Empresa, Estado y desarrollo nacional
La nacionalización de YPF, va mas allá del hecho puntual referido a la recuperación del control de la compañía, en efecto, la modalidad y el perfil que se intenta imprimir a la nueva gestión, deja enseñanzas que pueden servir de ejemplo para nuevos emprendimientos que vayan más allá de la necesidad de ejercer el control de un recurso tan estratégico como es el de la producción energética.
Considero que el ejemplo no es aplicable solamente para YPF, sino que, perfectamente puede replicarse a otros segmentos del aparato productivo nacional. Imaginemos que ventajas traerían aparejadas, una asociación estratégica entre aquellas Pymes que deseen asociarse con el estado bajo la forma de empresas mixtas, para acelerar y potenciar así, su desarrollo y competitividad.
Áreas industriales medias como la de fabricación de maquinaria agrícola, por ejemplo, podrían capitalizarse con un socio poderoso: el estado nacional, sin que dicha asociación estratégica implique renunciar al principio de competitividad y eficiencia (la nueva gestión de YPF apunta precisamente, en este sentido)
Para hacer viable la propuesta, el Estado a través de la Secretaría de Industria, debería reclutar a profesionales formados Administración de Empresas y capacitarlos para conjugar la eficiencia empresaria adquirida en sus estudios universitarios, con una formación complementaria que le permita aportar a la empresa, además de una visión de crecimiento estratégico acorde a las necesidades del país y la región, las herramientas de seguridad que brinda el hecho de tener el respaldo directo del estado nacional.
Sentar a estos jóvenes gerentes representantes del Estado en el directorio de Pymes argentinas, facilitaría conocer de primera mano, las necesidades y los nudos que traban el crecimiento de las mismas y a su vez, actuar como polea de transmisión, para vincular los recursos de que dispone la Nación: INTI, INTA, CONICET, Universidades Nacionales, Bancos, etc. , para asistir a las pequeñas y medianas empresas integralmente y a la vez, catapultarlas a niveles superiores tanto desde lo cualitativo, como lo cuantitativo.
Por otra parte, El estado ya viene participando a través de la ANSES, vía recuperación de la AFJP, en muchas empresas de gran porte y está demostrando aptitud para la gestión compartida, un muy buen antecedente de presentación para vincular aún mas a los organismos estatales, con los emprendimientos privados.
Para terminar, cabe aclarar que no se trata aquí, de un avance del estado, sino por el contrario, incorporar al estado como un socio dispuesto a compartir los riesgos del crecimiento de la empresa asociada, tanto en sus beneficios, como en sus eventuales dificultades.