PETA: la app que estafó a más de 55 mil personas en Santiago del Estero
En épocas de crisis económicas y digitalidad florecen las alternativas para hacer dinero fácil. Apps que ofrecen ganancias instantáneas en dólares por una inversión inicial o a cambio de nuestros datos personales. Este año, cada vez más grupos de Telegram y Whatsapp de Santiago del Estero mencionaron el nombre de Peta entre sus interacciones. Peta es “una plataforma de inteligencia artificial por medio de la cuál se realizan inversiones bursátiles”, según la información de una de sus cuentas de Instagram.
Trascendió públicamente que la app dejó de funcionar el lunes pasado pero hay personas que están hace más de una semana sin poder retirar el dinero que invirtieron. Peta no aparece en Google, no tiene una web con un solo dominio oficial, no hay rostros visibles en cargos jerárquicos, no hay información acerca de quienes están detrás de la app salvo las figuras de “líderes” y “asistentes” a quienes se debe responder estrictamente por mensaje. No hay nadie a quien reclamar.
“Estas aplicaciones aplican la metodología de un esquema viejo. Se llama Ponzi porque era el apellido de una persona que comenzó con todo esto mediante el antiguo sistema de ahorro postal que existió en Estados Unidos y también tuvo su versión Argentina”, explica Mariano Gil, un abogado que desde hace más de un mes viene advirtiendo sobre el peligro de este fenómeno. “Ofrecen un justificativo cuasi místico con la posibilidad de incrementar de manera extraordinaria las inversiones que hayas hecho (...) te dicen cuando apretar un botón y vos ganas en base a esta pseudoinversión que estás haciendo y que omite los nombres de los actores que dominan”, dice.
Una estafa piramidal puede tener muchos nombres. En Córdoba Generación Zoe, en Salta Yomigt, en Catamarca Adhemar Capital, en Mendoza Alianza Internacional de Empresarios Digitales (Aied) y podríamos seguir desarrollando una lista larga y preocupante. Muchas de estas apps contaron y cuentan con amplia difusión en medios de comunicación y redes, por medio del pago de influencers que las promocionan.
Peta y otras apps financieras hacen trading. El trading es otra de las maneras que han inventado los mercados y los financistas para generar ganancias en el corto plazo. Se trata de especular y predecir a partir de la volatilidad misma del mercado. Si bien la idea de trading puede rastrearse hasta Europa en 1500, el concepto se asentó mucho más fuerte en nuestro país a partir del golpe militar de 1976. En ese momento la sociedad no le prestaba tanta atención al mercado financiero aunque eso fue cambiando década tras década y para mayo de este año Argentina llegó a tener su primer “campeón mundial de trading” llamado Iván Scherman, un hombre de 46 años que también es pionero en el uso de inteligencia artificial para los negocios (sobre el uso de la inteligencia artificial en los mercados bursátiles existe una crónica de Alexandre Laumonier llamada El Reemplazante y publicada por la editorial Caja Negra en 2022).
En una mesa de café del centro de la ciudad hay dos chicos jóvenes sentados con una computadora en la mesa, ambos miran a la pantalla como esperando una revelación. Observan gráficos, barras, porcentajes y reaccionan a eso, su conversación está atada a ese destino numérico. Desde la mesa de al lado los escucho hablar de finanzas como quien cuenta una anécdota amorosa.“...lo que faltan son financistas”, decía Ricardo Darín en una escena de la película Nueve Reinas (2000). La película de Fabián Bielinsky retrataba la ruina de un país ahogado por las privatizaciones, el ajuste y la corrupción de la década menemista. En la Argentina de 2024, bajo el gobierno de Javier Milei, y luego de años de fracasos en políticas económicas por parte de Mauricio Macri y Alberto Fernández, el poder adquisitivo y la pobreza están rozando los porcentajes de la crisis de 2001 pero sin un estallido de esa magnitud en las calles. La informalidad laboral también ha crecido en paralelo a discursos meritocráticos que proponen soluciones rápidas para vidas rápidas. El canon de la época es monetario, financiero y cambiario. Apuestas e inversiones, pero sobre todo apuestas. Según Kantar Ibope, el 12,5% de los jóvenes entre 15 y 24 años se ha estado involucrado en el mundo de las apuestas, ese número trepa a un 15,5% en el segmento de 24 a 34 años. Nunca tuvimos tantos financistas como ahora.
