Presentación: Del rigor de la ciencia; política(s) y relato(s)
Por Leandro Andrini
La historiadora Hilda Sabato, en septiembre de 2013, publicó en el diario La Nación un artículo titulado “La épica del relato llegó a la ciencia (historia sesgada)” con motivo del lanzamiento de un video institucional de CONICET en conmemoración de su 55 aniversario. Se vuelve relevante esta nota de opinión, porque promueve un debate pocas veces dado en torno a la historia de CONICET, aunque Hilda Sabato soslaye parte de esa historia, pese a su profesión y sobre las condiciones político–ideológicas inminentemente intrincadas en ese devenir histórico.
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En estos documentos, presentados a continuación –sin pretensión alguna de completitud o palabra final-, comprendemos al fenómeno mucho más desde las complejidades del universo de diferenciaciones políticas antes que de academicismos cuyo discurso instaura una verdad rubricada por “el” especialista. En El lugar de la enunciación me propongo interrogar e interrogarnos desde dónde y para quién hablamos. En Hípertextualidad recorro las maneras de citar–referir a las que se vio signado el artículo de Sabato, configurándose idearios y haciendo una nueva voz dentro de la voz de Sabato, más allá de las legítimas intenciones de la autora. En Del rigor de la ciencia (I) introduzco dos de las falacias desde donde el discurso de la historiadora pretende sostenerse, y siguiendo ello los idearios defendidos a través de su obra que, como bien Borges lo sugiriera, no es otra cosa que un recorte. En Del rigor de la ciencia (II) presento sintéticamente, a partir de la referencia a los documentos existentes, lo que fue la obra en ciencia y técnica del gobierno de Juan Domingo Perón, en la década del ’50. Y en Del rigor de la ciencia (III) bosquejo lo que ha sido el itinerario del CONICET desde 1955 a 2003.
Todo lector sabrá juzgar que queda pendiente la realización de una escritura sobre la contemporaneidad de lo político (en ciencia y tecnología), para observar qué ha sido de CONICET en particular en la última década (y del campo científico-técnico todo en general), cotejando con datos respecto de etapas anteriores y sostener las aseveraciones desde algunos principios externos a las suposiciones propias y opiniones, sin caer en un llano empirismo de lo numérico–cuantitativo, y exponiendo las críticas de las que es susceptible el sistema (desde nuestra perspectiva, por supuesto, que es político–ideológica al igual que la de Hilda Sabato).
Las Conclusiones son arbitrariamente parciales, como toda conclusión que involucre lo ideológico–político, con el objetivo de abrir terrenos de debate, por mucho soslayado en el campo popular sobre qué rol merecen la(s) ciencia(s) y la(s) tecnología(s) en políticas de Estado, o expresado desde la llanura del lenguaje de lo popular: en políticas del y para el pueblo.