Ahijuna: radio por prepotencia de trabajo
Por Boris Katunaric
Radio Ahijuna es una emisora comunitaria gestionada de manera solidaria por la Cooperativa de Trabajo La Usina de Ideas LTDA. Fue declarada de interés cultural por la Secretaría de Cultura de la Presidencia de la Nación. Ahijuna es música e información con identidad propia. Es la ciudad que suena en la radio. Son sus ritmos y sus voces. Ahijuna vive en el sur del Gran Buenos Aires. En el aire del 94.7 y en ahijuna.fm
AGENCIA PACO URONDO: ¿Cómo nace Radio Ahijuna?
Martín Castro: Se empieza a gestar a finales de los 90 en reuniones del centro cultural Artenpié que les daba el espacio a estos compañeros que se estaban juntando con el sueño de la radio propia. Se arranca con un programa en Radio Quilmes, en un programa los sábados a la tarde, ahí me sumo yo, me invitaron y me sumé. Luego, empezamos a hacer un programa diario en lo que era FM Porteña, de lunes a viernes de 6 a 9 de la mañana, fue un laburo pero nos hizo afianzar como grupo. Nos agarra el 2001 haciendo ese programa con todo lo que eso conlleva y nos quedamos sin radio porque, básicamente, no lo podíamos solventar. Ahí nos cayó la ficha de que era el momento de arrancar, si bien era absolutamente poco propicio y a contra mano de todo lo que nos podían llegar a recomendar, nos pusimos con el proyecto en firme de instalar una radio.
Alrededor del 2003, uno de nuestros compañeros, Martín Iglesias, que tenía unos ahorros en patacones (risas), compró nuestro primer transmisor, lo puso arriba de la mesa y dijo “dejémonos de joder y armemos la radio”. Surgió la posibilidad del primer estudio que fue en la calle Triunvirato, en frente a la cervecería. Era una parrilla al paso, la ventaja que teníamos es que al lado tenía una torre desocupada y no la trataban. Alquilamos esa parrilla, un lugar bastante precario en cuanto a comodidades y salimos al aire hace 16 años, en 2004.
Ahí nació la radio, tenemos una frase que es “por prepotencia de trabajo hacemos las cosas”. Ahí, todavía con la ley de la dictadura que nos prohibía transmitir, salimos al aire pero no a escondidas.
APU: ¿Fueron denominados, como se hacía en ese momento, como radios truchas?
MC: Parece mentira decirlo hoy, pero en ese momento lo que estaba prohibido eran los medios de comunicación sin fines de lucro, que es lo que éramos nosotros. Al tiempito ese artículo se derogó y dejamos de estar perseguidos pero eso no nos convirtió en legales tampoco. Hemos tenido visitas de la CNC y un montón de cosas que con amparos y recursos judiciales pudimos ir frenando y mantenernos al aire.
APU: ¿Cómo fue pasar de un ámbito en donde la ley los forzaba a la cuasi clandestinidad a pasar a un ámbito más institucionalizado como lo es la Biblioteca Mariano Moreno de Bernal?
MC: Nosotros nunca nos sentimos en la clandestinidad porque en Triunvirato pusimos unos carteles color naranja que decían “Ahijuna”, por lo que siempre quisimos mostrarnos, renegando de esta condición de clandestinos en la que nos ponía la ley anterior. Nosotros teníamos vínculo con la gente que estaba en la Biblioteca en ese momento. Desde sus orígenes el edificio tenía proyectado una radio y un estudio de TV que nunca se llegaron a instalar, entonces quedó pendiente. Entonces cuajó que nosotros ya teníamos todo armado, que les alquilábamos el espacio, que el perfil de la radio les interesaba, una radio con mucho contenido periodístico y con mucho contenido cultural. No tuvimos ni que discutirlo ni que convencerlos. Presentamos el proyecto y nos pusimos de acuerdo en cuál iba a ser el espacio, en el costo del alquiler y estuvo a nuestro cargo toda la adecuación del espacio, la concesión del estudio, las instalaciones.
