Chin! Chin! No hay transición sino provocación
Por Esteban Rodríguez Alzueta*
No hay transición. En materia de seguridad no hay transición, sino una provocación tras otra. Parece que la ministra de seguridad, Patricia Bullrich, está muy encolumnada a Marquitos Peña y se dispone a subir las apuestas. ¡Alguien tiene que ocupar el lugar que dejará vacante Lilita Carrió! De modo que no hay pipa de la paz y, según parece, a juzgar por las declaraciones de la ministra, tampoco lo habrá después. Parece que la ministra se fue de gira. Nadie se va de vacaciones un mes antes de entregar el gobierno. De modo que el viaje tiene otros objetivos, imaginamos que personales, pero también gubernamentales o, mejor dicho, conspirativos. Por un lado, sospechamos que Bullrich estará buscando trabajo, como tantos otros funcionarios macristas. Los cuarteles de invierno del funcionariado de Cambiemos serán las empresas o las fundaciones con abyectas o dudosas intenciones, no solo en el país sino en la región. Ahora está en los Estados Unidos y después partirá hacia Israel.
En Estados Unidos se reunió Vladímir Voronkov, secretario general adjunto de la Oficina de Lucha Contra el Terrorismo de las Naciones Unidas, dicen que para discutir supuestamente una agenda de terrorismo y violencia extrema. Más aún, sus operadores dejaron trascender que al parecer se reuniría también con autoridades de la CIA para conversar sobre la misma agenda. Resulta llamativo que un funcionario saliente asuma este tipo de tareas en plena transición, asumiendo compromisos que tienen fecha de vencimiento y muy rápido. Salvo que el viaje tenga otros oscuros intereses. Tenemos sospechas para pensar esto, más aún de una funcionaria que tuvo línea directa con la Embajada de los Estados Unidos, y es una asidua visitante de esa embajada, mucho antes de que Macri llegara al gobierno. También se sacó una foto con un imitador de Batman, un argentino que seguramente se fue a hacer la américa y terminó haciendo de payaso por la calles del Time Square de New York. Juntos cantaron “vamos a volver!”. Al lado de la ministra estaba Daniel Angelici, presidente de Boca y operador en la justicia federal.
En cuanto a Israel, parece que la ministra iría acompañada por el secretario de Seguridad, Gerardo Milman y por su marido, Guillermo Yanco, otro lobista del gobierno de Benjamin Netanyahu. Todos se reunirán con el secretario de seguridad de ese país. La excusa es la compra de los drones que sobrevolaran las fronteras del norte que anunció días atrás. Dudamos que la visita –lobeada por Montoto- sea meramente comercial.
Y como si fuera poco nos enteramos de algunas provocaciones locales. Por un lado, el partido Republicanos, creado por Patricia Bullrich, organizó clases para aprender a usar armas de fuego letal en el Tiro Federal. Dicen que la última “clase de tiro republicana” tenía un costo de 1250 pesos e incluía instructor, arma y municiones. Según Alan Link, dirigente de ese espacio, “los liberales creemos en la necesidad de que el Estado garantice el derecho a la legítima defensa y para que esto pueda ser ejercitado hace falta que los ciudadanos sean por un lado idóneos a la hora de defenderse y por supuesto que cumplan con todos los trámites pertinentes para ser legítimos usuarios”.
La última provocación es la despedida a Bullrich anunciada para el 28 de noviembre en Recoleta. Al parecer un grupo de funcionarios del Ministerio de Seguridad, están organizando una marcha para despedir a la ministra, con el slogan “Gracias Pato, la mejor ministra de seguridad de la historia”. Uno de los convocantes es el ex titular del Instituto Nacional del Vino y ex diputado nacional, el mendocino Enrique Thomas, que se desempeña como secretario de Gestión Federal de la Seguridad del ministerio de Patricia. No faltará vino en el brindis y, sospechamos, que la ministra hará muchos chin-chin!
*Docente e investigador de la Universidad Nacional de Quilmes. Director del LESyC y la revista Cuestiones Criminales. Autor entre otros libros de Temor y control; La máquina de la inseguridad y Vecinocracia: olfato social y linchamientos.