23 de agosto de 1962: secuestro de Felipe Vallese

  • Imagen
  • Imagen

23 de agosto de 1962: secuestro de Felipe Vallese

23 Agosto 2011

El mes de agosto de 1962 -bajo la presidencia tutelada por los militares de José María Guido- se inicia con una huelga general de 48 horas proclamada por la CGT. Este mes, más precisamente el 23 de agosto, se produce el hecho que conmovió al movimiento peronista: es secuestrado el obrero metalúrgico y dirigente de la juventud peronista Felipe Vallese. El reclamo por su vida se convierte en bandera de lucha: "un grito que estremece, Vallese no aparece".

Felipe Vallese tenía 22 años y era delegado desde 1958 en la fábrica TEA, en forma paralela a su actividad gremial tenía una intensa actividad militante en la Juventud Peronista. Integrante del grupo de Corrientes y Esmeralda, había secundado a Gustavo Rearte en el copamiento del puesto de la aeronáutica en Ezeiza. Sin embargo, no es secuestrado por la policía de la provincia de Buenos Aires por ese hecho, sino cuando buscaba a su compañero Alberto Rearte. Se perpetraba un procedimiento ilegal en jurisdicción de la Capital Federal y Vallese fue secuestrado frente al número 1776 de la calle Canalejas. La justicia a instancias de su familia y de la UOM reconstruyó el camino hacia la muerte de Felipe Vallese hasta la comisaría de Villa Lynch donde desaparece después de ser terriblemente torturado. Su cuerpo jamás apareció pero su nombre desde entonces simboliza lo mejor de aquella juventud que no reparó en peligros por la defensa de sus ideales. Hoy, la calle Canalejas lleva su nombre y así también se denomina el salón de actos de la CGT en su sede de la calle Azopardo 802 de la Capital Federal.

Paradójicamente el asesinato de Vallese no hizo retroceder a la J.P., sino que por el contrario, su ejemplo actuó como catalizador de las conciencias. En agosto de 1963 una acción propagandística de aquellos comandos juveniles sorprende al país: el robo del sable del General San Martín del Museo Histórico Nacional donde estaba en custodia. El hecho tuvo una repercusión espectacular y el grupo que se lo había llevado, del cual era responsable Osvaldo Agosto, exigía para su devolución el retorno del general Perón, la libertad de los presos políticos y la devolución del cadáver de Evita.

La represión continuaba. En Posadas se detiene a 20 acusados de formar parte de una conspiración "peronista/comunista". También es clausurado el Teatro La Máscara y poco después, la agencia Télam.

El peronismo seguía siendo "el hecho maldito" de la política argentina. El Congreso normalizador de la CGT, liderado y capitalizado por las 62 Organizaciones, criticó en su declaración final el decreto de Seguridad del Estado promulgado por el nuevo gobierno y exigió la libertad de los detenidos y condenados por cuestiones políticas, el esclarecimiento de los secuestros y la investigación de las torturas. También reclamó la aparición con vida de Felipe Vallese. Se iniciaba una etapa de gran vitalidad política de la CGT y de enfrentamiento con el gobierno.

Ese virulento 1963, se clausuró con una violenta represión a la masiva concentración celebrada en plaza Once el día 17 de Octubre, en que el peronismo diera a conocer por boca de Andrés Framini una declaración en la que se exigía "Derogación de toda legislación represiva y de los decretos que establecen proscripciones o cualquier forma de discriminación. Inmediata convocatoria a elecciones generales en todo el país para que el pueblo pueda elegir libremente y sin condiciones, todos los cargos electivos, desde presidente para abajo. Regreso inmediato e incondicional a la Patria del Jefe del Movimiento Peronista, compañero Juan Domingo Perón. Restitución de los restos de la compañera Eva Perón”. Estas exigencias políticas iban acompañadas con un programa de propuestas económicas y sociales y se declaraba el "estado de movilización popular, como método revolucionario para la conquista de los objetivos enunciados".