"No beneficia a nadie tener 4 centrales obreras (dos CGT y dos CTA)"
LA PACO URONDO: Vos tenés varios artículos y publicaciones sobre sindicalismo, tema central a partir de la inminencia del confederal de la CGT. ¿Qué lectura hacés del escenario sindical que se acerca, básicamente de la tensión entre el moyanismo –que siempre lo entendimos como el sindicalismo más afín al Gobierno- que ahora se encuentra en un momento crítico?
GF: Hablamos ahora y vamos a reafirmar los aciertos oficiales, realmente sorprendente: Disponer paritarias, Asignación Universal, recuperar Aerolíneas, AFJP, YPF, plantear el tema Malvinas en serio, gatillar el crecimiento del PBI. Todo eso es válido.
Ahora, dentro de eso hay contrastes, hay errores o, por lo menos, dificultades. Con los medios de comunicación y con el sindicalismo ha habido errores; se ha castigado a aquellos que durante 8 años han respaldado la gestión oficial y en la comunicación se han hecho acuerdos innecesarios con Haddad, con Vila, con Spolsky que no rinden. Que han generado un puñado de buenos medios en algunos casos y en general lo que generaron fue un montón de basura y un montón de elementos que no aportaron al pensamiento popular. En el tema sindical se dejó de lado que, tanto Yasky, cuando se lo cacheteó a comienzos de año con el tema docente, como Hugo Moyano, pusieron la cara para defender este Proyecto de manera plena desde el 2003 hasta acá. No es que se convencieron más tarde; arrancaron derecho viejo respaldando este Proyecto y eso merece ser valorado.
Una vez planteada la discusión, con legitimidad, sin ningún rasgo de violencia, creo que Yasky acierta en su postura al decir: “No estoy de acuerdo pero sigo apoyando” y Moyano se equivoca; hace un trayecto, hasta hoy, donde parece descubrir, después de 8 años de respaldarlo y ya en contra de su propio argumento, que este Gobierno está en contra de los trabajadores. Es un disparate lo que viene planteando Hugo Moyano. Creo que no beneficia a nadie tener cuatro centrales sindicales y a eso vamos. Tenemos dos CTA y dos CGT y no me parece que al Movimiento Obrero le venga bien la desorganización y la división.
LA PACO URONDO: ¿En ese sentido te parece más lúcida la conducta de Yasky que, a pesar de tener diferencias, se sigue reconociendo al interior del kirchnerismo?
GF: Así es. En mi caso podría decir que me referencio en la Federación Gráfica Bonaerense, la histórica sede de la CGT de los Argentinos. Ésta es un gremio obrero y situado en CGT. Lamento decir que la única persona que en estos meses que me referencia a nivel nacional es Yasky que es de la CTA, más relacionada a los sectores estatales, a los trabajadores de los sectores medios, muy respetable por cierto, pero no encuentro un dirigente en CGT que hoy diga lo que nosotros, como trabajadores de prensa alineados con la CGT históricamente, queremos que señalen. Porque obviamente es interesante el trayecto de Moyano hasta ahora, no es buena su posición actual y no es muy interesante la posición que han tenido con este Gobierno Caló o Pignanelli que no se jugaron para nada. No me interesa Barrionuevo, no me interesa Venegas, no me interesa Lescano; son situaciones difíciles de digerir como para decir: “Acá está la dirigencia”. Lo mejor que habíamos tenido hasta este momento eran Schmidt, Piumato, Moyano. La gente que desde una perspectiva obrero-industrial llevó adelante un Proyecto Nacional en concordancia con la política del Gobierno.
LA PACO URONDO: ¿Y por qué te parece que Moyano, reconociéndole su trayectoria, sus años de coherencia, tanto en su enfrentamiento al menemismo como en su acompañamiento en buena parte del kirchnerismo, hoy adopta esta actitud un poco hasta embarrando su coherencia? ¿Cuál puede haber sido el motivo?
GF: Es probable que el individualismo lo haya matado, es probable también que no comprendiera que, en un país en expansión industrial, la mesa chica con que se movía la CGT era demasiado excluyente porque estas virtudes que mencionamos también tienen su contracara. Moyano armó una mesa chica muy vertical, en la cual definían la política de un movimiento obrero tan grande y tan histórico como el argentino: Camioneros, Judiciales, Dragado y Balizamiento y Canillitas. Evidentemente, si crece el PBI, ahí hay sectores que faltaban ser invitados de una manera plena para que tuvieran participación.
