Mariano Recalde: "Quieren transferirle los recursos del Estado a las grandes empresas"
Por Juan Manuel Ciucci
APU: ¿Cómo analiza las políticas del macrismo para con las empresas públicas?
Mariano Recalde: Para comenzar, lo primero que me interesa resaltar es que para abordar las políticas del macrismo hacia las empresas públicas es fundamental explicitar su concepción de Estado. Para CAMBIEMOS el Estado debe garantizar el libre funcionamiento del mercado, no tiene que intervenir en la economía. Esa es su tarea fundamental. Claramente esa concepción de Estado ya la vivimos los argentinos en los 90 y tenemos el desafío de que esa concepción neoliberal de la política económica no se vuelva a mostrar como la única posible. Al mismo tiempo, si la intervención estatal no forma parte de sus planes, por supuesto que el Estado como empresario es literalmente un imposible.
Como Cristina expresó en varias oportunidades, CAMBIEMOS vino a quitarle el futuro a los argentinos y a desorganizarles la vida. Eso se relaciona en gran medida con la suerte del Estado. En el acceso a los servicios públicos, en el costo de las tarifas, en la producción y el trabajo, en el costo de los alimentos, por nombrar algunos ejemplos, se ve reflejado el rol que ocupa el Estado. Por eso, cuando decimos que CAMBIEMOS vino a la Argentina para sacarle a los que menos tienen y dárselo a los que más tienen, también decimos que esa transferencia de recursos la vinieron a implementar a partir de cambiar la concepción de Estado. Justamente, para lograr su objetivo, lo primero que tiene que hacer es reducir el Estado al mínimo posible para que los grandes grupos económicos puedan concentrar toda la riqueza. Y eso es exactamente lo que vienen haciendo con las empresas públicas y los sectores estratégicos. Por ejemplo, en el caso de las mineras, los sectores agroexportadores o incluso las petroleras concentran los recursos, corre el rol de Estado y permite que se fuguen divisas. Por otro lado, se han desmantelaron políticas sociales, recortado presupuestos de áreas sensibles, congelado paritarias, o incluso se le quitó el subsidio a las tarifas y se dejaron de controlar los precios, afectando la calidad de vida de todos los argentinos.
Las privatizaciones de los años 90 ocuparon un papel fundamental en el modelo neoliberal y fueron un eje de reconciliación de los distintos sectores dominantes tanto de capitales nacionales como extranjeros. Por esa razón, encontrar coincidencias en la relación entre Estado-Políticas Públicas y Empresas Públicas nos recuerda a la transferencia de recursos de esos años y a su modelo económico. Para decirlo claramente, quieren transferirle los recursos que hoy son del Estado -y por lo tanto, de todos nosotros- a las grandes empresas que, además, muchas de ellas son propiedad de la familia presidencial o de los funcionarios del Gobierno. Para eso tienen un manual muy claro: primero dicen que son muy costosas para los argentinos, que no podemos hacernos cargo y que una empresa privada las administraría mejor; luego dejan de invertir, recortan los presupuestos y las vacían y finalmente nos dicen que la única salida es la privatización.
APU: ¿Y en el caso específico de Aerolíneas Argentinas?
MR: El caso de Aerolíneas Argentinas es un ejemplo excelente para ilustrar este proceso. Empecemos por el principio, que hoy parece ser el próximo final: en 2008 recibimos una empresa absolutamente quebrada, con una deuda de más de mil millones de dólares, aviones viejos, poca flota, y un pésimo servicio, como seguramente todos recordarán. Cuando la ex Presidenta tomó la decisión política de estatizarla, sostener el empleo y hacerse cargo del déficit, entendió que el camino para salir adelante era aumentar los ingresos. Y así lo hicimos: invertimos, ampliamos y mejoramos el servicio y la estructura, conectamos a todo el país y logramos tener una aerolínea de bandera que rompió récords de puntualidad y cantidad de pasajeros, con un déficit que pasó del 80% de la facturación al 8%. Demostramos, en definitiva, que lo que durante años nos habían dicho que era imposible, con decisión política se podía hacer.
