Franquismo: "Entre 1939 y 1950 se apropiaron 30 mil chicos"
Por Enrique de la Calle
AGENCIA PACO URONDO: En primer lugar, ¿cuántos crímenes se estima que se cometieron durante 40 años de dictadura franquista?
Carlos Slepoy: Si se habla en sentido restringido, contabilizando sólo asesinatos y desapariciones, en los años inmediatamente posteriores a la terminación de la guerra civil, entre los años 1939 y 1950, los datos verificados hacen ascender el número a unas 130.000 personas. En sentido más amplio, es decir, prisioneros, torturados, víctimas de trabajo esclavo, exiliados, etc., el número es incalculable y supera seguramente el millón de personas. A partir de los años 50 y hasta el final de la dictadura, 15 de junio de 1977 en que se celebran las primeras elecciones democráticas, las víctimas directas son varios miles de asesinados y decenas de miles de presos y torturados.
AGENCIA PACO URONDO: ¿En España, como en Argentina, tuvo lugar un plan sistemático de exterminio de personas?
CS: El franquismo, con el apoyo del nazismo alemán y el fascismo italiano con los cuales compartía intereses e ideología, se sublevó contra el gobierno legítimo de la Republica con la proclamada intención de erradicar de la Nación española a todos aquellos grupos humanos – políticos, sociales, culturales, etc. – que se oponían al modelo de Estado nacional -católico que pretendía establecer y finalmente implantó.
Estos grupos estaban constituidos por cientos de miles de personas que fueron eliminadas en forma sistemática, participaran o no en la guerra civil. Son innumerables las matanzas producidas en amplias zonas de Galicia, Aragón, el País Vasco, Andalucía, la actual Castilla-León, la provincia de Cáceres, las islas Baleares y Canarias, entre otras, que fueron tomadas sin que hubiera apenas resistencia. El plan de exterminio se produjo primero en estos lugares y luego, a medida que el ejército sublevado fue ocupando más territorios, en el resto de España.
AGENCIA PACO URONDO: ¿Esos crímenes no pueden ser investigados por la Justicia española? ¿Por qué no funciona el principio de imprescriptibilidad de los delitos de lesa humanidad?
CS: Porque así lo ha decido la administración de justicia española, primero a través de una instancia inferior, la Audiencia Nacional, y luego a través del Tribunal supremo, máxima instancia judicial.
El Tribunal Supremo resolvió que estos crímenes no pueden ser investigados ni sus responsables perseguidos en España, con el argumento de que, en el momento de su comisión, los crímenes contra la humanidad no estaban contemplados en la legislación española – ahora si lo están – y por lo tanto que ni se podían aplicar retroactivamente ni podían ser declarados imprescriptibles, además de que, en todo caso, los autores de los mismos son beneficiarios de la ley de amnistía
Es una vergüenza lo que está ocurriendo con la justicia española. Pocos casos se registran en los que, por parte de una institución tan fundamental como es el Tribunal Supremo, se sancione la impunidad de este tipo de crímenes. Además, y como caso único en la historia moderna, ha llegado al colmo de procesar a un juez (Garzón) por defender los derechos humanos.
La justicia española y el Tribunal Supremo habían ganado mucho prestigio con el procesamiento y persecución internacional de militares chilenos y argentinos, la condena al marino argentino Scilingo o la detención de Pinochet, a los que había aplicado los principios que hoy niega. Ha sufrido una enorme involución. Su descrédito es mayúsculo. Ello se explica por la continuidad en las altas esferas del Estado, y de la justicia en particular, de importantes remanentes del franquismo y su actuación es posible porque se ha desarrollado una política deliberada, no para escuchar a las víctimas del franquismo y castigar a los criminales, sino para garantizar su impunidad.
AGENCIA PACO URONDO: Ahora la Justicia argentina aceptó investigar una serie de crímenes durante el franquismo. ¿Cómo analizás eso? ¿Qué posibilidades abre eso para que pueda avanzar en revisar lo ocurrido durante el franquismo?
CS: La querella argentina se fundamenta en el principio jurídico de justicia o jurisdicción universal. Conforme al mismo los tribunales de justicia de cualquier país del mundo tienen competencia para investigar crímenes contra la humanidad cometidos en cualquier otro, independientemente de la nacionalidad de víctimas y victimarios o el interés particular del Estado. Quien actúa lo hace en nombre y representación de la comunidad internacional.
