Elecciones en Venezuela: "Ningún pueblo puede salir adelante con bloqueos y sanciones"

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APU INTERNACIONAL

Elecciones en Venezuela: "Ningún pueblo puede salir adelante con bloqueos y sanciones"

28 Julio 2024

En la víspera de las elecciones en Venezuela, Agencia Paco Urondo entrevistó a Matías Capeluto, exdirector de la Casa Patria Grande y coordinador ejecutivo del Grupo de Puebla, quien se refirió a la configuración del escenario actual de la región y los desafíos venideros.

APU: Está en marcha una nueva configuración del orden mundial. Esos cambios generaron conflictos a lo largo y ancho del planeta, y abren la posibilidad de nuevos conflictos. Ante eso, ¿cuál es la posición del Grupo de Puebla?

M.C.: El Grupo de Puebla expresa lo que nosotros conocimos en la primera etapa de este siglo, que es, desde América Latina, la defensa de un mundo multipolar. Entender que todo lo que el Consenso de Washington intentó instaurar con el neoliberalismo a partir de los 90, había entrado en crisis a comienzos de este siglo, y que entendía que el resurgimiento de China, los nuevos mercados asiáticos, el crecimiento del mercado en la India, configuraban un nuevo elemento y una nueva oportunidad para América Latina. Eso lo interpretaron muy bien los liderazgos fuertes que tuvimos al principio del siglo, como Evo Morales, Correa, Chávez, Néstor Kirchner, Lula.

En determinado momento, cuando entra en crisis el progresismo a nivel regional, a partir del año 2015 -que viene con la victoria de Macri, la caída de Dilma Rousseff, el golpe de Estado en Paraguay, el golpe a Zelaya en Honduras, el regreso de Piñera en Chile, la traición a Rafael Correa en Ecuador- cambiaron el mapa político, hicieron que esta concepción de tener una América Latina más soberana en la discusión mundial tenga un retroceso, que se desentienda de la estrategia de ir hacia un mundo multipolar y que vayamos hacia un mundo enfocado más hacia Estados Unidos, hacia una Unión Europea que poco tiene para dar. Entonces, el Grupo de Puebla lo que termina haciendo es recuperar esa tradición, reactualizarla y, diría, tratar de rearmar esa concepción de un mundo multipolar. Y ahí hay un elemento que tiene Puebla dentro, que me parece clave para interpretar esto, además de los expresidentes, y que tiene que ver con la presencia de Celso Amorim. Hoy es el jefe de asesores presidenciales de Lula, pero además son, junto con Marco Aurélio García, los dos cerebros que ayudaron a que Brasil, que es la gran economía latinoamericana, entienda ese mundo multipolar. Entonces, no sólo intentamos que se reentienda ese mundo multipolar, que podamos rehacer el camino hacia allí, sino que contamos con figuras como Celso Amorim, que son quienes piensan y quienes desarrollan esa estrategia.

APU: Hay una dimensión política de carácter local que se está dando en muchos países, que tiene que ver con el avance de las nuevas derechas. ¿Cómo se piensa, desde el Grupo de Puebla las respuestas locales ante ese avance?

M. C.: Primero una aclaración: no puedo hablar en nombre del Grupo de Puebla, nadie puede hablar en nombre del Grupo de Puebla porque somos más de 70 líderes. A mí me toca, en este caso, una coordinación operativa de esos liderazgos, pero cada uno tiene no sólo su responsabilidad, su historia, sino también su posición. O sea, no hay hoy conclusiones del Grupo de Puebla como tal; cuando existe eso, salen los documentos oficiales del Grupo. Pero mientras tanto sí hay una discusión, y está bien ponerla sobre la mesa.

Creo que, con los movimientos del último mes, está claro que hay una derecha que se está rearmando, pero que claramente no está ganando. Más allá de la victoria de Milei, en México no ganó, en Francia no ganó, en Inglaterra no ganó, en Estados Unidos vamos a ver qué va a pasar, y en Venezuela todo indica que tampoco va a ganar la ultraderecha. Y en Uruguay tampoco ganó la derecha el otro día.