Desde que asumió Cambiemos, el Gobierno comenzó a jugarle totalmente en contra a Aerolíneas Argentinas: le recortaron el presupuesto, aumentó el déficit y se promovió el ingreso de aerolíneas low - cost para que vuelen en las mismas rutas y en un mercado cada vez más chico. Esa competencia ataca una línea que promueva el federalismo y la integración por sobre la ganancia empresarial. Al mismo tiempo, han comenzado a vender nuestros aviones y a despatrimonializar la compañía para pagar gastos corrientes. No quedan dudas de que están siguiendo fielmente los pasos de su manual neoliberal.
APU: El programa presentado por Unidad Ciudadana hace foco en un plan de mayor desmantelamiento y desinversión en empresas públicas por parte del macrismo, ¿cómo cree que avanzarán en esto?
MR: Cuando nos referimos a un Estado presente y garante de derechos que se preocupe por el futuro de los 42 millones de argentinos y argentinas sin lugar a dudas hacemos alusión al rol fundamental que ocupa el Estado a través de las empresas públicas como empresario, accionista o regulador. No podemos pensar un Estado desligado de las problemáticas que deja a la suerte de cada individuo su futuro ni tampoco de los recursos estratégicos. Un Estado desligado de su responsabilidad en el precio de la luz, del gas o incluso del costo de los alimentos deja a los ciudadanos sin una herramienta fundamental para garantizar sus derechos.
El Gobierno ya anunció que después de las elecciones va a profundizar el ajuste y las empresas públicas van a estar entre los blancos de ataque del macrismo. Ya terminaron con la primera etapa que es la de desprestigiar la gestión estatal, recortar los presupuestos y perjudicar sus condiciones de competencia. Si el Gobierno gana, estoy seguro de que además de avanzar con una flexibilización laboral, una reforma del sistema jubilatorio y una apertura total de la economía, efectivamente van a seguir desmantelando las empresas públicas para luego entregarla a manos privadas y profundizando aún más el corrimiento del Estado de la calidad de vida de todos los argentinos. Sus consecuencias ya las vivimos, e insisto con que el caso de Aerolíneas Argentinas -la imagen de la empresa saqueada y devastada- es un claro ejemplo de cómo terminan estas políticas. Por eso, lo que se discute en estas elecciones es si queremos darle un cheque en blanco al Gobierno para que avance con estas medidas, o si vamos a expresarle nuestro desacuerdo y ponerle un freno en las urnas.
APU: Siendo un año electoral, ¿cree que estas discusiones están presentes en la sociedad, y en las propuestas de los diversos partidos frente al electorado?
MR: Como dijo Cristina el día de la Bandera, no podemos poner en el centro de la discusión a los partidos. Estoy convencido que esta nueva etapa histórica tiene que poner como protagonistas a las personas de carne y hueso que día a día ven afectada su calidad de vida a partir de las medidas del actual presidente. Nuestro papel es el de defender los derechos de la ciudadanía y no poner por delante nuestras discusiones partidarias. La sociedad está padeciendo las consecuencias de las políticas de Macri: trabajadores, docentes, jubilados, estudiantes, científicos, todos han visto deteriorada su calidad de vida. Les han desorganizado la vida y nuestra tarea hoy es defender esos ataques y ponerles un límite.
Muchos vecinos, trabajadores, estudiantes que votaron a CAMBIEMOS han demostrado su descontento porque fueron víctimas de una estafa electoral. El Gobierno ganó prometiendo trabajo, viviendas y pobreza cero, y no hay una sola medida que mejore la calidad de vida de la gente. Sin lugar a dudas, me parece que esa decepción y ese descontento se va a ver claramente reflejado en las urnas.
Para concluir, me interesaría remarcar que nuestro espacio es el que mejor representa los intereses de las mayorías porque jamás hemos votado ni una sola medida que perjudique los intereses de la gente y porque ponemos por delante de todo la defensa de los derechos ciudadanos. Creo que esa coherencia, esa férrea defensa de los derechos y esta convocatoria a la unidad de todos los argentinos, con Cristina al frente del camino, va a hacer que podamos ponerle un freno al ajuste y recuperar la esperanza para construir el futuro que hoy, con ellos, no tenemos.