Paula Abal Medina: "Hay que visibilizar y desnaturalizar las tercerizaciones"
APU: La idea es hablar sobre la cuestión de los tercerizados. Sos firmante en el texto del grupo Argumentos y otros espacios sociales y políticos del artículo que hacen como el principio de una historia de avance de los derechos de los trabajadores y rescatan desde el 75 en adelante. ¿Es así ese proceso?
Paula Abal Medina: Del 75 en adelante en realidad ubicamos la escalada represiva contra el Movimiento Obrero y buscamos puntos de inflexión respecto de la historia que se abrió en 1975. El 2001 es el momento donde el Campo Popular, a través de distintas organizaciones sindicales, territoriales, de piqueteros, empresas recuperadas etc. de algún modo visibiliza los límites del neoliberalismo y lo denuncia en su acción política y social como un proyecto de exterminio de lo popular. Me parece que es ese un punto de inflexión que abre la posibilidad del segundo momento, que va del 2003 hasta acá, que me parece tiene la riqueza de esa intersección entre el desde arriba y el desde abajo, incluso las mejores políticas del Gobierno nacieron de esa intersección entre los movimientos sociales, de derechos humanos, sindicales y el impulso, fundamental, del Gobierno.
APU: Estaría esta línea 2001, 2003. ¿2001 permite lo que sucede en el 2003?
P.A.M: Exacto. Sí, podríamos decir que es una condición de posibilidad, porque uno sabe que a partir del 2001/2003 se hace posible una mayor comunicación entre generaciones. Yo me dedico a la sociología del trabajo y desde el 2000 he realizado un montón de entrevistas a trabajadores jóvenes de distintas actividades y es muy llamativo cómo a partir, ya sea del 2001 -también ocurrió algo similar en el 2008 durante el conflicto con las patronales del campo-, se generaron situaciones familiares en las cuales los hijos se enteraron de la vida política de los padres que había permanecido casi en silencio y en pausa hasta entonces.
Me parece que sería una simplificación exagerar la capacidad del 2001 para explicar el período 2003 hasta hoy. Me parece que se han habilitado distintas cuestiones a partir del 2001 y el 2003 y una de ellas es el intercambio entre generaciones que es fundamental. Entonces, uno también pued decir que lo que hoy ocurre no podría haber sucedido sin la historia de los setentistas, muchos de los que están hoy incluso en puestos de gobierno y de decisión.
Nosotros queremos rescatar en el documento esta primera reflexión histórica que está muy sintética, porque queríamos más que nada hablar de la actualidad, pero creo que hoy efectivamente uno puede hacer un relato muy distinto sobre lo que fueron los 70 de lo que podía hacerse en los 90. Recuerdo el documental “Cazadores de Utopías”; si uno piensa cuál era la síntesis subjetiva de ese momento de los militantes de los 70: se hablaba desde la derrota. Todavía la percepción histórica no nos permitía recuperar la importancia de la historia de los 70, pese a los errrores que después se pueden discutir y hablar de un montón de cosas, pero me parece que los 90 no permitían, subjetivamente, más que sintetizar la derrota y una evidencia patente de ésta cuestión es ese documental. Me parece que la síntesis de este momento es totalmente diferente.
APU: ¿Cómo podrías caracterizar esa diferencia?
P.A.M: Me parece que hay una revalorización, uno puede decir desde el 75 y el 76 ocurrieron estas embestidas represivas contra el Movimiento Obrero y contra los movimientos populares en general, porque en realidad se estaba muy cerca de la victoria. Por eso, decimos en el documento, no sólo se disputaba un proyecto alternativo, sino que se realizaba a diario de una forma muy importante porque tenía la riqueza de la ofensiva cultural y política.
APU: Pero a partir del 2001 empieza socialmente una discusión sobre la historia o hubo un momento donde se empezara a repensar nuestro pasado y ahí quizás se pueda expandir la discusión.
P.A.M: Totalmente. Y te digo es impresionante cómo surge esto en el relato de los trabajadores. Trabajadores que te dicen: “yo descubrí que mi papá había sido delegado cuando salí electo delegado en un supermercado, en un call cemter, en fábricas”. O sea, hasta entonces, había quedado en pausa la transmisión generacional.
APU: Volviendo un poco al documento, quisiera puntualizar los distintos momentos que encuentran que a pesar de esta modificación de la situación de los trabajadores, habría distintos espacios en los cuales todavía superviven ciertas lógicas del neoliberalismo, sobre todo con los que están empezando con la cuestión de los campesinos y las campesinas. ¿Digo bien?
P.A.M: Sí, tal cual, nosotros visualizamos cambios muy fundamentales en el mundo del trabajo del 2003 hasta acá, sobre todo con la impresionante disminución de la tasa de desempleo y los efectos de una reducción de estas características.
