Vitico: “Mi vida es mucho más intensa e interesante que la de Fito Páez”
Víctor Bereciartúa (más conocido como “Vitico”) fue cofundador, junto a Pappo, de Riff. Protagonista de décadas de música no sólo en nuestro país, sino también en Inglaterra. Vitico, con 75 años, se juntó con la gente de Editorial Planeta para escribir sus memorias. Dice el bajista que contó todo tal cual sucedieron los hechos, aunque confiesa que se guardó algunas cosas porque si no, se tenía que ir a vivir a otro país, y que a su familia no le regaló ningún ejemplar del libro, prefiere que lo compren.
En esta extensa charla con AGENCIA PACO URONDO, Vitico conversó sobre su experiencia en Londres, la capital del rock mundial, en los 70: acerca de la tarde que pasó junto a The Who y de un affaire amoroso con la novia de Jimi Hendrix. Obviamente, recordó sus andadas con Pappo y se jacta de ser el único que le ponía límites. Además, en exclusiva, nos anticipó que tiene una nueva banda y que están a punto de salir a tocar.
Por supuesto, no pasó por alto la incorporación de manera estable de Nicolás, su hijo, a la banda norteamericana The Black Crowes. Un orgullo para "el Canciller".
Agencia Paco Urondo: ¿Cómo surge la idea de escribir un libro sobre tu vida?
Vitico Bereciartúa: La propuesta la trae mi hijo Nicolás, me dijo que la editorial Planeta quería que yo escribiera un libro. La verdad que me sorprendió. Lo llamé a Ignacio “Nacho” Iraola, que estaba en ese momento como CEO de Planeta, nos encontramos y charlamos. Me pareció una idea exótica, pero me puso muy contento que a alguien le interese eso; y la verdad que conté con la colaboración de Fernando García, yo le contaba cosas y a él se le salían los ojos de las órbitas, más o menos. Estoy muy contento como quedó, omití algunos detalles apenas, para que fuera entretenido y que te lleve de un lugar a otro. Que no se ponga engorroso, si no cualquier libro te puede aburrir y pierde toda gracia. No está escrito cronológicamente, va saltando de un lugar a otro y eso le da bastante aire, que lo hace más entretenido. Aparecen, también, las bandas que me han influenciado de chico, y una cantidad de situaciones que, en realidad, hay que entender que era otra época. Esas cosas ahora no sucederían, pero sucedieron. No soy careta, nunca lo fui ni lo voy a ser. Cuento todo tal cual fue, me hago cargo, es como un libro de autoayuda, pero al revés. Por eso no le aconsejo a nadie hacer lo mismo.
APU: Siempre me llamó la atención el lema “sexo, drogas y rock & roll” que los roqueros utilizan, casi en su mayoría, como para llevar adelante sus carreras.
V.B.: No sé… tengo mi propia teoría. Creo que desde la antigüedad, te estoy hablando desde la música clásica, el sentimiento del artista es de creer que consumiendo algo; que puede ser desde alcohol hasta cualquier cosa que pienses, va a ser mejor el arte que haga. Los grandes compositores de música clásica bebían como esponjas. Yo creo que esa es la sensación. Lo más importante es tener límite, porque eso exagera un poco lo que hacés. Si te creés que eso es lo principal, ahí pasás a ser un boludo o un esclavo. Conocemos muchos casos, se creyeron que esa era la verdad y no es así.
APU: Hablando de límites, en tu libro contás que eras, de alguna forma, quien le ponía limites a Pappo. ¿Y a vos quién te los ponía?
V.B.: Yo mismo. Tengo 4 hijos, no digo que haya sido el mejor padre, pero tampoco fui el peor. Y esos también fueron mis límites. No podés creer que podés seguir y seguir con la joda, porque no es así, hay que tener límites, que te los da la educación y poder conectarte con otras personas sin estar zarpado. Es así de simple porque si no, pasas a ser una porquería.
APU: Cuando te juntaste con Pappo para formar Riff ¿hubo un momento en que se miraron y se dieron cuenta que estaban dejando una marca en el rock argentino?
V.B.: Nunca pensamos eso, ahora yo me siento orgulloso. Pero todo empezó cuando volví de Inglaterra y me encontré con Pappo y me dijo: “¿Víctor, vamos a hacer una banda de rock en serio?” (imita la voz del Carpo), y el resto es historia. Ese fue el principio, entonces hicimos dos fechas con Pappo´s Blues en Rosario, nos reíamos de todo, empezando por nosotros.
APU: ¿Cómo se llevaban con el resto de las bandas del estilo de Riff?
V.B.: Nosotros no le dábamos bola a nadie. Por ejemplo, V8 y Los Violadores eran hijos nuestros. No es que los critique o que hable peyorativamente de lo de antes, pero en realidad no era rock. Los Gatos hicieron un poquito, me acuerdo de Porsuigieco, le decían rock nacional. Empecemos porque el rock no es nacional, porque si un japonés hace rock, vos no vas a decir que es “rock japonés”. Hace rock, ¿verdad? Aquí no había rock en serio, podemos rescatar a Manal, pero tenía un poco de jazz, un poco de rythm & blues. Además no duró nada. Después estaba Vox Dei, muy buena la voz de Ricardo Soulé, pero tampoco duró nada, y lo que se puso muy de moda fue Spinetta. Todo bien, ¿eh? No digo que no sea bueno, si no que no era rock, nada más, no es peyorativo. Nosotros arrancamos con el rock y todos se volvieron locos.
