Fernando Esteche, a 20 años de la Masacre de Avellaneda: “Nuevamente, se estigmatiza al movimiento piquetero”
Por Juan Borges
El lunes 25 de abril pasado, familiares de Darío Santillán y Maximiliano Kosteki, acompañados por organizaciones de derechos humanos, hicieron publico un documento en el que repudiaron la posible liberación de los exagentes de la Policía Bonaerense Alfredo Fanchiotti y Alejandro Acosta, bajo la modalidad de libertad condicional. El próximo 26 de junio se cumplirán 20 años de la Masacre de Avellaneda en el cual fueron asesinados los militantes populares Maximiliano Kosteki y Darío Santillán a manos de los uniformados provinciales. En este marco, Fernando Esteche, docente de la Universidad de La Plata y participante de las jornadas de protesta del 2002 y reflexionó para AGENCIA PACO URONDO sobre los crímenes de los militantes populares.
AGENCIA PACO URONDO: ¿Qué reflexión puede hacer a casi veinte años de los asesinatos de Darío Santillán y Maximiliano Kosteki?
Fernando Esteche: La primera reflexión que surge a casi veinte años de los fusilamientos de Maxi y Darío y todo lo que fueron las situaciones que acompañaron aquellos sucesos de Puente Pueyrredón es que han quedado situaciones intactas. Por un lado, la situación de impunidad, aunque los autores materiales permanezcan presos, sin embargo, los autores intelectuales permanecieron impunes. Aquellos sucesos de ese 26 de junio fueron la pulseada entre los sectores populares por un lado que, no se subordinaban a la institucionalidad política, y quienes encaraban el ordenamiento político e institucional encabezados por Eduardo Duhalde.
Para llegar a ese ordenamiento se procedió a un mega operativo militarizado de carácter represivo y que termino con el asesinato de los compañeros. Fue una victoria pírrica en cuanto a que le costó al propio presidente de aquel entonces el aborto de su proyecto presidencialista y el adelantamiento de elecciones. Por otro lado, la reflexión tiene que ver con que en estos días estamos asistiendo nuevamente a la estigmatización de los sectores del movimiento piquetero y toda protesta social que venga de los sectores populares. Un nuevo aniversario de la masacre de Puente Pueyrredón vuelve a poner en el tapete la mirada sobre una situación en la cual después de veinte años sigue habiendo una importante masa de desocupados que no tienen resoluciones a sus problemas a partir de políticas públicas concretas de inclusión laboral, sino que han perpetuado un subsidio a la pobreza, instalando una puja permanente entre el trabajador desocupado y el Estado. Sin una solución de fondo de parte de este último. Para ello es necesario un programa transformador profundo que obviamente debe contar con un consenso entre gobierno y las organizaciones sociales.
APU: ¿Qué visión tiene sobre la posibilidad concreta de que los autores materiales puedan obtener la excarcelación?
F.E.: Si eso pasara es porque existen los dispositivos legales que le permitirán eso. No soy punitivista ni mucho menos, me parece que si cuentan con los recursos legales para obtener la libertad opino que hay un sistema legal en Argentina que le permitió encontrar una manera de entender que el valor de la vida de nuestros compañeros caídos vale lo que vale y le permite a estos personajes recuperar la libertad. En términos de la lucha de clases real y la situación de los sectores populares verdadera la cárcel de estos personajes no determina la vindicación de las consignas y las luchas que planteábamos en el 2002 junto con Darío y Maxi.
APU: ¿Qué opinión le merece la reinstalación mediática de la estigmatización de los sectores piqueteros?
F.E.: La estigmatización del movimiento piquetero no solo la está instalando la derecha, hay sectores que uno podría definir del campo popular que también está instalando a partir de la impugnación de los repertorios de protestas que ellos ejercen. Si uno se molesta cuando organizaciones de desocupados, hegemonizadas por el trotskismo, cortan la ruta o la avenida 9 de julio lo que esta impugnando es el repertorio de protesta, no al actor político. Después aparecen conspicuos personajes que tienen historia en el movimiento piquetero, algunos funcionarios y otros no a argumentar que no hay necesidad de protestar, dichas afirmaciones impugnan los repertorios de protesta utilizados. Evidentemente hay amplios sectores que no estarían accediendo a ciertos niveles económicos que le garantizan la subsistencia.
La estigmatización de los reclamos de los sectores piqueteros no viene solo de la derecha sino de amplios sectores, además de la desertificación de la política. Buscando quitarle las herramientas históricas de lucha del movimiento popular. El hecho que un ministro de nuestro gobierno le saque un plan a un compañero, eventualmente porque tiro una piedra sin que esto esté probado, ni haya sentencia judicial y que además los lideres piqueteros afines al gobierno estén sosteniendo que el gobierno no les da planes para que hagan marchas en su contra. Todo eso encarna un peligro serio y desnuda un profundo desprecio de clase tanto de la derecha como desde el proyecto nacional que tienen un problema grave de clase y de cultura política. Si realmente se valora lo popular todo repertorio de carácter popular debe ser respetado.