la voz y poner sobre la mesa el debate de la separación de las creencias personales y el estado, cuya función es el progreso social.
Entendemos que mientras no sea un estado laico realmente en la práctica, el progreso es una falacia más...una ilusión de una parte de la sociedad que deja fuera a un sector vulnerable muy importante de la misma: como las sexualidades disidentes, las personas que abortan en clandestinidad, personas de bajos recursos que no tienen las herramientas para acceder a la salud sexual reproductiva, etc. Además de que la iglesia prohíbe la implementación de la ESI y promueve la estigmatización, señalando que es lo normal y lo “no normal”, promoviendo la discriminación y el patriarcado .
Pensamos que la igualdad de género, la justicia social y la igualdad de oportunidades sólo pueden venir de la mano de un estado involucrado en la realidad social y tomando una postura abierta, plural, inclusiva, en la implementación de las acciones. Sin dejar afuera ningún sector vulnerable y sin hacer la vista gorda a la realidad.
APU: En relación a los partidos y movimientos políticos, actualmente atravesados por los feminismos y transfeminismos: ¿Cómo cree que infiere la campaña de separación de la Iglesia y el Estado?
TB: La campaña fue un gran Impulso para muchas agrupaciones y movimientos políticos, que usan nuestro logo y difunden la causa con nuestro slogan.
La campaña impulsó el debate de la separación estado/iglesia como ninguna otra lo había hecho, más allá de que la causa es antigua. Hemos logrado encontrar el momento exacto, la forma de transmitir un mensaje y hemos captado la parte de la sociedad que nos representa y nos sostiene: el transfeminismo. Justamente por esto, cualquier movimiento político no puede desoír la propuesta de la campaña. Creo que es una obligación personal y colectiva alzar la bandera de la libertad y emancipación de las personas con respecto a la opresión moral/religiosa que hemos sufrido a lo largo de los tiempos.
Cada movimiento sabrá cómo acomodar la temática en su grupo de pertenencia. Pero lo más importante es que la campaña, como grupo orgánico, invita a la Unión de todos, todas y todes. Para dividirnos tenemos muchas diferencias, pero esta causa nos toca a todes por igual y sólo se puede oponer quien se pare en la vereda patriarcal. La consigna está siendo debatida en el interior de cada partido, grupo, asociaciones, etc. Porque no puede ser de otra manera en este momento histórico. Cada unx sabrá cómo implementa la adhesión.
APU: ¿Cuánto impacto considera que tuvieron el feminismo, el transfeminismo y los movimientos a favor de la IVE en esta convocatoria pública de apostasía?
TB: La apostasía tiene la ebullición en este momento justamente por el transfeminismo y por la gran lucha por la ley IVE. La apostasía no es nueva. Pero a partir de poder visualizar cómo la institución Iglesia nos separaba de los objetivos de acceso a la salud pública, a la educación sexual integral, a la salud sexual reproductiva y mil etcéteras más, se tomó conciencia que mientras los dogmas morales/religiosos estén en el corazón del Congreso, no hay avance posible. Éramos millones de personas apoyando la IVE el 8 de agosto y la votación fue teñida de credo. La iglesia tiene la responsabilidad de que muchas vidas se pierdan a lo largo de la historia, este momento lo corrobora. Nuestro grupo y nuestro pañuelo naranja está siendo usado como símbolo de descontento.
APU: ¿Cómo analiza la relación entre la Campaña por el Aborto Legal Seguro y Gratuito y la Campaña de Separación de la Iglesia del Estado?
TB: La campaña Naranja surge de la mano de la ola Verde. Creé el grupo justamente porque veía que no había un debate claro sobre la incidencia de la iglesia en las decisiones políticas. Se necesitaba con urgencia activar un plan de lucha y acción federal, plural y sobre todo diverso para ponerle luz al accionar eclesiástico y el retroceso que este produce en la sociedad.
Las sexualidades disidentes, los cuerpos gestantes y la mujer hetero CIS fueron oprimidxs , invisibilizadxs y cosificadxs u tratadxs de enfermos/inmorales hasta el día de hoy. Justamente en esa tradición se enmarcan los dichos del Papa con respecto a curar con un psiquiatra los niños homosexuales. La iglesia no retrocede, redobla la apuesta. Pero ahora nos tiene organizadxs y unidxs como nunca en la historia se pudo ver.
APU: ¿Consideran a la apostasía como una herramienta discursiva y contrahegemónica para en un futuro dejar de subsidiar religiones?
TB: La apostasía es un símbolo de rechazo a los dogmas religiosos, si se hace en forma colectiva es un hecho político. Por eso la necesidad de que sea en masa y difundida. Para demostrar que la iglesia no tiene el acompañamiento de la mayoría de la sociedad como dice y para que en algún momento esta acción (apostasía) junto a otras como movilizaciones, debates, difusión, concientización y un proyecto de Ley Federal, hagan el cambio que deseamos. Sobre todo sociocultural. Pedimos que se revea o elimine el art 2 de la Constitución Nacional el cual dictamina que el Gobierno Federal sostiene el culto Católico Apostólico y Romano, como también los artículos y decretos satélites los cuales se impulsaron en la dictadura y aún siguen vigentes y que sostienen las jubilaciones, sueldos y privilegios económicos de parte del estado hacia lxs efectores de la iglesia.
Se puede lograr un cambio de paradigma. Es preciso lograr también que tenga personería jurídica privada. Ahora tiene poder de estado. Es un estado dentro del estado. Eso debemos cambiar.
APU: ¿Por qué la campaña es apartidaria?
TB: Porque creemos que la única forma de derrotar está institución tan poderosa es la unión de todes sin distinción de banderas. Todas las personas que compartan la causa es bienvenida a sumarse y activar. Obviamente agrupaciones políticas, sociales , asociaciones, personas sueltas: todes por igual. Vamos por el igual tratamiento de todas las religiones, sin que ninguna tenga poder político. Respetamos los credos y pensamos que deben quedar en lo privado y no salir al ámbito público.
Lo importante es tratar de que nazca la Matria transfeminista. Si logramos en unidad los objetivos habremos vencido a la mayor fuerza opresora de la historia, que es la Iglesia Católica Apostólica Romana.