“No digo que no sea bueno, si no que no era rock, nada más, no es peyorativo. Nosotros arrancamos con el rock y todos se volvieron locos”.
APU: Hay algo que sigo sin lograr entender. ¿Cómo antes las bandas sacaban un disco por año y ahora apenas te sacan un tema?
V.B.: Mirá, cambian las épocas, y con las épocas cambian los estilos y las formas. Algunos se quejan porque no se venden discos, pero gracias a internet podemos ver todo lo que nos gusta y eso es fundamental. No te olvides que viví un año y medio en Inglaterra y allá fui a ver absolutamente a todos: desde Pink Floyd hasta King Crimson. Me fijaba en todos y cuando volví tuve la suerte de encontrarme con Pappo, que ya éramos amigos, e hicimos rock en serio y en contra de todo el sistema… eso me pone muy orgulloso, porque cambiamos la música del país.
APU: ¿Qué sentiste al ver a Nico tocando en el Luna Park, nada más ni nada menos que con The Black Crowes? Algo parecido te pasó en Inglaterra con The Who ¿verdad?
V.B.: Estoy muy orgulloso porque es el primer argentino en integrar una banda de Norteamérica. Lo mío fue otra cosa: tuve el privilegio de tocar media hora con Peter Townsend, Keith Moon y Chris Stainton en el estudio Battersea Kitchen. Lo de Nico es maravilloso, se esforzó mucho, hizo las cosas muy bien, además es muy fanático de The Black Crowes. Le tuve que prestar mi bajo a Sven Pipien (bajista de The Black Crowes), porque tuvieron un problema con un vuelo que venía de Brasil. A Sven ya lo conocía de antes porque está casado con una chica de acá: Martu Menéndez, que canta muy bien. Él ya había venido a la Argentina. Fue la primera vez que presté mi bajo…
APU: ¿Cómo te llevas con las músicas nuevas, sos reacio o te abrís a los nuevos estilos?
V.B.: Todo lo que se pone de moda y tiene éxito, algo bueno tiene que tener, si le gusta a mucha gente. A mí, particularmente, el rap lo que tiene es la protesta contra el sistema. Yo digo que si tenés una buena banda detrás, todo va a andar bien. Ahora, si vas con una computadora nada más, eso ya es otra cosa, es casi un asalto (risas). Las épocas cambian, las modas, la música también. Estoy muy contento porque hay mucha gente que le gusta la música que hago, pero todo va cambiando con la evolución de la ciencia.
APU: No por nada tu banda, Viticus, lleva 20 años de vida.
V.B.: Claro, cuando festejamos los 20 años – y nos tómanos un descanso- en el Gran Rivadavia, vinieron 1.200 personas. Eso para mí es un éxito. Hay otros que meten más gente, perfecto, tampoco tengo ganas de ser tan famoso como Ricky Martin (risas). Hago lo que me gusta. Justamente, vengo de ensayar con una nueva banda que va a tener a Alejandro Soto en batería, los hermanos Pistarreli (Sergio y Marcelo) que tenían la banda Los Leones, me los encontré y estamos laburando mucho las voces, los dos tocan muy bien la guitarra. Hacemos temas de antes porque a la gente le gusta oír lo que conoce, hay mucho laburo con las voces.
APU: ¿Y cuándo tienen pensado salir a tocar?
V.B.: En mayo salimos a las pistas y el 2 de junio nos presentamos en Makena. No paré nunca porque es lo que me gusta. Y no lo hago por dinero, exclusivamente. Si lo hacés bien siempre va a parecer algún billete, pero yo lo hago porque me gusta, principalmente. Una banda siempre tiene que sonar bien. Todo lo que aprendí en Inglaterra es que siempre iba a ser extranjero, y lo mejor que podía hacer era volver y aplicar todo lo que aprendí allá, acá. Es lo que lo que hicimos con Pappo, con Michel Peyronel y con “Boff” (Héctor Oscar Serafine). La química entre los cuatro fue fabulosa y creo que sonamos mejor que cualquier otra banda que existían en aquel momento.
APU: ¿Este sería tu Riff favorito? También hubo uno con los hijos de todos ustedes.
V.B. Y si, porque fue el primero, el original y eso tiene más gracia. Después hicimos Riff VII con Pappo, Oscar Moro y JAF. Nadie en la Argentina cantaba como JAF, y estoy orgulloso de haber hecho cosas novedosas. Sí, ese Riff (NdeR: Riff con Luciano Napolitano, hijo de Pappo; y Juanito Moro, hijo de Oscar Moro) también funcionó muy bien. Sonó muy bien, recuerdo que estaba Mundy (Epifanio) y me dijo: “Che, esto suena mejor que cuando yo los tenía…”.
APU: Se estrenó la serie sobre la vida de Fito Páez. ¿Te gustaría una serie de tu vida?
V.B.: Primero tendría que venir a proponérmelo alguien, mi vida es mucho más intensa e interesante que la de Fito Páez, sin hablar mal de él. Pero no estoy pensando en eso de la fama, porque va y viene, eso no me preocupa. Lo que quiero, siempre, es estar tocando y tener una banda que suene muy bien, y eso me hace feliz. Me hice de abajo, primero Riff, después vino Viticus. La primera vez que tocamos había dos personas y un perro, en un boliche para cinco mil. Seguimos y seguimos, grabamos un montón de discos y también me siento orgulloso de eso, lo importante es seguir estando en acción y que sea rock. Mi idea es darle alegría a la gente, que cuando viene a un show se vaya mejor de lo que vino.