¿Berni protege al comisario de la represión Gimnasia - Boca?
El 21 de agosto de 2018 era un día soleado en La Plata. Se iba a volver neblinoso rápido. Las y los trabajadores de Astillero Río Santiago se movilizaban en el centro platense tranquilamente. Reclamaban contra el gobierno provincial de María Eugenia Vidal, que quería cerrar y luego privatizar la empresa. A la altura del rectorado de la Universidad, la Policía Bonaerense embistió contra la manifestación. Literalmente: un patrullero atropelló a un manifestante. Balas de gomas y gases al por mayor.
Justo en ese momento velaban a la Madre de Plaza de Mayo María Isabel Chorobik (Chicha) de Mariani. ¿Dónde? En el rectorado. Los gases traspasaron las puertas e intoxicaron a quienes velaban a Chicha. ¿Quién estuvo a cargo de la represión? el subjefe de la departamental platense, Sebastián Perea. Agradecida por su eficiente gestión, la gobernadora lo nombró jefe de la departamental de la capital provincial. Mejor tener a los amigos cerca.
A fines de 2019 cambió el gobierno provincial y Perea supo esconderse como director provincial de las Plantas Verificadoras. Pero el jueves 6 de octubre reasumió como jefe de la departamental platense y a las pocas horas, la Bonaerense desató una cacería en la previa de Gimnasia contra Boca. Como narra con más precisión el periodista Gabriel Fernández, reprimió a los simpatizantes que aún no habían entrado y provocó la muerte del ex jugador César “Lolo” Regueiro. Los gases se filtraron al estadio y afortunadamente el público pudo refugiarse en la cancha, buscando aire. Como el partido ya había comenzado, muchos jugadores triperos rescataron a familias enteras al borde de la asfixia. Mismo jefe, mismo modus operandi.
“Yo no fui, si llegué hace 5 minutos” habría afirmado Perea. Cierto, siempre y cuando no se contabilice el periodo anterior como jefe departamental, donde seguramente dejó varios amigos. Pero hay un problema más grande. Quien lo explica es la diputada provincial Susana González. La legisladora ensenadense fue reprimida por Perea en los sucesos de 2018 y a partir de entonces se dedicó a investigar y denunciar el accionar policial.
Entrevistada para AGENCIA PACO URONDO, González explicó la matriz del problema. “Lo conocí a Perea porque fui secretaria de Seguridad de Ensenada. Iba a venir a la comisaría de Punta Lara pero por otro conflicto finalmente no se dio. El problema es estructural: cuando un oficial de rango incumple sus funciones, el Superintendente de Seguridad y el jefe de Policía no lo sancionan, lo mudan a un destino diferente. Así van rotando por la Provincia, asolando al municipio en donde les toca desembarcar”. Tanto el superintendente como el jefe provincial son nombrados por el ministro de Seguridad. En 2016, la AGENCIA PACO URONDO publicó denuncias contra un comisario acusado de gatillo fácil que a su vez venía alternando de jurisdicción en jurisdicción.
Por todo esto, para la legisladora, el ministro de Seguridad Sergio Berni es el responsable político de la represión y la muerte en la cancha del Lobo. Esto se suma a otro capítulo lamentable de la gestión Berni: la rebelión policial, que terminó con una protesta en la Quinta de Olivos demostrando el mando nulo que tiene sobre la fuerza.
Es sabido que el público de Gimnasia es muy peronista. La represión, que siempre es lamentable, se dio contra un colectivo que canta la marchita en los partidos y que repudió en la cancha el atentado contra la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner. También en este sentido deben interpretarse las palabras del titular del PJ bonaerense, Máximo Kirchner: "Me angustié mucho por el hincha fallecido, no puede pasar en un gobierno peronista". No se requiere ser astrólogo para deducir que es la misma policía que se usará para reprimir al justicialismo si el gobierno cambia de signo el año que viene, como ya lo demostró Rodríguez Larreta en las puertas del hogar de CFK.
El hecho es tan escandaloso que hasta el club némesis de Gimnasia, Estudiantes, se solidarizó con su histórico rival. Una parte importante de la sociedad platense, y la abrumadora mayoría de su electorado, espera que el Poder Ejecutivo provincial termine con la impunidad de los malos policías. Y se comienza con los responsables políticos.
(*) El autor es el director de Agencia Paco Urondo