Leandro Monk: "Las aplicaciones recolectan toda la información de nuestros teléfonos"
Por Enrique de la Calle
AGENCIA PACO URONDO: ¿Qué cedemos a WhatsApp si aceptamos sus "condiciones de uso"?
Leandro Monk: En los nuevos términos y condiciones, lo que hace WhatsApp es blanquear lo que hace de facto. Concretamente, que es una empresa de Facebook y, por lo tanto, los datos se comparten entre todas las empresas del grupo. Estas condiciones, entiendo, tienen que ver con una burocracia de blanqueo de lo que hace hoy porque todas pertenecen al mismo holding empresario.
APU: ¿Qué pueden hacer usuarias y usuarios para evitar o controlar algo sobre ese acceso de las aplicaciones?
L. M.: Desde mi punto de vista, lo que tenemos que hacer entre todos y todas es apropiarnos de nuestra informática y empezar a usar redes de pares, servicios descentralizados y federados, entre otros. Es decir, utilizar varias arquitecturas de sistemas que ya están disponibles, aunque lamentablemente todavía con algún grado de desarrollo menor. Entonces, lo primero que tenemos que hacer es dejar de usar esas aplicaciones y, sobre todo, dejar de utilizar softwares cerrados o privativos porque ambas cosas son un cóctel explosivo. Hay que tener en cuenta que con los softwares de fuente cerrada no tenemos posibilidad de saber lo que hacen y, asimismo, que la recolección de datos de manera masiva habilita la posibilidad de vigilancia masiva. A mi entender, entonces, hay dos partes para desarmar: por un lado, la utilización del software libre. Y, por el otro, la implementación de servicios que no recolectan datos o que solo recolectan datos necesarios.
APU: ¿A cuánta información personal acceden actualmente las aplicaciones masivas como Facebook, Instagram o WhatsApp?
L. M.: Más que a cuántas, yo diría que a toda la información que tenemos en nuestros dispositivos. Es decir, estas aplicaciones que tenemos en el teléfono, en la mayoría de los casos, son muy masivas y recolectan datos de todo tipo: audios, el tráfico que circula a través de un dispositivo, información georreferenciada y prácticamente todos los contactos que tenemos en nuestros teléfonos. En otras palabras, básicamente tienen acceso a todos nuestros datos.
APU: ¿Las aplicaciones alternativas como Telegram son muy diferentes?
L. M.: Telegram no es muy diferente en sí misma, pero podría decirse que es menos intrusiva que WhatsApp. Lo relevante es que tiene un protocolo definido que es abierto, el servidor no está abierto y el cliente maneja un software libre. En otras palabras, tiene una política un poco más abierta que si bien no es la deseable, es un poco mejor o es menos malo. Más allá de estas aplicaciones, hay que tener en cuenta que existen otras alternativas que son realmente diferentes y están disponibles.
Además del software, acá también hay otro tema que va en paralelo y que es el de los servicios. Respecto a estos últimos, existen varios que respetan y se preocupan por la privacidad de los usuarios y las usuarias como por ejemplo: Diáspora, Mastodon o el servicio de correo de ProtonMail. Después, hay sistemas descentralizados, un poco más rudimentarios, donde se puede interactuar sin centralización como Itorrent y todo ese tipo de redes descentralizadas y están disponibles para intercambiar datos.
APU: ¿Existen experiencias en algún país donde se piense alguna forma de control público sobre esas aplicaciones masivas?
L. M.: Entiendo que hay alguna propuesta por parte de Inglaterra de crear una suerte de ente ciudadano multipartito que vele por la información de las ciudadanas y ciudadanos, y que sea a quien le deleguemos la capacidad de brindar o no determinado tipo de datos. Creo, sí, que es una tarea pendiente de los Estados y las instancias supranacionales ponerse de acuerdo respecto a generar protocolos descentralizados, donde nadie pueda tener preponderancia de datos que, en general, no son los modelos que tenemos hoy en la tecnología reinante.