Atilio Borón sobre Afganistán: "La huida del ejército estadounidense marca el final de una época"
Por Juan Borges
El politólogo y sociólogo Atilio Borón dialogó con AGENCIA PACO URONDO y reflexionó sobre el mapa político a nivel nacional y global.
APU: ¿Cómo ve la tendencia en el mundo y en Argentina de florecimiento de "nuevas derechas"?
Atilio Borón: Dentro de ese espectro hay matices. Por ejemplo, Hay figuras como la de José Luis Espert que es conservador y moderado. Javier Milei en cambio es un producto del fracaso del neoliberalismo. La idea de que con ese sistema político se consolida la democracia. Es a la inversa. El neoliberalismo construye un sentimiento de antipolitica. Rechazo a la política y los políticos. Es una meta predeterminada. Necesita que la gente se desentienda de la política. Y que el funcionamiento de la democracia este restringido. Que no haya participación ni debate. Para consolidar esa situación buscan deslegitimar la idea de la política como participación y construcción colectiva. Entonces aparecen personajes caricaturescos como Milei. Hace planteos muy radicales. Utiliza un lenguaje soez y vulgar. Esto puede hacer creer que es un planteo antisistema cuando en realidad Milei es la forma más grotesca del sistema. Hace una defensa cerrada del neoliberalismo apelando a un lenguaje y una estética extravagante y chabacana. Es una derecha inorgánica la argentina. Recién con la consolidación del PRO se pudo constituir una derecha orgánica y con eco de masas. La gente a veces compra estos discursos porque tienen un problema de memoria y metabolizar el pasado.
AGENCIA PACO URONDO: Vayamos al plano internacional, específicamente los sucesos recientes en Medio Oriente. ¿Cómo analiza lo ocurrido en Afganistán del mes pasado?
AB: Afganistán marca el final de una época en la historia de la política internacional. Mi tesis trabajada durante años era que las grandes transformaciones estaban atravesadas por grandes tragedias. Después de la segunda guerra mundial se dio inicio al llamado orden bipolar. Era la pugna entre la URSS y Estados Unidos. Ese hecho se genera a partir de un hecho de suma violencia como fue la bomba de Hiroshima y Nagasaki. Después vino el derrumbe del muro de Berlín. Eso da comienzo a un breve periodo de orden unipolar donde la hegemonía estaba en manos de Estados Unidos. Se creía que esa hegemonía duraría todo el siglo 21.Toda esa teoría se vino abajo con el atentado a las torres gemelas. Que dieron inicio a un mapa totalmente diferente que construyo un sistema multipolar.
APU: ¿Cómo fue ese nuevo mundo pos 11 de septiembre del 2001?
AB: En este contexto reaparece Rusia, aparece China. Los analistas lo llamaron la transición geopolítica global. Esa transición termina con la derrota de Estados Unidos en Afganistán. La retirada deshonrosa de sus tropas. Esto marca el inicio de un orden tripolar.Tres grandes países dotados de diferentes recursos de poder. Modelan y controlan el sistema internacional. Estados Unidos ahora en caída, pero todavía cuenta con mucho poderío militar. China que se convirtió en la gran potencia económica mundial. Y Rusia con una tecnología militar de última generación que en algunos rubros es superior a la norteamericana. El 15 de agosto la catastrófica caída de Kabul y la huida del ejército estadounidense marca el inicio de esta nueva etapa.
APU: ¿Usted considera que en este nuevo mapa geopolítico Argentina se va a encontrar en la posibilidad de establecer vínculos no tan asimétricos como el anterior con Estados Unidos?
AB: La derecha tiende a decir que si el país no está sometida a Estados Unidos está aislada del mundo. La realidad es que nuestro país siempre tuvo una relación de dependencia, entonces nunca estuvo aislada del mundo. Antes no había alternativa. Ahora hay más opciones. Si Estados Unidos no establece una relación comercial mutuamente beneficiosa podes intentar negociar con China. Que es un gran comprador mundial. Y Argentina puede convertirse en una gran vendedora de productos que no va a poder colocar en otros mercados. La diferencia entre un sistema que te empuja a la sumisión y un sistema como el que hoy rige que tenes posibilidades de negociación y concertación es mucho más favorable para el desarrollo nacional. Después lo demás es una decisión política de Estado.
APU: Lo llevó al plano regional. Hay también algunos elementos positivos para analizar en la Latinoamérica, como el resurgimiento de Lula en Brasil…
AB: El resurgimiento de Lula tiene que ver con todos estos cambios que se están operando. Este nuevo marco internacional abre muchas perspectivas para los gobiernos progresistas. Después hay que ver si los gobiernos nacionales lo quieren aprovechar. En las últimas décadas hubo condicionantes que limitaron ciertos cambios.
Cuando Estados Unidos se empieza a ver derrotado en Vietnam se arroja con todo contra América Latina. Para asegurarse la retaguardia estratégica, impulsan los golpes militares en la región. Eran respuestas a desafíos internos. Hoy esas posibilidades están ausentes. Depende de los movimientos populares aprovecharlo. Hay que ver si los gobiernos tienen la lucidez y la voluntad política de emprender procesos de cambios profundos.
Sin dejar de olvidar la presión que ejerce la derecha en nuestro país desde los medios de comunicación hegemónicos. Quienes no quieren quitar del pedestal a Estados Unidos. Hay un sicariato mediático que ejerce mentiras y presión todo el tiempo para mantener esa mirada de potencia hegemónica que ya no es tal. Creer que esos sectores no van a conspirar contra la democracia es un error. Son una expresión política violenta e intolerante. Los discursos de Bullrich o Macri son directamente destituyentes. Estamos indefensos ante las fake news. Nadie nos defiende.