A partir de ahí sostenemos –quizás lo tengamos que decir con más claridad- que nosotros creemos que la acción política del momento actual sigue siendo la de transformar y no la de profundizar. Profundizar en lo que se ha transformado, por supuesto, pero la acción política fundamental sigue siendo la de transformar. A mi me gusta decirlo con una frase que -como todas las de Cooke- es muy buena que dice: “La inercia es reaccionaria; obra a favor de lo que es y está”. Es importante retener esto, porque la inercia efectivamente obra a favor del proyecto neoliberal porque el mismo tiene una larga historia en la Argentina, porque fue sumamente virulento, porque tuvo una pregnancia importantísima y se esparció e impregnó toda relación social. Por lo tanto, donde no hay una acción política afirmativa contra el neoliberalismo hay injusticia social, desigualdades descomunales, etc.
Por eso insistimos: la acción política hoy tiene que ser la de transformar y en ese marco mencionamos cuatro situaciones que consideramos emblemáticas -obviamente que no somos exhaustivos en la enumeración sino que señalamos lo que nos parece más notorio por diversos motivos- la que tiene que ver con el campesinado, hablamos en particular del campesinado santiagueño, del avance de la frontera agrícola, el monocultivo, la separación del campesinado de sus tierras, de los desalojos, de las situaciones represivas que se viven producto de la transnacionales, de las complicidades del Gobierno con esas transnacionales que han dado lugar al asesinato de Christian Ferreyra. Ese es uno de los casos señalados; nos parece que es fundamental pensar en el modelo de desarrollo que se está gestando en el marco de la sumatoria de: transnacionales, desmontes, acaparamiento de tierras, extracción de recursos, etc.
Una segunda problemática está vinculada con los trabajadores textiles. Nos basamos fundamentalmente en la Ciudad de Buenos Aires porque hay una altísima concentración de talleres clandestinos. Las condiciones de trabajo de éstos son realmente aberrantes. Uno encuentra que lo normal es que los trabajadores tengan jornadas de 12, 14 y 16 horas diarias, que tienen lo que se llama “regímenes de cama caliente”, es decir que duermen donde trabajan, que la situación es tan terrible en términos de impacto sobre la salud de esos trabajadores que se encuentran –por estudios de hospitales e instituciones públicas- las tasas de tuberculosis más altas del país equiparables a las de lugares muy, muy pobres de África.
Tenemos una situación de máxima gravedad, y esto nos lleva a una de las propuestas del documento, por que lamentablemente la inspección de las condiciones de trabajo hoy es competencia del Gobierno de la Ciudad y de los Gobiernos provinciales en general; hay una fuerte fragmentación de la potestad de inspección del trabajo, es decir, que hoy queda a cargo de Macri el control de estos talleres clandestinos, con el agravante de que su mujer Awada –empresaria textil muy conocida- ha sido denunciada, en causas judiciales, por abastecer su marca através de estas tenebrosas cadenas de producción de ropa. Nos encontramos con esta cuestión que nos parece sumamente grave, por eso en una de las propuestas del documento es intentar restituir el control de trabajo en manos del Gobierno Federal.
APU: ¿En la Ciudad el control no se hace directamente?
P.A.M: No sólo que no se hace, sino que pareciera que es justamente lo inverso. Los propios parientes del Jefe de Gobierno están denunciados por complicidades con esta forma de producción esclava.
Después los otros dos casos que señalamos son los de los call center, que son los lugares de atención telefónica, que han crecido mucho, producto de la modificación del tipo de cambio desde el 2002, 2003 hasta la fecha y ahí puntualizamos la cuestión de que existen Gobiernos Provinciales -nosotros nombramos el de Tucumán- que realizan transferencias directas muy significativas en términos de montos a las trasnacionales de call center para lograr su radicación en la provincia. Ahí citamos un decreto, de los tantos que hay, en donde se consolidan estas transferencias y se financia, no sólo parte significativa del salario de cada trabajador que emplean estas empresas, sino además los alquileres, las refacciones, los costos de propaganda. Realmente es casi insólito la magnitud de transferencia directa. Más insólito aún porque hay que tener en cuenta que a las empresas de call center se las suele equiparar con los capitales golondrina de la actividad financiera. Son empresas que tienen bajísimos niveles de inversión y que fugan tan pronto disminuyen las condiciones para el negocio. Es decir que ni siquiera se trata de la generación de puestos de trabajo estables.
A su vez se genera al interior del país una competencia muy compleja entre provincias. El caso de esta trasnacional, Actionline, por ejemplo: estaba radicada en Córdoba, pero a raíz de estas transferencias mayores, de las que ya ofrecía Córdoba -que había sido la cuna del call center offshore-, se va de Córdoba a Tucumán, por lo tanto se crea, indirectamente, una competencia muy negativa de los trabajadores jóvenes tucumanos contra los cordobeses.
Esto nos pone en evidencia que requerimos una reflexión más en términos de modelo de desarrollo nacional e integral. Tampoco queremos caer en la simplificación de endilgarlo únicamente a una mala decisión del Gobierno de Tucumán. Este Gobierno tiene la urgencia y la necesidad de disminuir la tasa de desempleo juvenil. Entonces, lo que hay que reflexionar es cuáles son las disyuntivas y los dilemas del capitalismo financiero transnacional. Mucho se habla de globalización y esto supone una uniformidad del territorio mundial, y en realidad la única forma de inserción de muchos territorios periféricos es en base a la degradación de las condiciones de trabajo y de vida de sus ciudadanos.
