Elecciones en Neuquén: la historia reciente habilita el optimismo del peronismo kirchnerista
Por Enrique de la Calle
El domingo, en Neuquén, tendrá lugar la primera contienda electoral del año. La cual es importante por varios motivos. En primer lugar, porque da comienzo a un calendario que concluirá con la elección presidencial. En segundo, porque se trata de la provincia donde está alojado el yacimiento de Vaca Muerta, la única actividad económica que atrae inversiones extranjeras.
La disputa enfrentará al Movimiento Popular Neuquino (Omar Gutiérrez buscará revalidar la gobernación), al peronismo kirchnerista (Ramón Rioseco) y a Cambiemos (Pichi Quiroga). Las encuestas dan cuenta de un escenario parejo, con una ventaja mínima para el MPN, a quien, además, lo avala la historia de largo alcance: desde 1962 ganó todas las elecciones provinciales. ¿Cosa juzgada?
Sin embargo, el justicialismo tiene motivos (y muchos) para ilusionarse con un batacazo. Ocurre que la historia más reciente, la que incluye los plebiscitos de 2015 y 2017, muestra señales de agotamiento del oficialismo y de crecimiento de la oposición peronista.
Vayamos a los números. Hace cuatro años, Gutiérrez se quedó con la gobernación al sacar el 40% de los votos (141 mil boletas). En segundo lugar, quedó Rioseco, con el 31% (108 mil). Tercero: Pichi Quiroga (21% y 72 mil votos). ¿Qué pasó sólo dos años después? El MPN cayó al 21% (80 mil votos) y el radicalismo creció al 28% (105 mil votos). Esas cifras dan cuenta de dos retrocesos. En primer lugar, la caída notable del MPN. Por el otro, la del voto no peronista, que pasó del 61% en 2015 al 49% en 2017. En esa pecera (que sigue siendo grande) deberá pescar Gutiérrez, que necesita con urgencia que Cambiemos se desdibuje el domingo.
Mientras tanto, el peronismo kirchnerista creció en el último tiempo: pasó del 31% en 2015 al 37% en 2017, cuando Rioseco y Darío Martínez fueron cada uno por su lado (cada uno sacó 18%, aproximadamente). El domingo, el primero será candidato a gobernador y el segundo, su vice. Habrá que ver si la unidad logra mantener el caudal electoral de 2017. Si Rioseco se queda con los 140 mil votos de hace dos años, el sueño de un batacazo estará muy cerca.