Si uno ve el calendario electoral, lo que se viene en Venezuela, Estados Unidos, Uruguay, Brasil; salvo Estados Unidos todo indica que en el resto de los países va a ganar la izquierda. Hay una derecha nueva, hay una derecha más valiente que la derecha anterior, hay una derecha que funciona en un modo más de fake news, que la derecha que antes conocíamos, que era más institucionalista; hay una derecha que grita más fuerte, pero no está claro que hoy esté ganando ese debate. Pero sí nos sirve el ejemplo de Milei -lamentablemente, para los que somos de Argentina, es muy alto el costo que estamos pagando-, la demostración de lo que hace ese tipo de gobierno, que en 6 meses aumentó la pobreza y la indigencia como nunca se vio en la historia argentina, que cerraron 10.000 pequeñas y medianas empresas en 6 meses; pensemos que Macri cerró 24.000 en 4 años, y esta nueva derecha, esta ultraderecha de Milei, cierra 10.000 en 6 meses.

Lamentablemente es una prueba de ensayo muy dura para el pueblo argentino, pero hacia afuera de América, en América Latina, hacia afuera de Argentina, se ve muy claro también cómo opera esta ultraderecha y qué hace cuando gana. Entonces, también es como un ejercicio que está todo el día en construcción.

APU: Vos hablabas recién de las elecciones en Venezuela. ¿Cómo ven ese proceso y qué puede pasar el día después?

M.C.: El Grupo de Puebla tuvo siempre, históricamente, una posición de defensa del pueblo venezolano. Me refiero a que, primero, para empezar a hablar de Venezuela, lo que hay que hacer es condenar los bloqueos y las sanciones. Ningún pueblo puede salir adelante con bloqueos y con sanciones. Lo segundo, en el momento electoral en el que estamos hoy en Venezuela, lo que todo Puebla quiere, pero también lo quiere toda la dirigencia progresista de América Latina, es la paz de Venezuela.

Y el pueblo venezolano también quiere paz. Entonces, lo que el Grupo de Puebla ha dicho es basta de sanciones, basta de bloqueos, paz para Venezuela, acompañemos el proceso electoral del pueblo venezolano y que todos reconozcan los resultados que se den a partir del proceso electoral. Eso es fundamental. Lamentablemente, la historia de Venezuela nos marca que muchas veces no se reconoció el resultado por parte de lo que hoy son los opositores y eso generó más caos para el pueblo. Esperemos que no sea ese el escenario si gana Nicolás Maduro.

APU: Entre los conflictos que tiene nuestra región, hay uno que vino a patear el tablero: la invasión de la Embajada de México por parte del gobierno comandado actualmente por Noboa en Ecuador, y el secuestro de Jorge Glas, que está preso injustamente, o por lo pronto por fuera del derecho internacional. ¿Tiene una posición tomada el Grupo de Puebla?

M.C.: Dentro del Grupo tenemos grandes dirigentes de México y Ecuador y desde el momento en que sucedió el hecho que vos estás comentando, el Grupo empezó inmediatamente a activar todos los mecanismos internos que tiene y las relaciones que tiene para acompañar la denuncia ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos, respecto a la preservación de la vida de Jorge Glas, y a acompañar desde el Consejo Latinoamericano de Justicia y Democracia para interponer la demanda de México ante Ecuador.

Por el otro lado tenemos una enorme preocupación por la vida de Jorge Glas, quien no sólo fue secuestrado de la Embajada, sino que también fueron vulnerados todos sus principios, todos sus derechos humanos más elementales, como estar en una prisión donde tenga los mínimos cuidados, que no los tiene. Pensemos que recién hace pocos días que tiene un colchón dentro de la cárcel, estuvo durmiendo en el cemento. Pensemos que está en una cárcel de máxima seguridad para un preso que no requiere ese nivel de encierro, que no lo dejan ver a su familia, que no se puede entrar a verlo.

Hay compañeros muy comprometidos en América Latina que conformaron el Comité de Solidaridad por Jorge Glas, el cual integran líderes del Grupo de Puebla, entre ellos Alberto Fernández, José Luis Rodríguez Zapatero y otros. En estos momentos hay distintos trabajos que está haciendo el Grupo, en general en silencio, hablando con autoridades que pueden incidir sobre esto, tanto en Naciones Unidas como en otras instancias, poniendo la alerta de que el Gobierno de Ecuador no sólo secuestró a Jorge Glass, sino que no está preservando su vida de forma correcta.

