Paraguay en la poesía argentina actual
Todo se aclara y simplifica (la oportunidad perdida en la entrevista de Yataytí Corá entre Bartolomé Mitre y el Mariscal López)
El que lava su pelo en el río en el mismo momento de la batalla.
Mientras el otro se peina con los dedos como si fueran dedos de marfil
recién traído de África.
La radio a pilas de fondo
capta el movimiento de las hojas,
el curso subterráneo
de la helada, la migración de unos pájaros aturdidos.
Una pausa de cristal en el aire roñoso.
Lavan el agua con sus pies, que están limpios
como animales blancos, de plumas y espuma.
Así, dos próceres aniñados, bebidos, junto a un arroyo…
No es como el secreto de Guayaquil. Salen limpios
de su entrevista: charla bajo la parra- la titulan.
Hablaron -y jugaba con un tallo en la boca
cada uno mientras lo hacía.
Corrieron un panadero hasta el vapor del arroyo
donde se hizo colibrí, fuga celeste,
la escarcha de un pensamiento etéreo.
Mariposas de Lüdenscheid
En Lüdenscheid, en 1917,
los niños alemanes mataron 47.990 mariposas.
Ni una más ni una menos según registros. Y eso tiene que ver con todo.
Lo hicieron para cuidar las cosechas. Así como otros
recogían carozos para hacer aceite. Y otros juntaban
semillas de girasol
entre las vías del tren.
Cuando llegó a Alemania el invierno de los Nabos
ninguna otra cosa se podía comer más que Nabos.
Nabo hervido, pan de Nabo.
Alemania se quedó sin papas.
El niño que corrió una mariposa entre las plantaciones
también pudo decir que hizo la guerra.
Chochos los niños paraguayos si esa hubiera sido la consigna 50 años antes.
Y no convertirse en hombres a la velocidad de la luz.
¿Cuánta fuerza hace falta para cumplir esas misiones?
Hace falta siempre la fuerza que hace la tierra para que coman de ella.
47.990 mariposas.
Las mariposas son como las papas: ya no existen.
El ascenso del alma en el humo oscuro de una papa hirviente.
Entra el primer tractor a Villarrica. Lo maneja un niño de ojos celestísimos.
Miles de mariposas alrededor.
Niño envuelto
¿Cuál es el menú de un negro despavorido
que corrió doce leguas hasta la primera trinchera
donde encuentra aturdido a un niño que le habla en guaraní?
Y están solos, solos.
¿Por dónde empieza?
¿Por los ojos, por la pera? ¿Por los talones?
¡Está servido en bandeja!
¿Y si la guerra hiciera una pausa ahí?
¿Y si brotaran de la tierra lombrices rojas,
y brotaran hormigas rojas, toda la verdadera sustancia
viva de la tierra, y si
a un cuchillo de palo le volvieran a crecer
sus hojas? Nooooo.
¿Y si todo se animara de nuevo
como en el hervidero espantoso de la creación
del que salieron los despavoridos
corriendo como ráfagas de flores
tras una larga mancha de concha virgen
que buscaba el agua, el mar, etc.?
Hacha y Chaco
Hacha un negro para ser libre.
La tierra por dentro también tiene un tambor:
¡los talones de los negros libres!
* El libro Paraguay será publicado a fin de año por Editorial Vox