¿Existe el fascismo en Argentina?
Javier Milei sacó 30 puntos en las elecciones presidenciales y se desató el apocalipsis. Es lógico, se trata de un candidato que habla de un recorte del gasto público con motosierra y promueve la compra venta de órganos y de niños. ¿Ganará Milei? ¿Podrá llevar adelante su sulfurado programa?
Es sabido que una cosa es lo que un presidente quiere y otra lo que puede hacer. Milei quiere hacer una revolución conservadora, ¿tiene la base, la fuerza social para dar vuelta el Estado y la sociedad argentina como un guante?
Donald Trump y Jair Bolsonaro sí tienen un activismo fascista. Grupos organizados en suficiente cantidad como para intentar un golpe de Estado cuando ambos perdieron las elecciones. Que atentaban contra la vida de personas que ellos identificaban como izquierdistas. Según contaba Jorge Altamira en una entrevista reciente, Milei carece de esos grupos, o al menos no se han mostrado con la fuerza de Brasil o Estados Unidos. ¿Puede construirlos una vez que acceda al Poder Ejecutivo? Por lo pronto, ha dado un paso concreto en ese sentido. Su candidata a vicepresidenta, Victoria Villarruel, busca reconstruir el partido militar. A cambio, las fuerzas armadas van a tener que defender al posible presidente de la respuesta de los argentinos y argentinas a sus medidas de gobierno. Pero la pregunta va hacia algo menos institucional, grupos paramilitares a la usanza del ex presidente brasilero.
Existen dos visiones para responder esta pregunta. La de los líderes, que dice que sí, que desde el gobierno se puede crear todo. Que el peronismo lo creó Perón desde la presidencia o Néstor el kirchnerismo. La otra visión, la sociológica, es la que considera que existe una fuerza social, condiciones de organización y lucha que construyen un liderazgo que va a transformar la sociedad. En cada caso, la respuesta estará en algún lugar en el medio, dado que nadie inventa lo que no se puede inventar, pero las estructuras no hacen las revoluciones.
En el polo ideológico opuesto: ¿puede crear Milei un activismo fascista que sostenga su utopía libertaria? La Argentina se encuentra en una encrucijada dramática, que justifica esta pregunta. Se cumplen 40 años de democracia y los organismos de Derechos Humanos locales son un ejemplo para el mundo. Pero después de 4 décadas, las condiciones materiales de la clase trabajadora han empeorado y Occidente se encuentra en una crisis de todo tipo, en la que incluye una visión relativista, y por momentos mágica, de cómo resolver los problemas que atraviesa.
La mejor respuesta sobre un fascismo de base la escuché este viernes de un dirigente social del Gran La Plata. No existen en Argentina regimientos de vecinos fascistas como en Brasil y difícilmente aparezcan en el corto plazo. Lo que sí hay es mucha frustración en sectores de clase media y baja. Grupos como Los Copitos, u otros que protagonizaron los saqueos. Milei puede alentarlos, configurando un escenario de caos que pudiera justificar su gestión. Choferes enardecidos a los tiros en un piquete. O - Villarruel mediante - fuerzas armadas y de seguridad exoneradas. La vieja mano de obra desocupada.
Todo este escenario siempre y cuando el peronismo y las fuerzas democráticas no reaccionen y se hundan como la República de Weimar. Se requieren soluciones ya. En el plano político, terminar con el internismo, las vacilaciones de referentes importantes y el verticalismo sin línea que conduce al desastre. En el plano económico, la inflación galopante y además tener por fin una política de seguridad que implique un gobierno real de las policías.
El resultado de esta contienda aún está en nuestras manos.