Arnaldo Dubin: "Estamos frente a una de las crisis sanitarias más graves de la historia argentina"
Por Martín Massad y Juan Cruz Guido
AGENCIA PACO URONDO: ¿Qué piensa usted cuando ve gente en Palermo tomando algo en grandes aglomeraciones?
ARNALDO DUBIN: Creo que esto es el anuncio de una tragedia sanitaria inminente. Quiero darle un contexto a esto: en la lucha contra la pandemia hay una trinchera final que es la terapia intensiva. El 5% de los pacientes con covid-19 van a recibir terapia, la mitad de ellos van a necesitar ventilación mecánica, y esto no se puede hacer en otro lado, más que en la terapia intensiva. Los intensivistas, médicos, kinesiólogos y enfermeros éramos pocos antes de la pandemia y ahora la enfermedad no sólo mostró nuestras carencias estructurales, sino que agravó considerablemente la situación. Estamos sometidos a una carga de trabajo como nunca antes lo vimos ni imaginamos. Estamos exhaustos física y anímicamente y estamos proclives a cometer errores, a contagiarnos, a enfermarnos. Nuestros compañeros han fallecido. La calidad de nuestra atención, los resultados, son inferiores. No estamos trabajando bien. Hemos llegado al límite de lo que podemos dar. Si estas conductas irresponsables persisten en la sociedad, el número de casos va a aumentar y el colapso es inminente. Estoy hablando de la posibilidad de un desastre sanitario.
APU: Le quiero leer algo que escribió Marcelo Barros, un psicoanalista al que consultamos cuando apareció la cuestión de la ‘’infectadura’’: ‘Piden responsabilidad, advierten que están cerca del colapso sanitario, y en lo imposible ante una fuerza política y un aparato mediático que busca justamente eso, que alienta desde hace meses a romper con todos los protocolos sanitarios. Conozco esa gente, son como los nazis, a los que no les importaba que el pueblo alemán entero pereciera, con tal de hundir a los judíos a quienes concebían como el cáncer de la humanidad, del mismo modo que para algunos de estos comunicadores el peronismo es el cáncer de la Argentina. No importa cuántos médicos y enfermeras mueran, no importa cuántos argentinos mueran, no importa si ellos mismos mueren, lo negarán y lo seguirán negando, aunque estén en frente de una montaña de cadáveres. Esta gente no se detendrá, dicen defender la democracia, pero son los mismos que tocaron la puerta de los cuarteles, y lo volverían a hacer si tuviesen el margen que por fortuna no tienen. Quizá esta sea la hora de la batalla cultural más importante de nuestra historia.’’ ¿Qué opina al respecto?
AD: Estamos frente a una de las crisis sanitarias más graves de la historia argentina. Podríamos remontarnos a la epidemia de polio o a la fiebre amarilla, para tener algo comparable. Existe un riesgo enorme, estamos frente a la posibilidad de una catástrofe sanitaria. Ya tenemos 10,000 muertos y si no tenemos más, es porque tuvimos una política sanitaria que evitó que la enfermedad creciera rápidamente. Ahora, después de flexibilizaciones posteriores, los casos se han reproducido incesantemente y el colapso está cada vez más cerca.
APU: ¿Usted se refiere al colapso del personal y no de camas y respiradores, no es cierto?
AD: Concretamente, hay lugares del país donde ya se está llegando a la saturación completa del sistema. No hay camas disponibles. Y si hay respiradores y camas no hay personal. El mejor ejemplo de todo esto es San Salvador de Jujuy. El mismo gobernador Morales admitió que están en una situación de colapso, que tienen camas y respiradores y no tienen médicos kinesiólogos, ni intensivistas para atender a los pacientes. Me consta que el Ministerio de Salud hizo esfuerzos denodados y solo pudieron darle un puñado de profesionales.
APU: Lo escuché en varias oportunidades contar lo que es tratar a un paciente con covid-19 en una terapia intensiva. El esfuerzo que implica. Por eso nos parecía sumamente importante poder charlar con usted al respecto.
AD: Si, hay infinidad de anécdotas que ilustran lo demandante, lo complejo que son estos pacientes. El resumen es que no damos más, hemos llegado a nuestro límite.
APU: Quiero preguntarle por las otras patologías de las cuales no se habla demasiado en los medios, pero que también requieren de gran actividad en la terapia intensiva. Esto tampoco se pone en juego cuando se habla de la saturación del sistema.
AD: Nosotros seguimos teniendo la obligación de atender todas las enfermedades y estos pacientes siguen llegando a las terapias intensivas, y también van a tener dificultades para ser atendidos. Tengo que decir que lamentablemente en este momento en la Ciudad de Buenos Aires no es fácil conseguir una cama. He vivido la experiencia de pacientes con una excelente prepaga que están horas deambulando hasta que logran ser ingresados en una terapia intensiva. Por eso nosotros somos muy prudentes cuando decimos que estamos exhaustos y cerca del colapso. Lo decimos con absoluta seriedad y muy conscientes de todas las implicancias de esta situación.
APU: El presidente Alberto Fernández los recibió el miércoles. ¿Cuál es la conclusión de esa charla?
AD: Me convocó a mí personalmente, yo quise llevarle el mensaje de la Sociedad Argentina de terapia intensiva, no solo mi impresión personal. Escuchó atentamente, tomó nota de esta situación y de hecho la hizo suya replicándola en su cuenta personal de Twitter. Mi impresión personal es que el presidente está sinceramente preocupado por la vida de los argentinos. Esa es la prioridad
APU: ¿Tuvo algún contacto con la gente del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires?
AD: No. No sé si algún otro intensivista, pero personalmente, no.
APU: ¿Y de la sociedad?
AD: De mi conocimiento no, pero le reitero no soy parte de la comisión directiva de la Sociedad. Hasta donde yo sé no hay un asesoramiento de parte de la Sociedad argentina de terapia intensiva, pero puedo equivocarme.