APU: Fue algo que se dio de manera natural.
MC: Por lo menos con el interlocutor, que tuvimos en ese momento, fue algo que no hubo ni que discutirlo, después si en la comisión directiva de la biblioteca se tiraron con un tupper por la cabeza (risas)… supongo que no porque siempre estuvo todo bien con todos, nos recibieron diez puntos. Lo que nosotros propusimos fue empezar a trabajar con la difusión de las actividades de la biblioteca, que tenga su órgano de difusión propio, con las obras de teatro, con los talleres y demás y siempre estuvimos colaborando con esas tareas. Además es un lugar muy querido y mucho mejor que en el que estábamos, fue un salto de calidad muy importante sobre todo para los compañeros que trabajan diariamente que pasaron de condiciones muy malas a estar mucho más cómodos. Además por el peso histórico y cultural que tiene en la zona la biblioteca.
APU: ¿Cuál es históricamente la línea periodística de la radio?
MC: Siempre tratamos de manejar agenda propia, tratando de no caer en los titulares que los medios hegemónicos imponen. Es una radio comunitaria, tiene ese sentido de ser el medio por el cual la comunidad puede expresarse y enterarse de las cosas que realmente importan y afectan en su zona. Siempre estuvimos detrás, primero, de la información local sin descuidar lo que marca la coyuntura que es la política nacional y provincial. Por otro lado, formamos parte de redes de radios con las cuales trabajamos: el Foro Argentino de Redes Comunitarias (FARCO) como de la Asociación Mundial de Radios Comunitarias (AMARC) que tienen sus propios servicios informativos y hay un intercambio muy importante de noticias y de contenidos entre las radios. Además somos una cooperativa, una empresa social, así que tratamos también que haya un contenido vinculado a la economía social, a los emprendedores, a las pequeñas cooperativas y fábricas recuperadas. También tenemos esa información que tiene que ver con nosotros, con la economía social.
APU: ¿Cómo han transitado los últimos años durante el macrismo y cómo afecto eso a muchos medios comunitarios y algunos más grandes también?
MC: No fue nada fácil, lo que es pauta oficial hemos recibido hasta noviembre de 2015 y durante los cuatro años de macrismo la radio ha recibido cero pesos en pauta. Los instrumentos de financiamiento de nuestro sector, como los FOMECA, se vieron muy afectados, con muchos atrasos para los medios comunitarios que tienen que ver con la ley de medios de comunicación audiovisual. Esos fondos, que por ley, son fondos concursables, se empezaron a atrasar mucho, ya en 2016 se empezaron a pagar algunos de 2014. Es decir que entre fines de 2015 y 2017 no entró plata en la cooperativa. Lo que hicimos fue reducir la cantidad de horas de laburo y las producciones: nos quedamos solamente con la mañana, cuando antes teníamos mañana y tarde. Empezamos a poner más música y producciones enlatadas. Sabíamos que iban a ser los cuatro años así y que lo que teníamos que hacer era garantizar la continuidad de la radio. Reducir al mínimo el funcionamiento para lograr, con el presupuesto escueto que teníamos, poder funcionar. La ventaja es que sabíamos cuánta plata íbamos a tener durante el año, en base a eso sabíamos que nos alcanzaba sólo para el trabajo de tres compañeros durante la mañana y nada más, una programación de emergencia de cuatro años de macrismo.
Con el cambio de gobierno en diciembre, estábamos muy esperanzados y bueno, nos cayó la pandemia pero la impronta es otra, la relación es otra, de hecho ya tuvimos reuniones en diciembre para tratar de recuperar la pauta del Estado y ya el tema de los FOMECA se mueve de otra manera, se están poniendo al día. Todo un laburo muy arduo el que se está haciendo porque el daño que se hizo es muy grande. Pero la perspectiva es otra y ojalá que esta situación que estamos transitando pase lo más rápido posible y de apoco vayamos hacia la nueva normalidad que no sabemos qué significa todavía pero esperamos con ansias.