Alba Rueda: "Con el cupo laboral travesti trans estamos comenzando a saldar una deuda histórica"
Por Martín Massad
La subsecretaria de Política de Diversidad de la Nación dialogó con AGENCIA PACO URONDO RADIO (La Palabra Justa, domingos de 10 a 12, por FM La Patriada) sobre la sanción de la norma. "Llevó muchos años militar esta ley, lo hicimos las personas travestis y trans y las organizaciones sociales", destacó en relación a la lucha para obtener la aprobación del Estado argentino. "Los medios de comunicación tienen un rol fundamental", señaló. "Por eso creemos que la participación de las personas trans en los medios de comunicación es fundamental".
Agencia Paco Urondo: ¿Qué reflexión puede hacer sobre la sanción de la ley de cupo trans?
Alba Rueda: Por un lado, es un capítulo que termina. Llevó muchos años militar esta ley, lo hicimos las personas travestis y trans y las organizaciones sociales. Más recientemente, se logró una transversalidad en ciencias políticas sobre lo que implica el derecho al trabajo en nuestra sociedad, y sobre todo, para los grupos más vulnerables. El presidente de la Nación asumió el compromiso en la campaña de gobierno de crear el cupo trans y cumplió durante el año pasado con el decreto 721. Por supuesto, esto tuvo un impacto enorme en el debate parlamentario de este año. A fines del año pasado, después de haber presentado varios proyectos de cupo trans, se logra el dictamen definitivo con una labor hermosa por parte de nuestras compañeras diputadas, allí en la cámara baja.
Es el resultado, entonces, de una transversalidad muy importante que tiene que ver con estos conceptos de gobiernos populares que atienden la desigualdad estructural. Con un movimiento social y político que se reivindica a partir de sus prácticas y sus luchas. La violencia que recibió se transforma en agenda política para poder evitar que vuelva a suceder en otras generaciones. En pensar críticamente esta noción de la reparación y creo que hoy estamos parades con una ley sólida, muy buena para la democracia argentina, para la sociedad toda, donde toda la sociedad avanza cuando se reconocen estos derechos de igualdad que son tan fundamentales. Que además, va a venir a cambiar y modificar las condiciones de vida de las personas trans.
Así que, es un momento donde se completa una etapa, pero también estamos de mira a la implementación que es lo más fundamental de esta ley. La ley de cupo trans tiene una operatividad muy concreta. Tienen que existir puestos laborales para personas trans, y nosotras entendemos, esa responsabilidad en términos históricos y concretos de políticas públicas. Vamos a llevar adelante con mucho compromiso y responsabilidad esta tarea, de aquí a futuro, sabiendo que involucra un cambio de generación muy importante.
APU: Esta ley implica tanto al Estado como a las empresas privadas ¿Cómo es la aplicación de la ley?
AR: Tenemos como antecedente el decreto 721 del año 2020 que aplicaba el cupo trans en el ejecutivo nacional. Se amplía para el legislativo y judicial pero también se amplía para las empresas privadas, generando incentivos a aquellas empresas que quieran contratar a personas trans. El Estado tiene que generar incentivos apostando a estos cambios culturales, a que sea una cuestión transversal, en toda nuestra sociedad. Y en eso ya tenemos una experiencia, que es haber implementado el cupo con el decreto, esto creó un registro de personas aspirantes al empleo público donde hay más de 4200 personas trans, hoy inscriptas.
Entonces con el cupo sabemos que va a crecer, que tiene que federalizarse. Ese es uno de los grandes desafíos, que las provincias adhieran a la ley, creen sus propias leyes o generen políticas públicas en torno a la empleabilidad de las personas trans. En ese sentido, vamos a lograr una federalidad un poco más sólida porque los ministerios y el poder legislativo y judicial residen, principalmente, en el AMBA. Se necesita una transversalidad importante. La ley lo prevé, habla de la adherencia de las provincias, pero dice que, si no fuera así, que las provincias saquen sus propias leyes. Que si no les gusta el concepto de cupo, que saquen otras políticas de empleabilidad, pero que necesitamos estar acordes todes a este momento histórico para la Argentina que es hablar de la desigualdad social y estructural a partir de las herramientas que nos da la perspectiva de género y diversidad.
APU: Recién hablaba sobre las condiciones estructurales y materiales que afectan a cualquier persona. Se puede pensar esto en relación a las expectativas de vida que tienen las personas trans y travestis, que es alrededor de los 40 años ¿Cómo afecta la ley de cupo a esta expectativa de vida y cree que ya está afectándola?
AR: Estamos a tiempo para que podamos medirlo y verlo concretamente. Creo que sí, que para muchas personas entre lo que fue el año pasado y este, tienen hoy un empleo. El poder legislativo, en las dos cámaras, sacó una resolución también para crear el cupo trans. Hay más de 30 personas trabajando allí. Nosotras por nuestra parte, en el ejecutivo nacional, hemos triplicado la base de contrataciones de trabajadores y trabajadoras trans, con lo cual ya hay muchas más personas. A través de este registro para el cupo trans, sabemos que hay más de 150 pedidos en proceso de contrataciones o de entrevistas. Además, una acción como ésta cuando tiene una directriz de gobierno, realmente interpela a los poderes locales. No solamente se han constituido y consolidado áreas de diversidad sino también se ha dado jerarquías a los espacios de género y diversidad. Estos son pasos necesarios, pero estamos en un momento de inicio de una deuda histórica.
