¿Qué sentido tiene la guerra de Vidal contra los docentes?
Por José Cornejo
“Vamos a convocar a 60 mil voluntarios para reemplazar a los docentes que no quieren dar clases”. La gobernadora María Eugenia Vidal piensa reemplazar a los maestros con cualquiera que se ponga a disposición e imponer una paritaria de 18%, en cómodas cuotas trimestrales. El argumento obvio del ejecutivo es que no hay plata. Pero según cálculos de SUTEBA, el aumento que se demanda son 10 mil millones de pesos, apenas un séptimo que la deuda que se le quiso condonar al Correo Nacional.
¿Puede ganar esta pulseada? Los docentes bonaerenses tienen una larga tradición de lucha y ya fueron timados por la gobernación en la paritaria anterior. Claro que la gobernación dispone de elementos extorsivos y anticonstitucionales, como descontar los días de paro. Medidas que ya ejerció durante 2016. Pero el año será un sinfín de medidas de fuerzas que deteriorará la educación provincial (algo que al macrismo no parece interesarle) e influirá en el estado de ánimo de los padres electores (algo que el macrismo debiera estar muy interesado).
La guerra que abre la gobernadora es un salto al vacío de los que el macrismo empieza a acostumbrar a la sociedad argentina. Con la singularidad que esta vez la protagoniza Vidal. ¿Por qué el Pro expone a su mejor carta en año electoral? En el terreno de las hipótesis, varias son plausibles a la vez, a saber:
1. Domesticar al conjunto del movimiento obrero organizado. La inflación se detendrá pulverizando (más) el salario de los trabajadores. La batalla docente se enmarca en la movilización que la CGT promueve.
2. A nivel bonaerense, mostrar una imagen de autoridad. Vidal rebotó sonoramente al intentar intervenir sobre la Policía provincial. No pudo contra los duros pero afirma que podrá contra los blandos.
3. La creciente interna del Pro. Muchos cuchichean sobre la caída sostenida de la imagen de Macri (caída perpendicular en febrero) y la nueva protección de amianto de la gobernadora. Vidal tuvo que afirmar mediáticamente que ella no se presentaría a presidente y que Mauricio debería renovar. Es posible que desde el Pro la hayan empujado a poner la carita en algún conflicto de envergadura.
Sin conflictos gremiales, febrero fue un mes duro para el oficialismo. Marzo tiene una agenda entretenida: 6 de marzo, movilización docente; 7 de marzo, movilización de la CGT (y declaración de CFK en Tribunales); 8 de marzo, movilización y paro de las mujeres; 13 de marzo, movilización por la Ley de Emergencia Social; 15 de marzo, ruidazo por el tarifazo y 24 de marzo, movilización por el aniversario del golpe de 1976.
Ojo, siempre puede pasar que los voluntarios no aparezcan y que Mariu aparezca ante las cámaras afirmando que vuelve “a foja cero”.