Se presentará el séptimo número de la revista Autogestión
El bar “La Dignidad”, en la esquina de Bolívar y México, en San Telmo, recibirá este jueves a las 18 horas la primera de las presentaciones del séptimo número de la revista Autogestión para otra economía.
Órgano de difusión de empresas recuperadas y autogestionadas argentinas, Autogestión es dirigida por el antropólogo y cooperativista Andrés Ruggeri, que en el mismo evento presentará su reciente libro Autogestión y revolución, editado por la cooperativa Callao.
AGENCIA PACO URONDO se contactó con Ruggeri, que ofreció un anticipo de los temas abordados en la revista y comentó los puntos centrales que enfocó en su libro. Además, se le consultó por un balance sobre el reciente Encuentro Sudamericano de “La Economía de los/as Trabajadores/as”, que se llevó a cabo en Santiago de Chile con organización del programa Facultad Abierta, que él dirige.
AGENCIA PACO URONDO: ¿Cuáles son los ejes temáticos centrales de esta edición de la revista Autogestión?
Andrés Ruggeri: En este número tomamos la decisión de no tener un eje central que articule el contenido de la revista, sino diversificar más el enfoque y dar lugar a temáticas diferentes, aunque por supuesto todas relacionadas con la autogestión y los temas centrales de la revista definidos desde el primer número. En este caso, la situación de la economía argentina bajo el gobierno de Cambiemos es analizada desde una perspectiva amplia por Francisco Cantamutto, mientras que los efectos sobre las cooperativas, empresas recuperadas y la economía popular están analizados en varias notas sobre los tarifazos, la ofensiva sobre la industria frigorífica recuperada, los migrantes y la economía popular, y un reportaje sobre estas cuestiones con Juan Grabois. A su vez, se mantienen las secciones fijas: la de Análisis con dos artículos de Henrique Novaes, investigador y militante brasileño, tanto sobre la construcción de una agricultura alternativa en el campo a partir de los movimientos sociales como sobre las implicancias del triunfo de Jair Bolsonoaro. Y la sección histórica analiza un proceso prácticamente desconocido en el país, el “socialismo africano” que intentaron algunos países después de la liberación de los poderes coloniales.
APU: ¿Qué evaluación hace de la publicación, al cabo de siete números?
AR: La evaluación es positiva, a pesar de las dificultades de publicar una revista en este contexto, en que se encarecieron todos los costos y simultáneamente bajó enormemente el poder adquisitivo de la clase trabajadora, que es el destinatario de la revista, en especial el trabajador cooperativista. La revista tiene como criterio mantenerse dentro del circuito autogestionado de producción, lo cual hemos logrado, pero cuesta mucho la distribución. El sostenimiento económico no es fácil, por las razones expuestas, pero es destacable que toda la publicidad venga de organizaciones del sector. A su vez, creo que hemos conseguido un contenido de calidad y que trata temas de interés para el sector autogestionado y para los interesados en el tema. De a poco va ganando espacio como expresión del cooperativismo de trabajo, con el apoyo de organizaciones pero sin ser el órgano exclusivo de ninguna de ellas, asegurando la amplitud de criterios y de visiones. Tratamos de insertarnos en el debate de los protagonistas de la economía de los y las trabajadoras y creo que de a poco lo vamos consiguiendo. Por otra parte, también hemos tenido repercusión en el exterior, lo cual está claramente vinculado al desarrollo de las redes internacionales que se vinculan con el encuentro Economía de los/as trabajadores/as.
APU: Hablemos del libro. ¿Por qué “Autogestión y revolución”?
