Bono de navidad: el mano a mano sectorial

Por Nahuel Placanica

En un caluroso asado que tuvo lugar en el predio deportivo de la UOCRA en Esteban Echeverria, el dirigente de la construcción Gerardo Martínez anunció frente a unos mil delegados y activistas de la seccional capital la noticia del cobro de un bono salarial por $3500.

Esa misma semana, el sindicato de petroleros conducido por el moyanista Guillermo Pereyra acordó lo suyo con una gratificación salarial de $24.000 para sus trabajadores, que se liquidará en cuatro cobros. La noticia explica la sonrisa con la que el dirigente petrolero se paseaba el día miércoles por los ascensores del Ministerio de Trabajo, acompañado por el Secretario de Empleo, Matías Barroetaveña.

Para los trabajadores bancarios, la alegría en este fin de año fue doble. El sindicato conducido por Sergio Palazzo había acordado en marzo el pago de un plus salarial al que ahora se le suma una gratificación de $7500 para los trabajadores de las entidades bancarias privadas, que podría extenderse al ámbito financiero estatal.

En terreno pantanoso negocia la UOM, que continúa las conversaciones con su contraparte patronal a los fines de compensar lo que entienden fue una magra paritaria en 2014. El número que sondean rondaría los $3000.

En el gremialismo opositor, el sindicato de Camioneros presiona por conseguir un bono antes de fin de año, en lo que algunos no dudan en considerar casi un derecho adquirido por los trabajadores del sector. Las conversaciones oscilan entre los $4000 y $6000.

Con los anuncios de eximición parcial de ganancias realizados por la presidenta de la Nación, los ojos de la dirigencia sindical parecerían haberse corrido de lo “macro-estatal” para concentrarse en el mano a mano sectorial.