Trabajo dictó la conciliación obligatoria en AFIP
Exclusivo I El Ministerio de Trabajo dictó la conciliación obligatoria, por pedido de la AFIP, a raiz del conflicto que se viene llevando a cabo en el seno de la institución. Desde la Asociación del Empleados Fiscales e Ingresos Públicos (AEFIP) acataron la medida y lanzaron duras criticas contra Ricardo Echegaray.
El inicio de esta disuputa puede situarse alrededor del mes de agosto, cuando los trabajadores plantearon ante las autoridades del organismo una serie de reclamos entre los que figuraban: la negociación de la postergada carrera administrativa y el escalafón, el régimen de ingresos y la apertura de la paritaria salarial.
Por aquel entonces, se decidió declarar el estado de asamblea permanente en todas las dependencias de AFIP-DGI ya que el plazo acordado con el Ministerio de Trabajo para la resolución de los reclamos no habia sido cumplido por la Administración Federal de Ingresos Públicos.
Tras haber llevado a cabo una concetración en la sede central de la AFIP a comienzos de octubre, el gremio informó a través de un comunicado su decisión de pasar a un cuarto intermedio previendo que “ en el medio de la campaña electoral, pueda haber algunos pícaros que, con el afán de sacar alguna ventaja o rédito político, pretendan ubicarnos en las antípodas de la gestión de gobierno, cuando ocurre todo lo contrario; hemos acompañado desde el primer momento y lo seguiremos haciendo, este Proyecto Nacional y Popular”.
De esta manera, la negociaciones se retomaron en el mes de noviembre con la propuesta de los empleados de incluir “una suma fija para la totalidad de los trabajadores de la casa, generada con lo producido por la eliminación del Sipes y el incremento de la alícuota de la cuenta de Jerarquización, conforme a parámetros proporcionales, según lo recaudado por los trabajadores”.
El descontento y las tensiones continuaron hasta el mes de diciembre cuando desde la dirección de la AFIP se decide la modificación del horario de trabajo y atención al público. Según lo establecido por el articulo 167 del convenio colectivo de trabajo vigente, el horario no puede ser modificado sin consultar previamente a la organización gremial que nuclea a los empleados: “la AFIP fijará el horario oficial de labor de sus dependencias y asimismo, podrá implementar, vía reglamentación y con criterio restrictivo, jornadas especiales y/o reducidas de trabajo, atendiendo a características particulares de las funciones asignadas y/o de la modalidad de las prestaciones, previa consulta a la AEFIP”.
Ante esta situación, el gremio decretó el paro total de actividades para los dias 27,28,29 y 30 de este mes, sin concurrencia a los lugares de trabajo. Rapidamente, el Ministerio de Trabajo tomó cartas en el asunto y reunió a las partes en una mesa de diálogo, donde las autoridades ministeriales decidieron dictar la conciliación obligatoria.
Ricardo Echegaray salió al cruze de los trabajadores asegurando que perciben "las mejores remuneraciones de los trabajadores del Estado" y arrojó un manto de sospecha sobre los reclamos sosteniendo que "hay algo atrás”, calificando la actitud de los empleados de “desmesurada” y “desproporcionada”.
Desde la AEFIP respondieron las declaraciones del director de la AFIP a través de un comunicado, afirmando que “los niveles de sueldo existentes en la casa, tienen directa relación con el altísimo nivel profesional de nuestros compañeros y con el tipo de actividad que realizan, que tiene características únicas y especiales”.
Además, despejaron dudas sobre el supuesto trasfondo político del reclamo, al que muchos no dudaron en enmarcar dentro de las tensiones existentes entre la CGT y el gobierno nacional, afirmando “no está demás decir, que todos los trabajadores y trabajadoras han dado su esfuerzo, su capacidad y su entrega para lograr los resultados con los que la Administración luego se florea y que, nuestro gremio, y bien lo saben nuestros afiliados, ha apoyado a los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner, por entender que representan el camino hacia la inclusión de millones de argentinos y por tener firmes posturas ante el capital especulativo y los grupos monopólicos, tanto económicos como de la palabra”.