APU: Desde una perspectiva continentalista, ¿Cuáles son las posibilidades de que se concrete una unidad mayor? No te digo que no tengamos frontera, ni tengamos una sola bandera, ni una sola moneda, no estoy hablando de eso. ¿Pero cómo es la posibilidad de una unidad mayor cuando hay una voz tan disonante como la de Milei que ni siquiera acude a la reunión cumbre del MERCOSUR?

M. C.: No nos resulta llamativo la posición de Milei respecto a la integración regional. No hubo en Argentina un Gobierno que entregue tanta soberanía a Estados Unidos como lo hace este. Ni siquiera Estados Unidos le está pidiendo que haga lo que está haciendo. Estados Unidos no pide un MERCOSUR desintegrado. No, es claro en eso. Sin embargo, él, como bien vos decís, ni siquiera participó de la cumbre de presidentes.

Si nosotros vemos lo que va a pasar regionalmente en los próximos meses, lo más probable es que quede muy solo. No creo que en Uruguay tenga un aliado ideológico, pero hay alguien de derecha con quien puede compartir un diálogo, y que lo va a dejar de tener en los próximos meses, seguramente con la victoria de Yamandú Orsi. Lula, que está fortalecido en su Gobierno y que va a seguir siendo el faro regional, moral y ético de toda la región. Paraguay, que siempre tiene una posición, obviamente va a estar más cerca de Lula que de la locura de Milei. En Bolivia tenemos el gobierno del MAS, que a pesar de los conflictos internos que hoy están teniendo, no deja de ser un gobierno progresista, un gobierno socialista. En Chile gobierna Boric. Milei está solo en la región. Lo que pasa es que grita mucho y grita muy fuerte. Pero si uno ve la cumbre del otro día de MERCOSUR, si uno ve cómo la CELAC sigue trabajando, si uno ve las distintas instancias en Naciones Unidas, América Latina está más abroquelada que antes, se ve cómo Milei está yendo para un lado y la región para el otro. El costo que pagan los argentinos es muy alto, pero la región hoy está yendo, por suerte, en un sentido contrario al que va Milei.

 Lamentablemente América Latina avanza sin Argentina, pero a América Latina hoy se la ve más fortalecida que la que se la veía hace cinco años. Hace cinco años gobernaba Bolsonaro, había un golpe de Estado en Bolivia, estaba un gobierno de ultraderecha en Ecuador, un gobierno de derecha en Colombia, estaba recién arrancando López Obrador, Venezuela estaba muy mal, y hoy cuando uno ve que López Obrador y el movimiento Morena van a seguir por seis años, que Venezuela está mejor que antes, que en Colombia hay un gobierno progresista por primera vez en 200 años, que la centroizquierda gobierna en Chile, que se pudo romper el golpe de Estado en Bolivia, que en Uruguay va a volver el Frente Amplio, la verdad que el escenario es optimista para todos, menos para los argentinos por el momento.

APU: Una última consideración que creas importante para lo venidero más inmediato.

M.C.: Este año hay dos elecciones muy importantes, las de Estados Unidos y las de Venezuela. La primera que se viene es la de Venezuela y es importante combatir la desinformación que hay sobre el proceso electoral venezolano. Es muy intensa la campaña de desinformación encabezada por Infobae y por distintas agencias de comunicación norteamericanas y europeas que no cuentan la verdad sobre Venezuela. Es importante que sepamos que el domingo 28 los resultados van a estar después de la medianoche y que en esos momentos y en esas horas en las cuales se cuentan los votos, lo que tenemos que pensar todos es en la paz de los venezolanos y ayudar a que Venezuela salga adelante, que los venezolanos que se tuvieron que ir por las sanciones y los bloqueos puedan volver a Venezuela porque es su país. Todos en nuestros países tenemos venezolanos amigos que tuvieron que emigrar por la situación económica. Venezuela está saliendo adelante y hay que acompañar el proceso para que todos los que tengan ganas de volver puedan hacerlo.

Creo que esa premisa de paz para Venezuela tiene que ser la premisa de todos los latinoamericanos la noche del 28 de julio. La tarea es combatir la desinformación y estar alertas de cómo se van a producir los hechos e informarse correctamente de lo que va a ir pasando.