A 45 Años de la “Noche de las Corbatas”: las muertes olvidadas

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    A 44 años de La Noche de las Corbatas

A 45 Años de la “Noche de las Corbatas”: las muertes olvidadas

04 Julio 2022

Por Carlos A. Bozzi

El 6 de julio del corriente año 2022, se cumplen 45 años del suceso que fue bautizado como la “Noche de las Corbatas” y a casi medio siglo del hecho, es seguro que las generaciones actuales, ignoren en que consistió tal significativo suceso.

Por eso, vale la pena recordar que entre la tarde del 6 y la madrugada del 13 de julio del año 1977, fueron secuestradas en Mar del Plata por Fuerzas Militares del Estado Argentino, once personas, siete de ellas, abogados del foro local.

La lista incluye a los letrados Norberto Centeno, Salvador Arestín, Raúl Hugo Alaiz, Camilo Ricci, Carlos Aurelio Bozzi y Tomás José Fresneda. Las otras cinco personas fueron José Verde (abogado de la Asociación de Empleados Judiciales) y su esposa, María de las Mercedes Argañaraz de Fresneda -embarazada de 4 meses y de cuyo bebe aún no se tienen noticias - Maria Esther Vázquez de García y su esposo Néstor Enrique García Mantica. De todos ellos, solo José Verde y su esposa, Camilo Ricci y Carlos Bozzi sobrevivieron a aquel trágico suceso.

La magnitud del operativo, conmovió profundamente a los vecinos de la ciudad de Mar del Plata, no solo porque los afectados eran reconocidos profesionales locales, sino porque también demostró a la ciudadanía, que la tan mentada “guerra contra la subversión”, mas que un hecho de armas, era una cruel depuración ideológica, que afectaba a todo aquella persona reputada como sospechosa al régimen instaurado el 24 de Marzo del año 1976.

Mucho tiempo después, se tomó conocimiento, que en realidad, la operación, había comenzado el 22 de Junio del mismo año de 1977, en la ciudad de Neuquén, cuando efectivos de la Delegación Local de la Policía Federal Argentina, privan ilegalmente de la libertad, al abogado laboralista Jorge Roberto Candeloro y su esposa, Marta Hayde García, quienes de inmediato son trasladados a Mar del Plata, donde el letrado afectado, había ejercido su profesión.

Posteriores investigaciones llevadas a cabo por la Justicia Federal de Mar del Plata, lograron establecer que tanto el matrimonio Candeloro, como el matrimonio Fresneda y los abogados Centeno, Alais, Arestin , Ricci y Bozzi, fueron recluidos en un antiguo radar semi subterráneo, ubicado en la Base Áerea de la ciudad balnearia, centro clandestino de detención, conocido como “La Cueva”. En ese caso, operaron Fuerzas del Ejército, asentadas en el Grupo de Artillería Antiaérea de la Zona ( AADA 601- Gada 601).

En cuánto al matrimonio Verde y al matrimonio García, secuestrados en conjunto el día 13 de Julio de aquel año 1977, operaron Fuerzas de la Marina, asentadas en la Base Naval de Mar del Plata.

El Doctor Centeno, fue asesinado el 8 de julio de aquel y su cuerpo, con signos de muestras de terribles torturas, hallado tres días después.

Pero la historia no termina acá. Y a pesar de que aquellos sucesos del año 1977, aún no han podido ser suficientemente esclarecidos, siempre la historia deja huellas, que de alguna manera permiten echar luz sobre tanta oscuridad.

En la noche del 20 de Julio de aquel año 1977, mientras soy trasladado en el baúl de un automóvil, que a la postre se descubrió era el automotor que los secuestradores habían robado al Dr. Centeno, una patrulla militar interrumpe a los tiros su recorrido, al llegar al cruce de la antigua ruta nacional 2 y el camino transversal hacia la localidad de Santa Clara del Mar.

Como “resultado” de tal tiroteo, en el automotor aparecen dos cuerpos sin vida. Los asesinados fueron identificados por la policía, como Stella Maris Giourgas y Carlos Alberto Weber.

Gracias al Lic. Alejandro Inchaurregui, designado perito forense por la Cámara Federal de La Plata en varias causas de búsqueda de personas, se pudo establecer que «los dos muertos» eran estudiantes universitarios secuestrados el 28 de junio de 1977 en la ciudad de La Plata y trasladados desde el Centro Clandestino «La Cacha», situado en las afueras de dicha ciudad, para ser eliminados en ese fatídico camino .

Recientemente, en una brillante investigación realizada por el periodista Gustavo Visciarelli del diario “La Capital” de Mar del Plata, se desempolva esta olvidada historia,con novedosas revelaciones, que se puede consultar a traves del link, :

https://www.lacapitalmdp.com/noche-de-las-corbatas-el-crimen-de-tres-jovenes-en-un-montaje-macabro/

El enfrentamiento había sido fraguado. El diario La Capital ,decía en esa fecha y en su portada: «Armas secuestradas: “Los tripulantes del Ford Falcon tenían en su poder dos revólveres calibre 32, una pistola 22 y un fusil, así como numerosos proyectiles… Habría confesado uno de los abatidos: En el comienzo de la crónica se informa que uno de los delincuentes que viajaban en el Ford Falcon, al iniciarse el tiroteo, inició la huída hacia el campo. En esa oportunidad, mientras protegía su fuga a balazos, cayó herido. Al parecer, el oficial a cargo del operativo le habría tomado declaración. En esa oportunidad se habría confesado jefe del grupo actuante, señalando que pertenecía a la denominada organización Montoneros. También habría dado a conocer trascendente información que permitiría en las próximas horas nuevos procedimientos». Todo ello, mientras agonizaba.

Viendo la cobertura del diario, la «operación liberación» fue una noticia impactante, por lo que el cronista continua relatando «Optimismo en el Gada: “Las declaraciones formuladas por el extremista herido y que en pocos minutos dejó de existir, harían renacer el optimismo en el Comando de la Subzona 15 en cuanto a la prosecución de las operaciones emprendidas a partir de la desaparición de varias personas secuestradas en nuestra ciudad… ».

Lo cierto es que en una misma acción las fuerzas represivas sumaron: una liberación, le atribuyeron mi secuestro a Montoneros, mataron secuestrados, recuperaron el automóvil del Dr. Centeno, reforzando la teoría de que también había sido muerto por dicha organización, y se vendió la operación como un éxito de las fuerzas legales. Esto que ahora puede parecernos hasta absurdo, a la moral del ciudadano común que necesita ratificar o que le ratifiquen quiénes son los malos y quiénes son los buenos, en momentos y en contextos de mucha confusión, funciona.

Las víctimas en este caso son los testigos vivientes de este fraude. Su testimonio no podrá nunca ser desvirtuado. No habrá posibilidad de preguntas o repreguntas. Su propia vida ha quedado en esa ruta como hito de verdad imposible de ser refutada por argumento alguno.

Esto es la gran victoria de las víctimas, quienes han llevado el protagonismo de los acontecimientos y han empujando hasta conseguir que la memoria oculta sea aireada y salga a pasear por el mundo.

En medio de este paisaje compuesto por todas y cada uno de estas verdades, el más pequeño, el más insignificante de los hechos, se constituye en algo revelador, en un eco sonoro de la verdad que exige ser escuchada y que nunca podrá ser desvirtuada.

Estos muertos han hablado.