Entonces, se ha consolidado el empleo para muchas personas, pero creo que se va a poder ver en perspectiva cuando empiecen a pasar los años. Y eso está bien, porque está bien que, por supuesto, exista siempre una mirada de acompañamiento, una mirada crítica y de extrañamiento de las políticas públicas. El Estado estuvo ajeno durante muchos años de la población trans, y se entiende, y yo lo entiendo como persona trans, muchas veces, la desconfianza. Pero me parece que realmente estamos dando pasos necesarios y sólidos. Hay resultados concretos que tiene que ver con la vida de las personas, no solamente en términos de empleo formal sino también en otras líneas, como las políticas alimentarias, que se desarrollaron durante el 2020 para la población travesti y trans. Tiene que ver, también, con este enorme paso que implica sumar a compañeros y compañeras trans, a un programa social como el Potenciar Trabajo, donde más de seis mil personas trans se encuentran hoy inscriptas y recibiendo esta herramienta fundamental porque es un salario social complementario.
Pero necesariamente la transformación estructural tiene que ver con una integralidad de derechos, eso lo vemos con el cupo laboral. Para muchas personas, en el sentido que, más del 80% de la población trans que nunca tuvo un empleo formal, va a ser la primera vez que puedan acceder a una obra social, a aportes jubilatorios, a poder hacer sustentable su vida con una proyección distinta, a poder mostrar su capacidad laboral, a poder completar sus estudios. Todas esos son derechos, pero además la terminalidad y la formación en el empleo, son políticas públicas que están presentes en el decreto y también en la ley de cupo trans. Entonces, estamos realmente dando pasos significativos para estos cambios sociales y culturales. Falta muchísimo y hay que acompañarlo con mucho trabajo.
APU: En uno de los puntos de la ley habla de la educación formal que no sería un impedimento para el cupo laboral y que tendría un acompañamiento para quienes no tengan estudios ¿Esto es así?
AR: Esto tiene un eco al decreto 721 del año pasado, al cual nosotras hemos articulado con el Ministerio de Educación y con la Jefatura de Gabinete de Ministros, especialmente con la Secretaría de Empleo Público, para las dos cuestiones vinculadas a la formación. El Ministerio de Educación dispuso de dos herramientas, una fue el Plan Fines, que es un plan de terminalidad educativa en estudios primarios y secundarios, con una campaña específica para la población trans. No es que se puso especialmente el Plan Fines para la población trans, pero se formó una campaña que busca la reinscripción de la personas para la terminalidad educativa. Por otro lado, lo que es la Secretaría de Empleo Público en la Jefatura de Gabinete, a través de uno de los institutos más importantes que tiene el Estado Nacional, que es el INAP, donde efectivamente hay formación en el empleo. Allí, hay más de 300 cursos de formación sobre qué es el Estado y para todas las especializaciones que aborda y abarca el Estado. Estas herramientas están llevándose adelante con la población trans.
Además, esto involucra otro de los grandes puntos que es la formación de las áreas de recursos humanos y los equipos donde las personas trans vayan a desarrollar sus tareas y actividades. Sobre todo, para hablar de derechos, de Derechos Humanos, del principio de no discriminación y trato digno para las personas trans. Estamos desarrollando un curso a través de la INAP, donde hay más de 1200 personas inscritas en este primer corte. Va a haber un segundo corte durante este año donde también esperamos un poco más de 1200 personas y así empezar a abarcar una pedagogía que modifique la estructura de la desigualdad, la discriminación y los prejuicios que vivimos las personas trans.
APU: En esa búsqueda de igualdad está también la cuestión del cupo laboral en los medios de comunicación que tanta falta hace. Porque desde allí, se genera conciencia a través de los medios ¿Cómo está esta cuestión?
AR: El día que se aprobó la media sanción de la ley en diputades, estaba presente la celebración de la ley de equidad en los medios de comunicación, donde también abarca un cupo, de al menos 1%, en los medios de comunicación. Eso es muy importante porque tiene que ver con dejar de reproducir los mismos estereotipos y prejuicios. Nosotres no solamente vivimos una discriminación social en términos de insultos y prácticas discriminatorias, sino también, hubo toda una línea editorial que nos inscribió en la parte de policiales en los años 80, en la criminalización. Por ejemplo, el concepto de narcotravas salió de los medios de comunicación.
Jamás se habló de las condiciones de vulnerabilidad, de lo que significa para la Ciudad de Buenos Aires recibir a las personas trans migrantes, y eso hay que contrastarlo con datos que son brutales. Más del 90% de las personas trans que viven en la Ciudad de Buenos Aires, nunca tuvieron un empleo formal. Y otro dato que se dio ahora con la pandemia, a través del Moncha Celis, que es uno de los espacios educativos de personas trans, donde hicieron un relevamiento para ver las condiciones de habitabilidad de las personas trans en la Ciudad de Buenos. También el 90% de las personas trans no tienen un contrato de alquiler formal. Es decir, viven en acuerdos informales, así que, en términos poblacionales, la mayoría no tuvo herramientas para evitar los desalojos. Las amenazas de desalojo durante la pandemia en la Ciudad de Buenos Aires estuvieron muy presentes, aún con los decretos que creó nuestro presidente, porque no quedaban acordadas bajo las condiciones de habitabilidad que tenían nuestras compañeras aquí. Esa es la respuesta de la cuidad más rica de la Argentina sobre la población trans.
De ahí viene justamente, la cuestión de trabajar en darle textura a nuestras realidades y los medios de comunicación tienen un rol fundamental. Es un derecho de los pueblos, y también de la sociedad en general, de recibir información correcta. Esa información se completa dando cuenta de esto. Por eso creemos que la participación de las personas trans en los medios de comunicación es fundamental.