AR: El libro es una historia de las luchas por la autogestión desde las primeras cooperativas en la Inglaterra de la Revolución Industrial a principios del siglo XIX hasta las experiencias de colectivización de las industrias y el campo en la zona republicana en la guerra civil española, impulsada por los anarcosindicalistas de la CNT. En el recorrido histórico que hacemos, pasamos por el pensamiento de Marx, Rosa Luxemburgo y otros teóricos revolucionarios del siglo XIX y principios del siglo XX sobre las cooperativas, los debates en las internacionales obreras, y las expresiones de autogestión del trabajo en la Comuna de París, la Revolución Rusa, los Consejos Obreros en la primera posguerra en Alemania, Hungría e Italia (lo que lleva también a analizar el pensamiento de Antonio Gramsci sobre el tema) y las colectivizaciones en España. Todas surgidas en medio de procesos revolucionarios antes de la segunda guerra mundial, de ahí el título. La idea es recuperar esa parte de la historia que siempre tuvo un lugar de marginalidad, porque no solo no formó parte del discurso de los vencedores sino tampoco de la visión hegemónica de los propios movimientos. Pero hacerlo, además, leyendo los procesos desde la experiencia actual de autogestión obrera que expresan nuestras empresas recuperadas. En cada uno de estos casos se pusieron en juego cuestiones del lugar y la época, pero también se debatieron temas y proyectos que tienen vigencia en el presente. Y al analizar los casos, nos encontramos con preguntas y discusiones muy actuales. La lectura de Marx sobre las cooperativas (“las fábricas cooperativas de los obreros mismos”, según su expresión) llama la atención por su actualidad, se podría aplicar casi palabra por palabra a las empresas recuperadas actuales; o las reflexiones de Gramsci sobre los consejos de fábrica, los debates entre bolcheviques y anarquistas sobre el control obrero, las polémicas entre Abad de Santillán y la ortodoxia anarquista sobre la economía de la revolución, en todos estos casos aparecen nudos de análisis que aún hoy son de utilidad. El libro está pensado desde esa óptica, pero para poder hacerse esas preguntas, hay que rescatar esas experiencias y debates del olvido, generalmente intencionado, incluso por corrientes de izquierda. En suma, creo que hay que sacarse de encima las ortodoxias y tratar de aprovechar las lecciones del pasado. Este libro, espero, será continuado por otro donde van a tener presencia procesos en el resto del mundo, en especial en América Latina, hasta llegar a la autogestión contemporánea.
APU: Hace pocas semanas se concretó un nuevo Encuentro Sudamericano de “La Economía de los/as Trabajadores/as” en Santiago de Chile, otro de los proyectos que surgen del grupo que dirige. ¿Qué balance hace de su desarrollo?
AR: El Encuentro Sudamericano nos encontró en un momento muy particular de América Latina, en que pareciera que la derecha y la ultraderecha se vuelven imparables en la región. Fue una semana después del triunfo de Bolsonaro en Brasil, lo que tiñó bastante las discusiones con la clara percepción de que no alcanzaba con el intercambio y el análisis de las experiencias, sino que debíamos fortalecer una organización regional (e internacional) que empiece a dar cuenta de los desafíos del momento, en especial para las empresas autogestionadas y sus movimientos. Esto implica no solo la solidaridad sino la articulación, incluso la articulación económica. También se evidenció un crecimiento muy destacable del cooperativismo de trabajo en Chile, la organización fue impecable y demostró esta madurez. Chile vive en un neoliberalismo de 40 años, implantado por la dictadura pinochetista y nunca abandonado, por lo que ver tantas cooperativas y especialmente tantos jóvenes cooperativistas, preocupados por la autogestión más que por la formalidad de las instituciones cooperativas, es alentador. Eso contrastó mucho con la cumbre de la Alianza Cooperativista Internacional-Américas que había tenido lugar en Buenos Aires la semana anterior, que aunque contó con exponentes del cooperativismo autogestionado fue prácticamente un acto institucional a espaldas de la resistencia y la lucha que expresa la autogestión del trabajo en estos momentos de nuestra región.
Una semana después, además, se hizo el encuentro de la región de América del Norte, Central y el Caribe, en Ciudad de México. Este encuentro se dio en un contexto distinto, debido al triunfo de López Obrador en ese país, a lo que se sumó la enorme participación sindical a partir de experiencias como el Sindicato Mexicano de Electricistas, el de Mineros y empresas recuperadas como TRADOC, una fábrica de neumáticos en Guadalajara. La cuestión migrante estuvo en el candelero debido a la caravana que en esos momentos pasaba por la ciudad. También hubo una destacada presencia de cooperativas, sindicatos y activistas de Estados Unidos. Ambos encuentros coincidieron en la necesidad de avanzar en la organización y la creación de una red internacional de este tipo de experiencias y organizaciones.