“Nuestra actividad gremial no puede estar separada del análisis de las políticas públicas donde trabajamos”
Por Soledad Allende
El pasado jueves 22 de noviembre se realizó una nueva jornada de protesta y una charla debate, en reclamo de la reincorporación de Mariana y la estatización de la línea 144. La actividad se llevó adelante a pesar de los aprietes y amenazas de descuentos por parte de algunos de los funcionarios de la cartera hacia las y los trabajadores que asistieran.
Mariana aún se encuentra desocupada tras los despidos disciplinatorios realizados por la secretaría de Derechos Humanos de La provincia de Buenos Aires en mayo del corriente año. Las despedidas fueron trabajadoras del Equipo de seguimiento de casos de violencia de género, que vienen reclamando la estatización de la Línea 144 y denunciando la precariedad de sus condiciones de trabajo.
“En el marco del día internacional por la no violencia a las mujeres y las disidencias sexuales, nuestra actividad gremial no puede estar separada del análisis de las políticas públicas donde trabajamos, por eso invitamos a estas grandes compañeras para que nos compartan sus saberes”. Así introdujo Cintia Nucifora, quien encabeza la Junta Interna de la Secretaría de Derechos Humanos de la Provincia de Buenos Aires, a las tres panelistas de la charla: Marta Dillon, Estela Díaz y Laurana Malacalza.
Estela Díaz fue invitada en su calidad de secretaria de género de la CTA de las Trabajadoras, y por haber sido la primera coordinadora del AVM. El AVM fue la primera línea telefónica de Atención a Mujeres en situación de Violencia de la Provincia de Buenos Aires, que operó en coordinación con el 911. Una política pública de atención, asesoramiento y derivación de mujeres con capacidad de intervención en situaciones de violencia institucional y de articulación de servicios locales en toda la provincia, y que puede entenderse como antecesora de la Línea 144, privatizada y recortada en sus funciones bajo el actual gobierno. Marta Dillon, referencia obligada de la Asamblea de Feminismos Populares y periodista de pagina 12, dos espacios que han motorizado el movimiento #Niunamenos, y que han colocado el reclamo de las trabajadoras de la Linea 144 en el centro de sus reivindicaciones. Laurana Malacalza[3], docente de la Universidad del Centro, viene desarrollando un trabajo ineludible en relación al análisis de casos de violencia de género, a través del Observatorio de Violencia de Género de la Defensoría del Pueblo de la Provincia de Buenos Aires.
Las intervenciones de las panelistas giraron en torno al estado en el que se encuentran las políticas públicas de género, y la historia de esas demandas de género que fueron encarnadas por el Estado. Políticas públicas que fueron pensadas, operadas y conducidas por el feminismo, y conquistadas por el movimiento de mujeres durante la década ganada.
Pero también hubo una reflexión muy profunda en torno a los modos en los que las violencias de género son funcionales al proyecto económico, político e institucional del neoliberalismo. En este sentido, dos aspectos del análisis son destacables: El primero es el que señala que la violencia hacia las mujeres, en éste contexto, ya no puede ser entendida exclusivamente en el seno de las relaciones interpersonales, y que deben encontrarse modelos explicativos que involucran el accionar de actores dentro y fuera del Estado que operan en los barrios de acuerdo a tecnologías de control de la población relativamente novedosas en nuestro país, pero ampliamente estudiadas en otras regiones de América Latina. El segundo tiene que ver con la crítica al paradigma securitario neoliberal que encarnan las políticas públicas bajo el gobierno de Cambiemos y que es el complemento ideal de una política de ajuste estructural y financiarización de la economía sin precedentes y de una economía clandestina que crece al mismo ritmo.
La marea sindical, viene a brindar el espacio concreto desde donde pensar la dimensión política y económica de la violencia de género desde una perspectiva de clase. De las exposiciones de las panelistas se desprende la necesidad de aportar a la construcción de un proyecto político y económico antineoliberal, cuya viabilidad depende en gran medida de una transformación radical en la estructura de género que produzca nuevos modos de vinculación entre las personas, en virtud de la reconstrucción de un tejido social permanentemente violentado por el accionar represivo y los planes económicos del neoliberalismo. Pero también, la necesidad de reinventar una institucionalidad estatal capaz de garantizar en el tiempo los Derechos Humanos de las personas, en términos económicos y sociales.