Caso Lucas Cabello: "Estamos esperando que quede firme el fallo y vaya preso el policía que me arruinó la vida"
Por Diego Moneta / Foto Dani Moran
El 9 de noviembre de 2015 Lucas Cabello, de 20 años, salía de una panadería en La Boca. Tras una discusión, un oficial de la en ese entonces Policía Metropolitana le disparó en tres oportunidades, en presencia de su mujer y su hija. Otros testigos intentaron realizar la denuncia en la Comisaría 24 pero les fue negada esa posibilidad.
Lucas quedó internado en grave estado durante varios meses. Sin embargo, autoridades porteñas, en dos ocasiones, salieron a tratar de justificar el accionar policial. Primero fue María Eugenia Vidal, Vicejefa porteña y Gobernadora bonaerense electa, quien deslizó que “en origen era un caso de violencia de género”. Fue desmentida por la pareja del joven y por la Defensa Pública de la Ciudad.
Días más tarde, Guillermo Montenegro, ministro de Justicia y Seguridad, reafirmó la hipótesis desmentida y agregó que Lucas estaba armado, pero salieron a desmentirlo los abogados de la familia Cabello. Así se sumaba un nuevo hecho de violencia institucional en el historial de la fuerza de seguridad dependiente de la Ciudad de Buenos Aires y otra muestra más del cinismo Pro.
Luego de cuestionamientos al juez de la causa y de dos postergaciones, en abril y mayo, el 22 de agosto del año pasado inició el juicio oral. Tras los pedidos de la querella y la fiscalía, el 5 de diciembre el policía Ricardo Ayala fue condenado en primera instancia a 16 años de prisión por intento de homicidio agravado, en lo que fue una sentencia histórica.
AGENCIA PACO URONDO dialogó con Lucas Cabello sobre el proceso vivido en estos casi cinco años, a la espera de que la Cámara de Casación deje firme la sentencia.
APU: ¿Cómo analiza el recorrido judicial de estos casi cinco años?
Lucas Cabello: Yo durante estos cinco años he sufrido un montón. Sufrí bastante estando internado sin poder disfrutar de mi hija, y todavía la sigo pasando mal porque el día a día es muy difícil. Tengo poca movilidad, requiero ayuda permanentemente, y yo no tengo la culpa. Por discutir con un policía me tuve que comer un tiro en la cara, y cuando estaba tirado en el piso dos más, delante de mi hija. Esa persona no tiene corazón, ni alma debe tener.
Una vez que logramos fecha de juicio me lo suspendieron dos veces. Yo tenía fecha para febrero, después para abril, y la tercera fue el 22 de agosto. Para mí las cosas se hicieron bien, pero 15 o 16 audiencias para una persona que reconoce que disparó…no sé qué es lo que va a pedir. Se nos reía en la cara durante las audiencias. Yo soy víctima de gatillo fácil por el policía Ricardo Luis Gabriel Ayala. Un asesino, porque intentó matarme. La fiscal pidió 13 años por ser un chico joven que estaba estudiando. Yo también era un chico joven, que estaba estudiando y tenía una hija, y me dispararon igual. Si hubiera sido al revés yo ya estaría pudriéndome en cualquier cárcel.
APU: ¿De qué manera analiza puntualmente el fallo del 5 de diciembre?
LC: Los jueces lo condenaron a 16 años pero falta que Casación ponga firme la sentencia, que todavía no recibí ninguna noticia. Están de vacaciones y ya pasó un año desde que empezó el juicio. Él está en su casa lo más tranquilo y con eso sí estoy muy enojado.
La orden para abrir otra investigación y averiguar responsabilidad política y civil de las autoridades fue una de las cosas del fallo que se hicieron bien. Primero, hay que investigar a quienes eran los jefes de él, del primero al último. Hay que analizar a quien le hizo la pericia psicológica para portar un arma. Después a sus superiores, que lo protegieron, ya que vino la misma Metropolitana a llevárselo para esconderlo. También se llevaron a un chico para que declare en contra mía.
En su momento, cuando salieron a hablar Vidal y Montenegro, que estaban al lado de Mauricio Macri, me dio mucha bronca. Si bien ahora estoy separado, con la madre de mi hija siempre me llevé bien. Vidal salió a decir mentiras y ni siquiera he recibido un llamado para pedir disculpas. Nadie se acercó para ayudarme en nada. Tuve la suerte de tener una buena obra social. En el Hospital Argerich me salvaron la vida pero no me podían tener más de una semana porque no contaban con los elementos.
No sólo hay que investigar, sino que hay que escuchar y pensar antes de hablar. Vidal no puede hablar de violencia de género, porque en ese momento se estaban dando muchas marchas. Me dio mucha bronca cuando las escuché después de casi siete meses. Nadie me llamó para ofrecerme nada y todo lo conseguí por la obra social y las organizaciones del barrio. Hay que investigar a quienes participaron ese día y a quienes salieron a hablar después sobre mí.
APU: ¿Cómo vivió el apoyo de distintas personas y organizaciones del barrio?
LC: El apoyo fue fundamental. Por fotos veo que éramos más de 150 personas, desde el primer día hasta el último. Eso demuestra que no fui un pibe malo. Siempre defendí la cuadra donde trabajé cuidando coches. Son otras épocas de mi vida y ahora me tengo que acostumbrar. No sé dan una idea las ganas que tengo de salir a correr o de alzar a upa a mi hija, ya que cuando lo necesitó yo estaba internado. Yo estoy sufriendo los disparos que me provocó y él está en la casa, esperando para apelar a los 16 años que le dieron en fallo unánime. Yo no entiendo por qué no hay justicia. Nosotros festejamos la sentencia pero él todavía no está preso, sin saber si va a ir efectivamente porque Casación todavía no me avisó nada. Estamos esperando alguna novedad o algo para que pueda ir preso él que me arruinó la vida a mí, a mi familia y a mi hija. Es muy cruel la justicia porque no piensa en nadie.
APU: ¿Cómo se dio el proyecto para trabajar con Radio FM Riachuelo?
LC: Cuando terminó el juicio yo ya tenía algo hablado para empezar una columna deportiva y ese día me dieron el chaleco de prensa. La radio se sintoniza en el dial 100.9. Estoy haciendo especiales sobre jugadores, equipos, la selección y el último mundial. El viernes tengo preparado un informe sobre la final de la UEFA Champions League. Estoy haciendo lo que me gusta, en un lugar que me gusta. Ellos me acompañaron durante el juicio. Estoy contento de trabajar ahí y ser parte de esa gran familia que ayuda a mucha gente en el barrio. También les agradezco a ustedes a la AGENCIA PACO URONDO, por el acompañamiento que realizaron durante el juicio.