Salvarezza, sobre el COVID19: "No es una guerra, pero tensiona a la sociedad en una dimensión comparable"
Por José Cornejo*. Colaboraron en la entrevista Josefina Figueroa, Leandro Andrini y Boris Katunaric. Foto: Dirección de Comunicación y Prensa/MINCyT.
Agencia Paco Urondo: ¿Qué respuesta está teniendo la comunidad científica a las iniciativas del ministerio? ¿Cómo están conviviendo?
Roberto Salvarezza: Hemos tenido una respuesta muy amplia. Se ha sumado muchísima gente a todas las convocatorias existentes. Desde el principio, el plan Argentina contra el Hambre. En los distintos proyectos se sumaron mil investigadores. Ahora contra el Coronavirus tenemos un apoyo amplio. Hemos sumado casi 500 personas a una serie de estudios que se están haciendo sobre el impacto económico, con distintas personas que se ofrecieron a colaborar espontáneamente, gente que tiene el equipamiento y el aislamiento necesarios para llevar adelante investigaciones. O sea, tenemos una respuesta rápida y masiva. Que van desde las Ciencias Sociales hasta especialistas en biotecnología, medicina, química, física, informática, los que han elaborado las aplicaciones que está desarrollando el gobierno. Hemos tenido una respuesta excelente.
APU: Específicamente, ¿cuál es el lugar que están ocupando las Ciencias Sociales?
RS: Un rol muy importante. Hay una comisión trabajando con la unidad interministerial a cargo Alejandro Grimson, uno de los asesores directos del presidente. Una comisión de Ciencias Sociales que está trabajando el impacto económico, como te decía, y ya hay un informe preliminar. Ha involucrado a 500 investigadores y a 1500 referentes sociales de todo el país. Contamos con información que se está relevando a través de encuestas que comprenden desde Tierra del Fuego hasta Jujuy.
APU: Una de las chicanas que ha girado sobre todo en los medios hegemónicos son los cuestionamientos a la frase específica de Alberto Fernández de "este es un gobierno de científicos". ¿Notás la existencia de sectores muy críticos con los científicos argentinos?
RS: Realmente este es un gobierno con científicos. Padecemos la animosidad de un sector político que despreció la ciencia, la sigue despreciando y que fue el gobierno de CEOs. No nos sorprende esa animosidad que ya habían manifestado en su gobierno. Ustedes se acordarán de “ciencia útil contra ciencia inútil”, la acusación de ñoquis, “las Ciencias Sociales ¿para qué están?”. Les molesta que haya científicos, que haya docentes universitarios, que el conocimiento sea parte de un gobierno y que se aplique a políticas públicas. El gobierno anterior realmente no tenía políticas públicas, sólo tenían políticas empresarias.
APU: ¿Cómo ve el funcionamiento del sistema científico en los países donde la situación es bastante crítica, como España, Italia, EE.UU.?
RS: Más que una falta del sistema científico es una falta de los gobiernos. Si uno trata de correlacionar la fortaleza de los sistemas médicos referido a la cantidad de camas por habitante o toma la cantidad de inversión en I+D en investigación y lo vincula a números de infectados y fallecidos, no encuentra una correlación. Esta falta de correlación está derivada de la falta de políticas públicas adecuadas. En Italia, España o EE.UU. no ha habido políticas adecuadas para la situación. Ya no depende de cuál es el mejor sistema de salud o cuan fuerte puede ser el sistema de ciencias porque no tenés tiempo para responder. El sistema de ciencias responde con cierta lógica de mediano y largo plazo, la respuesta inmediata es la más difícil. Necesitás tiempo para trabajar, que es lo que se ha hecho acá. Vemos que el sistema de salud se puede ir adecuando y el sistema de ciencias se va ubicando. Necesita semanas. Nosotros tenemos una ventana de tiempo muy corta, los próximos tres o cuatro meses. Esto nos dio tiempo de identificar a actores, universidades, empresas de base tecnológica que tenían desarrollos en marcha para poder adaptarlos sobre el coronavirus y darles un apoyo económico. Hicimos una convocatoria muy grande y muy rápida con 300 millones de pesos que estamos poniendo para aquellos proyectos que involucran insumos médicos, equipamiento médico, terapias. Por ejemplo el plasma convaleciente, cosas que nos permiten poner a trabajar rápidamente a nuestro sistema científico.
APU: A propósito de la cuarentena y las comparaciones con Malvinas ¿es posible hablar de una economía y una ciencia de guerra?
RS: No. Es un enemigo muy complicado, muy insidioso, está relacionado con nuestras propias actitudes, nuestra propia capacidad como seres sociales. Depende para expandirse, para reproducirse de las cercanías. Es un enemigo que actúa de otra manera. Yo no lo compararía a una guerra, lo que sí, pone a la sociedad y la tensiona en una dimensión que podría ser comparable. El tema del impacto económico, del esfuerzo en el sistema de salud.
APU: En ese esfuerzo, ¿hubo desarrollos tecnológicos argentinos de último momento?
RS: Estamos avanzando mucho en varias áreas. Son áreas donde Argentina tenía muchas capacidades y desarrollos innovadores. Hace unos meses anunciamos que una empresa de base tecnológica presentó un test rápido para el dengue. Podemos rápidamente virar sobre este tipo de tecnologías. Se han sumado otras iniciativas, también especializadas en dengue, y que esas capacidades las hemos dirigido rápidamente hacia el Covid19. Eso es lo bueno de contar con universidades, con grupos de investigación formados, con empresas de base tecnológica.
Quiero destacar que Argentina hizo aportes importantes como por ejemplo el financiamiento de una empresa que exporta respiradores. Exportamos a países muy importantes. Por ejemplo Israel no fabrica respiradores, ha tenido que armar un emprendimiento entre las Fuerzas Armadas y el ministerio de Defensa y una PYME para empezar a producir respiradores. Argentina tiene tres empresas de respiradores, algunas de ellas financiadas por la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica del Ministerio. Además hay empresas de tecnología incubadas en las universidades o en la Fundación Argentina de Nanotecnología que también depende del Ministerio, como las de diagnóstico. También se está trabajando sobre industrias farmacéuticas. Este problema nos da posibilidades de detectar desarrollos que estaban en marcha y orientarlos. Esa es nuestra capacidad de respuesta.
En los años negros del macrismo, cuando discutíamos sobre ciencia útil o inútil, yo les decía "quién me puede decir lo que necesita un país en forma concluyente" y les ponía justamente el ejemplo de la Gripe A. ¿Alguien pudo predecir la epidemia de la gripe A? Bueno, el país tenía virólogos y el ejemplo se repitió. Hay cosas que no se pueden predecir, uno puede decir que Argentina necesita desarrollos en energía, que necesita aumentar las exportaciones en el terreno agrícola, tener semillas propias, el desarrollo del litio. Todo eso lo podemos ver pero cuando ocurre esto ¿no necesitamos toda la ciencia? ¿Cómo podemos predecir lo que nos va a matar? Ahí está el punto de por qué necesitamos toda la ciencia. Desde las de sociales hasta las de ingeniería, todas son útiles. Son parte de la capacidad de respuesta que tiene un país, este es un ejemplo clarísimo de cómo un país puede afrontar los desafíos.
* Director AGENCIA PACO URONDO.