“El neoliberalismo reafirma la violencia a las mujeres como una herramienta de gobernabilidad”
Por Soledad Allende
Laurana Malacalza es docente de la Universidad del Centro, y dirigió el Observatorio de Violencia de Género perteneciente a la Defensoría del Pueblo (OVG), organismo que tiene un rol clave en el proyecto de Registro Único de Casos (RUC). El RUC es un tema pendiente de éste gobierno, y es necesario para diagnosticar la violencia en tanto problemática social y evaluar el funcionamiento de las políticas públicas de género.
Su intervención en la charla debate organizada por las trabajadoras de la linea 144 giró en torno a tres ejes fundamentales: En primer lugar, la caracterización de la violencia a la mujer en el contexto del neoliberalismo trasciende ampliamente el ámbito de las relaciones interpersonales e involucra a sectores de poder fuera y dentro del estado. En segundo lugar, el paradigma securitario neoliberal es funcional a los intereses de estos sectores de poder, y no da respuestas efectivas a la salida de situaciones de violencia. Por último, ¿Es posible pensar políticas de género efectivas en el marco de un estado neoliberal?
“Nuestra preocupación central, a partir de la producción de conocimiento elaborado desde la OVG, es sobre las políticas públicas en la provincia de Buenos Aires. No tiene que ver con un trabajo de escritorio sino con un trabajo de intervención en políticas públicas, a partir del seguimiento de casos. Lo que más nos preocupa con las compañeras, es la necesidad de contextualizar la agenda de género en esta etapa de neoliberalismo en el poder, que necesita de la violencia para hacer posible su proyecto. Porque el neoliberalismo reafirma la violencia a las mujeres como una herramienta de gobernabilidad. Entonces tenemos algunas contradicciones fundamentales ¿Cómo es posible, desde estados que promueven la violencia, pensar políticas públicas que atiendan violencia? Porque el efecto de las políticas neoliberales no sólo representa un aumento de la violencia, sino un aumento en la letalidad y la crueldad de estas violencias contra mujeres, niñas y adolescentes. Estas violencias han sido naturalizadas, porque en sus múltiples manifestaciones se nos presenta cotidianamente sin que produzca demasiada alarma”, señaló Laurana Malacalza.
Además, agregó que: “Entre las situaciones de enorme de violencia hacia las pibas de los barrios no sólo encontramos violencia intrafamiliar, sino también violencias que se articulan con la presencia cada vez mayor de bandas narco-criminales, con grupos paraestatales, con grupos que Rita Segato entiende como pertenecientes a un Segundo Estado. Grupos que cuentan con el guiño de las fuerzas policiales para que esas violencias se desarrollen y estos grupos puedan seguir vinculando la economía legal y la clandestina. En ese contexto tan difícil: ¿Cómo pensar políticas públicas contra las violencias, que no necesariamente se enmarcan en violencias interpersonales?”.
“Para tratar de dar una respuesta es necesario hacer un diagnóstico. Las políticas de atención a la violencia a las mujeres se concentran en un modelo absolutamente securitario: el paradigma se sustenta en la gestión judicial y policial de los conflictos, con una respuesta exclusivamente punitiva. Desde el movimiento feminista venimos reclamando políticas integrales, y decimos que no es que falten políticas públicas, es que es esa la definición de política pública para éste gobierno. Necesitamos un paradigma distinto, porque el principio de la responsabilidad individual, un principio fundamental del paradigma neoliberal que propone a las mujeres una salida individual, fortalece una falacia, que es que podemos gestionar individualmente nuestras vidas en condiciones en las que casi no es posible la vida. Esa falacia es la que nos atrapa en las definiciones de las políticas públicas: botones antipático, app para realizar denunciar, la promoción de llamados al 911, atención individual y asesoramiento en la línea 144, tobilleras para prevenir situaciones de riesgo”, afirmó Laurana Malacalza.
“Frente a esto hay que repensar otro paradigma. Colectivo, constructor de comunidad. ¿Es este Estado capaz de construir ese paradigma alternativo? O tenemos que construir otro modelo de estado, otro proyecto político, otra forma de estatalidad? Hay momentos que dentro del estado se puede dar una disputa de sentido, y hay momentos en que no, hay que buscarlos por fuera” concluyó Malacalza.