APU: En este punto, a distintos sectores sociales ¿Se les impone un estilo de trabajo? Porque esto de call center está ligado al joven por una idea de precarización, porque vive con los padres, está estudiando. ¿Se aprovecharía de estas características de este sector social?
P.A.M: Exacto. Una de las características de este tipo de empresas es esa, es un empleo esquilmador en todos los sentidos posibles, no sólo de los recursos públicos sino también de los recursos familiares. Es decir, hay un aprovechamiento de los conocimientos y de la formación de estos jóvenes que provienen de hogares de clases medias. En muchos casos son jóvenes que tienen buena formación en idiomas y en computación, es realmente esquilmador en todo sentido.
APU: Antes comentabas un poco la cuestión del capital transnacional que genera estas luchas en las Provincias ¿Sería el cuarto punto?
P.A.M: Claro, en el cuarto punto nos referimos fundamentalmente a una situación que es transversal, uno la puede encontrar en cualquier sector de la economía, donde se hace más ostensible es el sector servicios, que es la tercerización, las distintas modalidades de tercerización. Viste que pedís comida en una de las empresas de comida rápida, como ser Mc Donalds, y quien trae la comida no es un empleado de la empresa. Y si pedís que vengan a arreglar el servicio de cable, de teléfono, el que viene no es un empleado de esa empresa y así sucesivamente. Como muchas telefónicas que generaron empresas paralelas del mismo servicio y que atendían a clientes desde las telefónicas y estaban empleados por distintas empresas y tenían peores condiciones de trabajo, peores convenios colectivos, peores salarios, diferentes encuadramientos sindicales. Es decir, hay un fenómeno con la tercerización que se ha expandido enormemente, que nació fundamentalmente en los 90 con las privatizaciones, y que nos parece también que es un momento para pensar cómo se puede revertir.
Porque el problema de las tercerizaciones es que genera trabajadores con peores condiciones de trabajo, con representaciones sindicales más débiles y con convenios colectivos desventajosos, este es un tema que ha venido trabajando muchísimo el CELS, con Pablo Ferreyra, a raíz del asesinato de su hermano Mariano, justamente en el marco de las luchas por la destercerización. En el marco del CELS, nombro a Victoria Basualdo particularmente, que ha presentado el último trabajo que ha publicado el CELS en estos días. Hay que pensar propuestas que tiendan a revertir las consecuencias negativas en términos de condiciones de trabajo que genera la tercerización, una de ellas es que siempre rija el convenio colectivo más favorable a los trabajadores sea cual sea la empresa contratante. Esto permitiría limitar la fragmentación de las condiciones de trabajo que genera la tercerización pero hay que pensar muchas más cosas.
APU: En el documento ustedes proponen salidas para que esto pueda lucharse desde el Estado, pero también socialmente para generar una especie de control.
P.A.M: Totalmente. Sí, en ese sentido, el documento tiene varios párrafos en el cual sostenemos la necesidad de complementar el sistema representativo electoral existente en la Argentina con otras modalidades de participación social y nuevas formas de concertación social que puedan habilitar procesos transformadores. Si algunos de los oyentes tiene ganas de leer el documento está colgado en: www.primerodemayo12.blogspot.com
APU: El jueves estuvo presente Pablo Ferreyra y en ese marco te quería preguntar ¿Ves que socialmente se está instalando la posibilidad de discutir los tercerizados y que está avanzando esta discusión?
P.A.M: Sí, realmente me parece que sí, el planteo alrededor de la lucha por la destercerización ha tomado fuerza en el último tiempo y en muchos casos hay que potenciar la desnaturalización de la tercerización, esto es un fenómeno nuevo y producto del proyecto neoliberal, de hecho nació en el momento de mayor auge ideológico de este proyecto. La tarea inicial es la de desnaturalizar, si bien hay grupos militantes muy activos con mucha capacidad de resistir la tercerización, me parece que hay amplios sectores de la sociedad que no lo visualizan como la cristalización de una brutal asimetría de fuerzas entre capital y trabajo, ni las implicancias que esto tiene.
Hay que empezar a desnaturalizarlo. Por eso conversábamos muchas veces con Pablo Ferreyra que la cuestión central es poner de manifiesto que cotidianamente montones de veces tratamos con trabajadores tercerizados, que por tal motivo tienen peores condiciones de trabajo. Hay que visibilizar que esto ocurre. Que uno a cada momento se cruza con trabajadores que tienen menos derechos de los que deberían tener para aumentar los márgenes y las rentabilidades empresarias. Es un proceso que lo primero que requiere es la desnaturalización. A partir de eso, el momento político actual de la Argentina es de una riqueza extraordinaria y va a permitir consolidar transformaciones en este sentido.
APU: Por último, ¿pudiste leer el proyecto que presentó Facundo Moyano?
P.A.M: Sí, me parece un proyecto muy bien orientado y en ese sentido lo apoyo.