El uso de Peta tiene sus reglas: las ganancias deben publicarse diariamente por Telegram para “otorgar transparencia”, también recomiendan aprender a usar la plataforma para “invitar a nuevos usuarios” y responder a los superiores. La dinámica de grupo y la visibilidad de las ganancias dentro del negocio es similar a otras apps para vender contenido sexual, como si todo fuera parte de un mismo barrio. “En mi grupo de gimnasia alrededor de treinta personas tal vez tenían. Comenzaron dos o tres y de a poco se fueron sumando” me dice uno de los testimonios anónimos que he recolectado para esta nota. La inversión inicial era de entre 100 a 160 mil pesos. Las cuentas de Peta se preocupan por aclarar muchas veces que uno va a poder retirar su dinero cuando tenga ganas y que no se trata de una estafa piramidal o esquema Ponzi, aunque es inevitable pensar en eso.
“En mi caso he comenzado a invertir en enero con lo mínimo que se solicitaba en ese tiempo, un costo de 121 mil pesos. Entré con dos amigos, en febrero dupliqué lo que invertí y saqué lo que puse para continuar con lo generado. Tuve la oportunidad de pagarme una cafetera y un hervidor de Royal Prestige. Pude pagar dos cuotas de 200 mil pesos y esperaba finalizar con el último pedido de retiro que hice el lunes, sin saber lo que ocurría con la caída de la app. Tengo entendido que había personas que ponían mucha plata y después no la podían recuperar. Estoy esperando a ver si me van a dar mi plata, aunque ya sabemos que va a ser un no rotundo.”, me relata una docente.
Una nota de la revista local La Columna de junio de este año viaja a 2021 para recordar una estafa similar en Santiago del Estero durante la pandemia y mediante una plataforma llamada Intense Live. “Juan Galiano es uno de los damnificados por Intense Live que en 2022 llevó su caso a la justicia. En particular, denunció por estafa a Marcelo Jiménez, el líder que lo invitó a él y otros tantos santiagueños a invertir en la plataforma. Según cuenta, ni bien se enteró de la existencia de Peta, identificó las mismas características del esquema del que fue víctima, con la única diferencia de que, en la actual “avisan” a los potenciales adeptos que pueden perderlo todo”, dice la nota.
El riesgo de perderlo todo aparece como una noción en algunos de los testimonios, como algo sabido de antemano que no disuade, atrae: “A un conocido no le molesta estar porque lo que invirtió lo recuperó, lo vive como una timba en el casino” me narra una trabajadora estatal y añade que otro caso “sacó lo invertido y ha ido sacando de a poco, también lo vive como una timba”. En Santiago “la mayoría sabía que se trataba de un esquema de este tipo por lo tanto sabían que se iba a cortar”, explica el abogado Mariano Gil. Sin embargo, una gran porción de las personas que han invertido su dinero inicial también han confiado sus ahorros o su aguinaldo porque tenían conocidos o les contaban de casos en que se podía retirar “hasta siete millones de pesos” si los montos depositados eran más grandes.
En los grupos de Peta los nuevos integrantes aparecían de a seis, siete o diez por día. Cada nuevo día tenía a alguien entusiasmado y con dinero fresco para invertir. El grupo general de Telegram de Santiago del Estero tenía más de 55 mil participantes y quienes tenían los mayores cargos figuraban como Senior Business Manager, “había subgrupos de 130 con coordinadores”, dice otra persona que invirtió parte de su dinero en la app. “Es adictivo, como el casino. Da un efecto placebo”, explica.
Para el abogado Gil, y a partir de una reconstrucción testimonial que se pudo hacer desde esta nota, los lugares más convocantes fueron La Banda y Fernández. Esta última es una localidad santiagueña con apenas 11 mil habitantes, por lo que uno puede dimensionar la escala del problema. Explica Gil: “La punta del ovillo está en Fernández porque no puede ser que los líderes más grandes hayan estado ahí. Se cuentan historias de gente que ha cambiado la casa, el auto y eso era lo que se ponía en los grupos para entusiasmar. Los asistentes virtuales que manejan la app ya no responden por Telegram, si eran bots pueden haber sido desactivados y si eran personas pueden haber cerrado los mecanismos para ser identificadas”. Un testimonio anónimo de Fernández coincide en esta lectura y me dice “Casi todos están metidos, aquí el que no ingresó a Peta es porque no tenía el dinero. A donde vayas solo se habla de eso”. Hace unas horas se presentó la primera denuncia en la justicia provincial. Se trata de una persona que por recomendación de alguien de su familia invirtió 2 mil dólares dos días antes de que se cayera la app.