"Lino Barañao tuvo absoluta responsabilidad en este plan destructor"
El grupo Ciencia y Técnica Argentina (CyTA) repudia la medida del Presidente Macri de eliminar el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva (MINCyT). Creado en 2007 por una decisión histórica de la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner que coronaba la política de promoción de la ciencia y la tecnología por parte del Estado Nacional para contribuir a un desarrollo económico independiente en un país soberano, el MINCyT fue actor principal en la expansión del sistema científico tecnológico experimentado hasta 2015 a través de numerosas medidas que incluyeron repatriación de científicos, construcción de 90.000 metros cuadrados de laboratorios, aumento progresivo de ingresantes a la carrera de investigador científico del Conicet (CIC), así como de becas, puestos de técnicos y administrativos.
Hoy la situación es diametralmente opuesta. Se redujo en un 50% el número de ingresantes a la CIC, los salarios y becas se encuentran en los niveles más bajos de la región, no se giran fondos para el funcionamiento de institutos y centros de investigación, se eliminó el plan nacional de infraestructura, ni la Anpcyt ni el Conicet cuentan con presupuesto para afrontar los pagos de subsidios de investigación y compras de equipamiento ya acordados, y se han suspendido las contrapartes de convenios internacionales. La reciente megadevaluación se ha llevado consigo el poder adquisitivo de los ya magros subsidios de investigación, sobre todo en las áreas experimentales en que la inmensa mayoría de insumos y equipamiento son importados y cotizan en dólares.
En declaraciones anteriores hemos advertido que la destrucción del sistema de CyT es coherente con la política económica del gobierno de Cambiemos. La indiscriminada apertura de la economía, la brutal transferencia de recursos a las empresas prestadoras de servicios que involucran tarifazos que destruyen a la pequeña y mediana empresa, la liberalización del mercado y fuga de capitales, el desmedido endeudamiento, el sometimiento a los planes de ajuste del FMI y el castigo a la educación pública en todos sus niveles son las claves para entender que para este gobierno el Estado y las universidades públicas son un estorbo y la ciencia y tecnología pueden ser prescindibles.
No podemos dejar de mencionar que el ministro José Lino Barañao y el presidente del Conicet Alejandro Ceccatto tuvieron absoluta responsabilidad en este plan destructor, que no abarca solamente al MINCyT y sus dependencias, sino que incluye el achicamiento de institutos tecnológicos como INTI e INTA, el estrangulamiento de empresas de tecnología como ARSAT, FAdeA e INVAP y la cancelación de proyectos de desarrollo tecnológico autónomo como Arsat-3 y una nueva central nuclear con tecnología CANDU, propiedad de NASA, que permite que empresas nacionales, sobre todo Pymes, sean proveedoras de partes. Lejos de defender a la ciencia y tecnología y a su capital más preciado, investigadores, becarios, técnicos y administrativos, Barañao y Ceccatto avalaron el ajuste, al mismo tiempo que emitían declaraciones que con cinismo descalificaban a los científicos y científicas de nuestro país.
También condenaremos, si ocurriera, la eliminación del Ministerio de Salud, hecho que podría ser leído como un absurdo chiste sino fuera parte de la triste realidad de este gobierno. Quizás se piense que los graves problemas de salud de nuestro país desaparecerían si se pulverizara el ministerio que se ocupaba de ellos. El Ministerio de Salud fue creado en 1949, en el gobierno de Perón, y ningún gobierno democrático posterior se atrevió a eliminarlo. Sólo la obsecuencia con el FMI y la certeza que tienen quienes nos gobiernan de que su propia salud está garantizada por la medicina privada y no por políticas públicas que lleguen a los más necesitados, podría llevar a un gobierno tomar una medida desquiciada como ésta.
Estas decisiones forman parte de un plan de achicamiento del Estado, con despidos masivos, que sólo cerrará con represión.
En un marco de creciente de resistencia social a las políticas del gobierno, como lo demuestran las masivas movilizaciones recientes en defensa del presupuesto propio a las Universidades y al sector Científico/Tecnológico, llamamos a la comunidad científica y tecnológica a manifestarse por todos los medios posibles sobre la actual situación del sector.
En definitiva, llamamos a unirnos a otras fuerzas populares para impedir que continúen avanzando las políticas implementados por el gobierno, de la mano del FMI, que conducen no solo a la destrucción de la educación pública y la investigación científico/tecnológica, sino a una masiva transferencia de recursos en perjuicio del pueblo, a favor de uno pocos.
* Miembros: Adrián Paenza; Alberto Kornblihtt; Ana Franchi; Andrea Gamarnik; Andrés Kreiner; Carolina Mera; Daniel Filmus; Diego Hurtado; Diego Tatian; Dora Barrancos; Eduardo Dvorkin; Emmanuel Alvarez Agis; Federico Robledo; Felix Requejo; Fernanda Beigel; Graciela Morgade; Hugo Aimar; Jorge Geffner; José Paruelo; Juan Pablo Paz; Luis Alberto Quevedo; Marcelo Ruiz; Marisa Herrera; Mirta Susana Iriondo; Noé Jitrik; Osvaldo Uchitel; Pablo Nuñez; Raquel Chan; Roberto Salvarezza; Rolando González-José; Sandra Carli.