Es el mismo principio que aplicó la administración de justicia española en relación con los crímenes cometidos en Argentina, Chile y otros países de América del Sur. Del mismo modo que las investigaciones llevadas a cabo desde España en su momento por el juez Garzón constituyeron un enorme estímulo para el fin de la impunidad en nuestros países confiamos en que la querella argentina cumpla igual objetivo.
La previsión es que se adopten distinto tipo de medidas, entre otras el dictado de órdenes internacionales de detención, tal como hizo Garzón en su día respecto de muchos responsables de crímenes en Argentina y Chile.
Hay que tener en cuenta que la querella argentina no se refiere solo a la época de la guerra civil y la inmediata posguerra sino que abarca toda la dictadura franquista: desde el 17 de julio de 1936 al 15 de junio del 1977. Hay muchísimos responsables que están vivos: ministros, torturadores, policías, gente que participó en asesinatos, apropiadores de niños… Y hay muchas pruebas.
El procedimiento está en marcha y nuestra vocación es que se los detenga y extradite a Argentina, para ser juzgado,s desde allí donde se los encuentre, incluida España por supuesto.
Obviamente contamos con que el gobierno español se va a negar a colaborar. Pero ello acreditará que no sólo se impide que puedan ser juzgados en España sino que también se pretende que no sean sometidos a la justicia en cualquier otro lugar. En definitiva, que se los protege. España se convertirá así en el único refugio con que cuenten los grandes criminales y quedará aún más en evidencia ante la comunidad internacional. Esta situación, además, estimulará a las víctimas en la lucha que están librando para terminar con la impunidad del franquismo.
AGENCIA PACO URONDO: Uno de los casos más impresionantes, tiene que ver con el secuestro y el cambio de identidad de muchos hijos de republicanos. ¿Podrías describirnos esa situación? ¿De cuántos chicos se estima que se trata? ¿Cuál es la situación de esos chicos (y de sus familias verdaderas)?
Garzón señaló en sus resoluciones que desde el comienzo de la guerra civil, y más específicamente una vez terminada ésta, y hasta 1.950 hubo más de 30.000 niños apropiados a través de un plan legalizado. Pero esta apropiación legalizada de hijos e hijas de mujeres republicanas presas se transformó luego en práctica sistemática hasta comienzos de los años 90. En esta segunda etapa con ánimo de lucro y aprovechando las instituciones y funcionarios del Estado que fueron autores, cómplices o encubridores de estos crímenes. Su número es incalculable. Hay quienes cifran en más de 150.000 los niños y las niñas robadas y con su identidad sustituida. No se sabe con certeza porque hay un ocultamiento absolutamente consciente y premeditado para que los hechos no sean investigados como la acción de una trama delictiva.
En Argentina fueron aproximadamente 500 los niños apropiados, en el Estado español son decenas de miles. Se privó a las niñas y niños de su identidad y se la sustituyó por la que le imprimieron los apropiadores. Se enmarcó en la deliberada política de exterminio de que antes hemos hablado. En este caso privando de sus hijos a los integrantes de aquellos grupos humanos que los represores estimaban nocivos para el nuevo Estado o nación que se proponían crear. La apropiación de niños y niñas por parte del Régimen franquista es una conducta típica del accionar genocida.
AGENCIA PACO URONDO: ¿La dictadura franquista implementó una lógica de represión basada en centros clandestinos, como ocurrió en Argentina?
CS: En realidad, España se convirtió en una inmensa cárcel. Decenas de miles de personas fueron recluidas en cárceles o campos de concentración, trabajando como esclavos durante años y, a muchísimas de ellas, las fusilaron o murieron de enfermedades. A las mujeres presas les arrancaban sus hijos cuando estos cumplían tres años y se las entregaban a sus familias de origen, si eran insospechables de tener las mismas ideas que la madre o, en su defecto, es decir en la mayoría de los casos, se los entregaba a familias franquistas o a instituciones del Estado, porque asi estaba establecido mediante decretos, es decir "legalmente" En definitiva, no eran necesarios centros clandestinos de detención como los que hubo en nuestros país, aunque probablemente también existieron. Todo se hacía públicamente a través de un sistema generalizado y masivo de terror.