Quiso dirigir él solo, con sus amigos, la CGT y era lógico que dejara heridos a la vera del camino. Creo que ahí hay un problema de análisis de la correlación de fuerzas en términos reales. Cuándo a vos te da para conducir una masa muy apreciable y cuándo no: hubo un error político de Moyano cuando dice: “Yo voy a ser el Lula argentino”, “Yo voy a ser presidente” porque, en el Movimiento Nacional, la conducción no se discute tan fácilmente. Ya había pasado en otro momento con el Gral. Perón, tanto el vandorismo en los 60 como Montoneros en los 70 dijeron: “Podemos disputar la conducción del Gral. Perón” y no fue posible. Se armó un lío bastante importante en ambos casos. Aquí, cuando Moyano dice, en pleno apogeo el liderazgo de Cristina, “Soy el Lula argentino”, era obvio que iba a caer mal en el movimiento político.
LA PACO URONDO: Subrayo un elemento que me parece novedoso: La licuación del poder de Moyano al interior de la CGT a partir de la re-emergencia, por el modelo industrial, de otros sectores.
GF: Totalmente. La mesa chica era muy chica: Camioneros, Judiciales, Dragado y Balizamiento, Canillitas y Taxistas. Evidentemente, si desde el 2003 –y con proyección hacia el 2001- hasta el presente, crece el PBI industrial, tenés que tener una base de sustento industrial en la mesa de discusión para conducir a la CGT porque no estás conduciendo un centro de almaceneros.
LA PACO URONDO: ¿Cuál es tu opinión respecto de estos sindicalistas que mejor representarían el movimiento industrial del kirchnerismo que son Caló en el caso de la UOM y Pignanelli en el SMATA? Recién decías que no te sentís representado pero que te podrías explayar sobre ellos.
GF: En términos políticos, lo que veo –y me preocupa- es que se hicieron “los osos”. Lo que sabemos es que no dijeron nada, por ejemplo, en el 2008 cuando “las papas quemaron”, no se pronunciaron de manera contundente electoralmente en cada desafío electoral que hubo, no estuvieron cuando se los necesitaba y esto es un problema porque el Gobierno no debería premiar a aquellos que se mantuvieron neutro. Por eso es que hacía la equivalencia con Haddad, por ejemplo. Al tipo al que si no le das no se pone a favor, no lo podés premiar; podés hacer un acuerdo táctico en un momento determinado pero no ir tan lejos como se ha ido. Tengo una floja visión de estos dos dirigentes pero, al mismo tiempo, debo decir que, en ambos casos, los condicionantes son importantes por las estructuras internas. Ambos sindicatos tienen delegados y cuerpos de delegados muy activos y generaciones nuevas que condicionan mucho, entonces me parece que, puestos en el marco adecuado, son sindicatos que, controlados de abajo y de arriba, pueden llegar a tener un desarrollo adecuado.
LA PACO URONDO: ¿Qué reflexión te despierta la Juventud Sindical?
GF: Ése es uno de los grandes logros de la época que espero que no se pierda. Mi pibe milita en secundarios del Movimiento Evita. Cuando hace pocos meses me contaba: “Vamos a marchar junto a la Juventud Sindical” le dije: “no sabés lo que eso significa culturalmente en la historia argentina”. Que la JP pueda marchar junto a la JS y, en vez de agarrarse a tiros, puedan hacerlo con una bandera común es un logro apreciable que encarna la nueva generación de delegados y representantes sindicales. Espero que esto no se pierda por este cruce de la relación entre el Gobierno y la conducción de la CGT pero JS es, para mí, uno de los grandes logros culturales de la época que revirtió una zona de la vida política argentina que había jugado muy en contra en otro momento.
LA PACO URONDO: Es lo que planteaba Cristina en el acto en el Luna del 2010. ¿Por qué creés que, en este momento, Caló o Pignanelli son los candidatos más potables para el gobierno?
GF: Creo que las peleas personales existieron con Moyano y esto, como todos sabemos, es inmanejable. Por ahí te cruzás con alguien que te pisa cuando te bajás del colectivo y te agarrás a trompadas y el tipo era de tu mismo cuadro, de tu mismo partido político, de tu misma ideología y sin embargo te estás agarrando a trompadas porque se dio una circunstancia determinada. Creo que el Gobierno espera que no se descontrolen las paritarias, quiere que no exista un reparto interno superior al logrado hasta ahora –lo cual es todo un dilema- , es decir que el movimiento obrero, cuya situación ha mejorado tanto, no trascienda de la recuperación hacia el crecimiento del ingreso. Seguimos estando en niveles como los establecidos después del golpe del 76 de 70/30 en términos generales de distribución interna. Vamos avanzando pero mucho menos rápido de lo que el pueblo argentino necesita para vivir mucho mejor y generar un mercado interno más potente.
Esto no me parece grave ni acusatorio porque venimos creciendo; lo que pasa es que la lentitud en la dimensión del reparto, obviamente según el lugar desde donde se mire, es distinta. Si vos lo mirás desde el funcionariado tenés más tiempo; si lo mirás desde la clase trabajadora tenés siempre una premura un poco mayor pero en ambos casos son confluyentes los objetivos.