Querida Victoria. El intercambio epistolar entre Victoria Ocampo y Albert Camus
Por Gito Minore
“Era verano. Acababa de leer –de descubrir con entusiasmo– Calígula, obra de un desconocido. Pero ya me parecía conocerlo y lo estaba traduciendo. Así me encontré con Albert Camus en Mar del Plata, hasta donde él nunca tendría tiempo de llegar, físicamente.”
Con estas líneas, Victoria Ocampo, en la sexta serie de Testimonios, rememoraba ese momento tan particular y emotivo: el descubrimiento de un autor que, además de convertirse en colaborador asiduo de su revista Sur, se volvería con el correr de los años, en un amigo personal.
Solo unos meses después, ambos intelectuales se cruzarían en Nueva York. La ciudad los reunía por distintos motivos: él estaba de visita dando conferencias, ella planificando un extenso viaje a Europa, donde se volverían a encontrar, y a cimentar una amistad que duró desde ese 1946 hasta 1959, cuando falleció el argelino. Años transversales en la historia del siglo XX, de las que ambos fueron protagonistas importantes.
Sumidos en una Europa que acababa de salir de la Segunda Guerra Mundial, y en una Argentina donde el peronismo, representaba una amenaza para los intereses su clase, las 39 cartas que se prodigaron, trazan un periplo más que interesante de sus pensamientos.
Con abundantes notas al pie a cargo de Eduardo Paz Leston (compilador del volumen y actual Miembro del Consejo de Administración de la Fundación Sur) las cuales reconstruyen el clima de la época; el presente libro además recoge las páginas el diario de Camus en nuestro país, y numerosas reproducciones facsimilares, entre las que se destacan varios originales de epístolas, y portadillas autografiadas.
El título, recientemente editado por Sudamericana, además de rescatar esta correspondencia rezagada en la privacidad de sus archivos, es una pieza indispensable para entender las relaciones entre estos dos grandes exponentes de la cultura del siglo pasado.