Quédese, Moyano, por Griselda Casabone
Luego de la alegría cívica que me trajo el triunfo de la Presidenta de los argentinos, y el acto ejemplar – en tantos sentidos- de su reasunción, tal vez un poco antes, creo, comienza a inquietarme la actitud del compañero Moyano, y de cierto sector del sindicalismo peronista.
No creo, quiero aclarar, en la impronta rupturista que pareciera alentar el sector oposicionista de la prensa. La política –qué voy a descubrir yo, ¿verdad?- habla un lenguaje que hay que saber escuchar. Los asuntos pendientes – especialmente en El Movimiento- no siempre (casi nunca) se ventilan en reuniones habilitadas ad hoc, o en claros acuerdos explícitos. Las negociaciones tienen sus códigos, sus claves, sus voceros, sus gestos.
Moyano está distanciado de Cristina, pareciera. Las señales fueron variopintas. No fue a su acto de asunción, el acto del 15 de diciembre porta cierto tufillo a mojada de oreja, las declaraciones desafiantes. Etc.
Entonces, yo vengo a proponerle al Compañero Moyano, respetuosa de su trayectoria, de su representatividad, de su presencia necesaria para la continuidad y profundización del modelo popular y nacional que habilitó Néstor Kirchner luego de la pesadilla, que continúa con el mismo vigor, eficacia Cristina, que pensemos juntos algunas de nuestras Verdades:
1) La compañera Cristina ganó la reelección por más del 50% de los votos de los argentinos. Esta señal de confianza, digamos, que se reafirma en una segunda oportunidad, nos dice que más de la mitad de los compatriotas quieren este modelo, a esta Presidenta y lo que ella representa. Primera verdad del Justicialismo: La verdadera democracia es aquella donde el gobierno hace lo que el pueblo quiere y defiende un solo interés: EL PUEBLO.
2) No existe para el Peronismo más que una sola clase de hombres: los que trabajan. Este gobierno, desde Néstor hasta la fecha, no hizo más que reconquistar esta cuarta verdad del Justicialismo, traicionada por propios y extraños, cuando se decidió que era el Mercado el que iba a derramar sus sobras entre los que generaban su riqueza.
3) El Peronismo anhela la unidad nacional y no la lucha. Esta undécima verdad, nos viene a decir, entiendo yo, que aunque la unidad es trabajo arduo, compañero, usted que sabe de trabajo, la lucha es válida siempre que no rompa la unidad, que hoy, en el país y en el Movimiento sintetiza el liderazgo, indiscutido, indiscutible, de Cristina.
4) El peronista trabaja para el Movimiento. El que en su nombre sirve a un círculo, o a un caudillo, lo es sólo de nombre. Esta es la tercera verdad. Hay que trabajar, no sólo para nuestro círculo, nuestra gente, sino para toda la gente que representa El Movimiento. Y servir, hoy, compañero, quiere decir acompañar críticamente, pero acompañar desde adentro, sumando y no restando, dividiendo, el Proyecto legitimado por la mayoría del Pueblo.
Haga su merecida fiesta el 15, diga lo que tenga que decir, luche por lo que tenga que luchar como lo ha hecho siempre, reclame, pero lea también en el mensaje de las urnas, que la política gremial que la Presidenta implementa, les guste a algunos o no, es la que la mayoría del pueblo ha habilitado. Cristina no habla de fútbol con los sindicalistas, compañero. No los llama con el estilo campechano, conciliador de Néstor. Cristina es Otro, con el mismo alma peronista. Habla de otras cosas, con otras formas. Pero habla, también, y sobre todo, pese a todos, para los trabajadores. Para usted.
5) Para un Peronista de bien, no puede haber nada mejor que otro Peronista. Sexta Verdad. No les demos de comer a los que viven de las migajas del Movimiento, que celebran por anticipado su “distanciamiento” de la Presidenta, el “malestar” que estaría cocinando su alejamiento de la CGT, la ruptura.
Quédese, Moyano. Quédese, discutamos acalorados, apasionados por esta Patria que nos inspira, nos desvela, pero avancemos hacia otras maneras de hablar, de construir, de escuchar el mandato del pueblo, el lugar en que el Movimiento nos requiere hoy, después de la Patria, y antes que los Hombres. Octava Verdad. ¿Es Cristina la que no oye, se distancia, o tal vez, nueva Casandra, interpreta el lenguaje de la gente que pide nuevos liderazgos, nuevas formas para un tiempo nuevo, pero profunda, felizmente peronista?
6) Será posible, me pregunto, subordinar el sueño individual al colectivo… El deseo de un País ordenado como nunca, peronista como nunca, en el que como nunca justicia social, soberanía política, independencia económica se hacen realidad, la palpamos en la calle, en el Mercado, en el mercado, en el Parlamento, en los Fondos Monetarios y los Organismos del Primer Mundo, que han dejado de mirarnos como simios, para pispear qué hay de poderoso en este Partido Entero. La política no es para nosotros un fin, sino solo el medio para el bien de la Patria. Novena Verdad.
Saludo afectuoso, compañero Moyano.