Claudio “Pocho” Lepratti: víctima de la represión del 2001 y hombre de las profundidades

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EL RECUERDO DE LA CRISIS DEL 2001

Claudio “Pocho” Lepratti: víctima de la represión del 2001 y hombre de las profundidades

30 Diciembre 2024

El 19 de diciembre se cumplieron veintitrés años del asesinato del joven dirigente territorial Claudio “Pocho” Leprattii, popularizado como “el ángel de la bicicleta” por la canción que compuso el músico León Gieco.

Sin embargo, Pocho es mucho más que el protagonista de una canción. Es un símbolo de la resistencia y la organización contra el neoliberalismo. Sus valores de solidaridad y empatía contrastaban con el individualismo y la meritocracia propias del sistema imperante en aquella etapa y que hoy vuelve a nuestro país de la mano de Javier Milei.

Lepratti tenía 35 años cuando lo mataron. Nació el 27 de febrero de 1966 en Concepción del Uruguay, Entre Ríos, estudió abogacía en la ciudad de Santa Fe y dedicó la última década de su vida a la militancia los barrios populares de Rosario y la Asociación Trabajadores del Estado (ATE).

El militante popular llegó a la ciudad después de haber dejado la carrera de seminarista en el Instituto Salesiano de Funes. Primero pasó por Empalme Graneros y luego se hizo una casilla en barrio Ludueña, donde cultivó una relación larga y estrecha con el padre Edgardo Montaldo.

El 19 de diciembre del año 2001 Pocho Lepratti fue asesinado impunemente por un grupo de policías entre los cuales se encontraba Esteban Velázquez. “¡Dejen de tirar, hijos de puta!”, gritó el militante social desde el techo de la Escuela 756 “José M. Serrano”. En ese momento trabajaba como auxiliar de cocina en el barrio Las Flores y subió alarmado cuando escuchó los disparos que realizaban las fuerzas provinciales en el fondo del establecimiento.

Lepratti quiso proteger a los chicos que estaban comiendo adentro del edificio, pero recibió un escopetazo en el cuello y murió desangrado. Después los policías abrieron fuego de nuevo contra el patrullero en el que circulaban e intentaron simular un enfrentamiento, según la investigación judicial sobre el homicidio en Rosario.

La causa

El agente policial Esteban Velásquez fue procesado y condenado a 14 años de prisión por el juez Ernesto Genesio. Se le acreditó su responsabilidad por el delito de homicidio agravado por el uso de arma. El estado provincial de Santa Fe tuvo que resarcir económicamente a los familiares de la víctima por los daños y perjuicios causados. 

Los acusados dijeron que habían abierto fuego porque los atacaron a balazos desde el techo de la escuela. El patrullero tenía efectivamente marcas de balazos pero todos habían sido realizados a nivel del suelo. Fueron condenados también otros cinco policías (Marcelo Arrúa, Rubén Pérez, Daniel Braza, Roberto De la Torre y Carlos Alberto de Souza) por falsedad ideológica y encubrimiento agravado, ya que balearon y destruyeron el patrullero para simular un ataque y alegar que actuaron en su defensa.

Sin embargo, el culpable principal del homicidio de Pocho, Esteban Velázquez, actualmente goza del beneficio de libertad condicional desde el año 2011 en su ciudad natal Arroyo Seco. El efectivo cumplió prisión efectiva durante nueve años y cuatro meses, siempre se ha declarado inocente.

Carlos Núñez, referente de la biblioteca Pocho Lepratti, de la ciudad de Rosario, habló con AGENCIA PACO URONDO  y aportó algunas reflexiones en torno a la figura del recordado militante popular. “Pocho vive en nosotros cada día y todos los días. Era una persona que escuchaba mucho y acompañaba siempre", contó. 

En relación a la impunidad en el caso de Pocho y de tantos otros asesinados en diciembre de 2001 Carlos expresó: “Pocho también es una muestra de cómo esta sociedad sigue permitiendo la impunidad, porque junto con él y los treinta y nueve asesinados en la represión de diciembre de 2001 siguen clamando por justicia. No hubo condenados políticos ni tampoco materiales. Tampoco pagaron quienes impulsaron un plan económico de hambre que ahora vuelve a implementarse con este gobierno nacional”.

Del mismo modo Carlos compartió una poesía que se encuentra en el libro “Pocho Vive”.

La autora María del Carmen Vitullo escribió un poema para Pocho que dice así:

“Yo no conocía a Pocho, su cara salvo después en las fotografías, no conocí a su padre, ni a los chicos, ni al Milton, pero si conozco el barrio, la gente de ese barrio

barrio donde todos dicen que Pocho se fue al cielo, cosa que no pongo en duda

porque si el cielo es un premio, él se lo merecía, más que nadie

pero yo pienso que en realidad el Pocho era un hombre de las profundidades,

no le eran ajenas ni la miseria, ni el dolor, ni el hambre, ni la impotencia y el silencio,

se embarraba las zapatillas, se embadurnaba de cal para pintar las piecitas y eso es profundo,

todos los días se ensuciaba cocinando y sirviendo, por eso chicos el Pocho se fue a lo profundo,

se llenó del más profundo amor, corre entre el cielo y la tierra para demostrarnos que todavía vivir juntos es posible…”.