Por qué siempre defendimos a los Qom
Formosa, tierra y poder
Lejos de la simplificación porteño-céntrica, el escenario formoseño es complejo en clases sociales, concentración de la tierra y disputa política.
El problema de la tierra en Formosa viene de larga data. En 1973 los productores minifundistas de algodón nucleados en la Unión de Ligas Campesinas de Formosa entraron por primera vez a la capital provincial para reclamar una reforma agraria. Las presiones en contra de la Sociedad Rural formoseña fueron enormes y coadyuvaron a la inestabilidad del gobernador. El complicado panorama derivó en la intervención de Juan Perón sobre el gobierno formoseño en noviembre de 1973. Las políticas de reforma estructural a favor del campo popular que encarnó el FREJULI en esos años no pudieron enfocar adecuadamente el problema de la tierra provincial.
Luego está el escenario político actual. Por un lado, el gobierno provincial de Gildo Insfrán, legítimamente electo, estableció un marco de acuerdos importante con la Nación. El sistema de alianzas del gobierno nacional no es una cuestión menor para el proyecto que encabeza la compañera Cristina. Otra variable es que la alternativa real al justicialismo formoseño la expresa el radical Ricardo Buryaile, cuya fortuna heredó de su padre y fue amasada en base al desalojo campesino sistemático durante la última dictadura. Como dato secundario, Buryaile es el vicepresidente de la CRA, una de las organizaciones de la mesa de enlace y durante el conflicto de la 125 propuso “disolver el Congreso” si este no derogaba las retenciones. Un tercer inciso es que las fuerzas indígenas y criollas han sufrido de incapacidad para construir una fuerza política protagonista. Esto se vio reflejado en los problemas de representatividad dentro de la comunidad y en las disputas entre Félix Díaz y Cristino Sanabria. Quizás, los intentos recientes del Movimiento Campesino Formoseño (MOCAFOR) sean la novedad más interesante al respecto. Súmese a todo esto el apoyo interesado como el canal TN (Grupo Clarín) o de furibundas antikirchneristas como Magdalena Ruiz Guiñazú.
Nuestra tarea
Así y todo, ningún conflicto es puro. Y nuestro ejercicio militante pasaba (y pasa) por difundir el reclamo de los Qom. Desde nuestra condición de militantes del campo popular no podemos dejar de acompañarlos, sobre todo cuando hay muertes de por medio. Ese es el límite que no se puede traspasar.
Luego de los asesinatos del 24 de noviembre de 2011, le dimos amplia difusión a la problemática Qom. En el encuentro de la Corriente de la Militancia realizado el 2 de diciembre, instalamos el tema entrevistando a Sandra Russo, Horacio Verbitsky y Morgado preguntando por la situación desencadenada en la provincia norteña, reportajes publicados inmediatamente. El 14 de diciembre publicamos una galería de fotos del acampe en la 9 de Julio. Desde enero, la integrante de la Agencia Noemí Arzamendia (nacida en Formosa) comenzó un seguimiento pormenorizado del caso que incluyó entrevistas a los Qom en el acampe. En el acto de Huracán realizado el 11 de marzo, día festivo para la militancia kirchnerista, el despliegue de la Agencia incluyó preguntas nuevamente a Morgado para que explicase como seguía la cuestión.
Eso no significa que corramos al gobierno por izquierda, somos kirchneristas a secas. Justamente por nuestra condición de kirchneristas nos paramos sobre las contradicciones del proceso para que se resuelvan a favor del campo popular. En todo gobierno policlasista que intenta llevar a cabo un proyecto de reformas estructurales a favor del Pueblo existen numerosas complejidades y contradicciones. La dinámica de un país capitalista periférico es consustancial a la existencia de la conflictividad social.
Es necesario entender que los conflictos no se agotan por más gobierno popular que exista en la Rosada. La perfecta armonía de las clases sólo existe en los cementerios. En la Argentina actual, los conflictos sociales que pongan en contradicción al gobierno seguirán existiendo, como ya sucedió con los tercerizados ferroviarios, el Parque Indoamericano y José León Suárez (donde por cierto, no hubo ninguna participación no-kirchnerista en el barrio, excepto la diputada Donda).
Entonces, nuestra tarea es cubrir las contradicciones tensionando hacia una resolución favorable a los intereses populares. En general, eso va de la mano con apoyar al gobierno nacional y defender la gestión de Cristina. Pero en ocasiones, habrá que apelar al arte de la política para intentar que los conflictos tengan un desenlace que beneficie a los sectores populares. En el caso concreto de los Qom la línea adoptada por La Paco fue el seguimiento pormenorizado y la difusión del conflicto. Los acuerdos alcanzados en la reunión del lunes confirman lo acertado de la postura asumida por la Agencia. (Agencia Paco Urondo)