Ernesto Resnik: "Tener la vacuna a un año de iniciarse la pandemia es motivo de felicidad y orgullo científico"
Por Martín Massad
Desde Minnessota, Estados Unidos, el biólogo molecular y biotecnólogo Ernesto Resnik dialogó con AGENCIA PACO URONDO RADIO sobre las vacunas y el balance del tratamiento de la pandemia.
AGENCIA PACO URONDO: ¿Cómo está la situación en Estados Unidos?
Ernesto Resnik: Acá donde resido, en la zona norte de Estados Unidos, la situación es desastrosa. Hay miles y miles de casos diarios, incluso hasta hubo un día en que hubo 8 mil casos en una población de cuatro millones de habitantes en todo el Estado. En estos momentos Minnesota tiene más muertos por millón que Argentina.
APU: A su entender, ¿considera que, en Estados Unidos, los contagios provocados por la apertura de clases en la universidad tuvieron repercusión en las personas más vulnerables?
E. R.: En Estados Unidos se produjo la tercera ola de contagios cuando volvieron las clases, hacia el mes de agosto o septiembre. Esto tiene que ver con el hecho de que durante el verano la gente estuvo afuera. Hay que tener en cuenta que aquí es muy habitual tener ciudades chicas con la universidad, de hecho muchas universidades fueron fundadas en ciudades chicas que giran económica y políticamente en torno a aquellas. En el verano, entonces, cuando los jóvenes volvieron a sus ciudades, muchos de ellos llevaron el virus a lugares donde no había, diseminándose por lugares donde no había tanta circulación. Otra cosa que ocurre es que si bien a los jóvenes no les pasa nada, el virus llega a la franja de personas de tercera edad, que son los más vulnerables.
APU: ¿Confía en la vacuna Rusa Sputnik V a pesar de no tener la tercera fase?
E. R.: En primer lugar, la vacuna rusa es muy parecida a muchas otras vacunas, específicamente a la AtraZeneca de Oxford, que sí publicaron los datos de fase 1 y 2, y parecían muy similares en resultados a desarrollar inmunidad respecto de otras vacunas. En segundo lugar, todas las vacunas utilizan el mismo componente activo, es decir, la misma proteína para desarrollar inmunidad, por lo que se espera que todas las vacunas sean esencialmente efectivas.
Sin embargo, por motivos políticos, a la vacuna rusa le piden más papeles que a ninguna otra, cuando lo cierto es que ni Pfizer, ni Moderna, ni ninguna otra ninguna publicó datos de fase 3. La única que publicó algunos datos de fase 3, y está en serios problemas por otros motivos, específicamente por haber desarrollado mal los estudios clínicos, es la de Astrazeneca. Oficialmente, la fase 3 sigue hasta el 2022 para todas las vacunas. En Argentina, entonces, se le pide la fase 3 porque es la vacuna que trajo el Gobierno, entonces se duda de su eficacia por que pareciera que prefieren que la situación esté peor antes que mejor. En síntesis, no hay nada que indique que esta vacuna rusa no sea igual que las demás.
Si efectivamente entre enero y febrero de 2021 habrá vacunas para 10 millones de personas en una población de 40 millones, donde hay tantos infectados, considero que es el comienzo de un alivio bastante grande.
APU: ¿Cuál su mayor duda en relación a la vacuna en cuestión?
E. R.: Mi duda es similar hacia todas las vacunas y tiene que ver con que la producción de las mismas no alcance para lo que se espera, se cree y se quiere. Por ejemplo, Estados Unidos va a vacunar alrededor de 20 millones de personas en una población de casi 400 millones para fin de este año. Para comienzos de año, el nuevo presidente electo Biden promete 100 millones para los cien primeros días, es decir, hasta marzo o abril. Esto representa proporcionalmente en Argentina a 10 a 15 millones de dosis.
Ahora, lo que estamos viendo es que todas las empresas que prometieron cientos de millones de dosis para fin de año no llegaron, ni Moderna ni Pfizer. Tal vez AstraZeneca complete la producción, pero tiene todavía dificultades con los estudios clínicos.
La producción de estas vacunas es biológica, no se hacen en una máquina. Se realizan es un sistema biológico, son células crecidas en biorreactores que tienen que producir el material para la vacuna. Esto no es fácil de escalar en grandes cantidades y a veces surgen problemas. Ojalá, entonces, se consigan las dosis para esas 10 millones de personas, lo que luego se completaría con las otras, y en ese caso, si se llega a vacunar esta cantidad en los dos primeros meses, esto sería una situación óptima.
APU: ¿Cómo analiza la importancia de que existan vacunas en el año en que se inició la pandemia?
E. R.: Es la gran noticia dentro de un año oscuro. Se desarrollaron varias vacunas, muy rápido, casi todas sin problemas. Una de las cosas importantes de las vacunas es que todo tiene que salir bien para que salga medianamente rápido. Esta vacuna rusa salió ultrarápido por las condiciones, por todo el esfuerzo que se puo. Simplemente tener la posibilidad de una vacuna a menos de un año de empezar la pandemia es una gran noticia, es motivo de felicidad y de orgullo científico.
APU: ¿Cómo considera que actuó el gobierno argentino en relación a la pandemia?
E. R.: A mi entender, el tratamiento de la pandemia empezó bien, aunque luego se fue de cauce y terminó mal. Personalmente, estoy en desacuerdo con respecto a las causas de por qué salió mal. En muy pocos países en el mundo las decisiones de cómo tratar la pandemia fueron tan boicoteadas por una oposición política. El hecho de que Juntos por el Cambio no se haga cargo del drama de la pandemia argentina tiene que ver con la destrucción de la cuarentena inicial, que debió ser de dos o más meses de cuarentena dura y estricta, donde el nivel de circulación del virus hubiera bajado muchísimo, pero esto no ocurrió. Cuando todo esto termine, podremos estudiar, de forma sociológica y epidemiológica, por qué ocurrió esto en los pueblos latinoamericanos de no poder cumplir una cuarentena estricta. Esto tiene que ver con la falta de vuelo político y el boicot que le hizo la oposición a la cuarentena y al tratamiento de pandemia, que, inclusive, cuestiona la posible solución que traerían las vacunas.
No existe en el mundo una cuarentena donde se entre con pocos casos y se salga con muchísimos. Los dos únicos lugares donde se inició la cuarentena anticipadamente y se salió peor fueron Estados Unidos donde la ruptura de la cuarentena en distintos Estados provino del gobierno de Trump y en Argentina por el boicot de la oposición. Argentina hizo varias cosas bien, entre ellas el hecho de que el sistema de salud aguantara oportunamente, lo que evitó muchas muertes innecesarias. Pensemos que la ciudad número uno del mundo, Nueva York, tuvo más de 25 mil muertos por el desborde del sistema de salud. Esto es una muestra de lo que podría haber pasado si la cuarentena no hubiera sido efectiva, por lo menos al comienzo, para dar tiempo a tomar ciertas medidas.
APU: ¿Cree fundamental que llegue la vacuna antes del otoño- invierno en Argentina?
E. R.: Creo que sí porque las segundas olas de contagios existen en todos lados por la realidad epidemiológica. Si el virus no se elimina del todo y continúa circulando en el lugar, como pasó en China o Australia, cuando la gente se empiece a meter adentro, vuelvan a las escuelas y las reuniones en lugares cerrados, necesariamente volverán a incrementarse los contagios e iniciarse una segunda ola. Por eso, si llegamos a marzo con los 10 millones de vacunados, más los que ya se contagiaron naturalmente, considero que la segunda ola va a ser mucho menor.