"El neoliberalismo y el liberalismo de izquierda del peronismo no tienen respuesta al drama actual"
A 50 años de la muerte del General Juan Domingo Perón, el investigador y escritor Aritz Recalde, dialogó con AGENCIA PACO URONDO sobre la vigencia del pensamiento del líder histórico.
APU: ¿Qué vigencia mantienen los conceptos de tercera posición y comunidad organizada esgrimidos?
AR: Juan Perón sistematizó la idea de Comunidad Organizada en el Congreso de filosofía de Mendoza del año 1949. Retomó el tema en el Modelo Argentino Para el Proyecto Nacional de 1974.
El mandatario sostuvo que el sujeto de la soberanía no era el individuo egoísta, ni tampoco una clase social ejerciendo la dictadura del proletariado. La soberanía recaía en los distintos sectores del pueblo que se organizaban libremente en una comunidad humana de sentimientos y de valores compartidos. La estructura gubernamental y política del país tenía que atender esa realidad existencial y social.
La comunidad organizada fue la forma histórica de ser y de vivir del hombre argentino. En la comunidad se desenvolvía el mandato del pasado y de la tradición
Era la base del Movimiento Justicialista y se proyectó en el gobierno. El mandatario le otorgó representación parlamentaria y gubernamental a los trabajadores sindicalizados, a los miembros de entidades empresarias, al clero y a otras organizaciones culturales y sociales del pueblo libre.
La tercera posición fue la proyección a la esfera internacional de la comunidad organizada. En ese contexto, existían dos grandes sistemas de cultura que buscaban imponerse en el mundo y que eran el capitalismo anglosajón y el comunismo soviético. De allí la idea de Perón de fundar una nueva entidad internacional que reconociera y que garantizara un tercer tipo de existencia humana, no alineado a ambos bloques.
Las ideologías progresistas y neoliberales que ingresaron al justicialismo son universalistas y promueven el alineamiento internacional a EUA y a las órbitas culturales y geopolíticas de las potencias de Europa.
Ambas concepciones propugnan una sola forma de ser y de estar en el mundo occidental, cuestión que los conduce a negar la diversidad de entidades culturales y de regímenes políticos e ideológicos del planeta. Tales concepciones son autoritarias y hoy justifican el neocolonialismo anglosajón que mantiene al mundo en un estado bélico permanente.
La política exterior de ideologías está conduciendo al fracaso a nuestros países. Hay ejemplos recientes que marcan nuestras limitaciones para forjar el continentalismo.
APU: ¿Qué agenda debería construir el peronismo para volver a ser alternativa nacional y tener chances de obtener la victoria?
AR: El momento actual es dramático para la gran masa del pueblo. La mitad del país es pobre. La Argentina arrastra una década de alta inflación y de recesión económica. El 50% de los trabajadores son informales. La larvada guerra civil social fruto de la marginalidad y el crimen organizado está bañando de sangre las calles de la Argentina.
El neoliberalismo y liberalismo de izquierda del justicialismo no tienen respuesta al drama o directamente ni siquiera lo perciben en su profundidad. Fue tal la crisis de representación, la carencia de realismo social y económico, el sectarismo y el desgobierno de los últimos años, que la masa popular fue a las urnas y con Milei hizo tronar el escarmiento.
Este año se cumplen cinco décadas del Modelo Argentino para el proyecto nacional de Juan Domingo Perón. Es la última obra del líder de la Revolución Justicialista y allí sistematizó su doctrina, sus objetivos y anhelos. Perón sostuvo que el primer paso para construir una nación era el de tener un modelo. El modelo tenía que develar y sistematizar doctrinariamente el ser nacional histórico. Tenía que contener nuestros valores y tradiciones. Sobre esos pilares culturales iba a derivarse el modelo de democracia en la que queríamos vivir y la unidad de destino a la que íbamos a marchar.
Una vez identificado el modelo, se podía formular el proyecto nacional que tenía que ser la voluntad de realización de la comunidad organizada.
APU: ¿Qué rol debe cumplir y con qué herramientas cuenta el pensamiento nacional para dar batalla este proyecto neoliberal actual?
AR: El pensamiento nacional es un marco teórico para comprender el funcionamiento de los procesos políticos nacionales. Además, es una doctrina política que orienta el accionar de los dirigentes y de las organizaciones libres para alcanzar y sostener en el tiempo la soberanía de la comunidad nacional.
En el estudio de los clásicos de esta matriz de pensamiento podemos encontrar soluciones a los problemas actuales. El pensamiento nacional se abocó a diversos campos problemáticos como pueden ser el transporte (Scalabrini), la historia (Furlong), la energía (Mosconi), la filosofía (Hernández Arregui), la economía (Cafiero), el derecho (Sampay), la universidad (Ana Jaramillo) o la ciencia política (Ernesto Palacio).
El pensamiento nacional surgió como una respuesta al fracaso de las ideologías europeas que fueron adoptadas por las elites. En el siglo XX las doctrinas del liberalismo, la izquierda y la derecha se mostraron incapaces de explicar nuestras sociedades y menos aún ofrecieron alternativas para un desarrollo sustentable.
Actualmente, el problema que mencionamos sigue vigente y la izquierda liberal progresista y el liberalismo conservador neoliberal no tienen para ofrecer un programa de desarrollo nacional
Frente a la terrible crisis actual de la Argentina, ningún paradigma político existente parece estar a la altura de la historia. Es momento de debatir los grandes temas nacionales en profundidad, sin los prejuicios típicos de derechas e izquierdas. Es momento de superar la censura y la autocensura de origen progresista y liberal, hay que terminar con el autoritarismo de lo políticamente correcto que condujo al país al desastre actual y al descreimiento radical del pueblo en la actividad política.
Frente a la actual decadencia que pone en riesgo la integridad del país, las fuerzas nacionales necesitan rediscutir el modelo de vida y de democracia a la que aspiran. Para poder hacerlo, es clave retomar los lineamientos del pensamiento nacional y popular.