“Archivos de Word”, cuentos de Romina Paula
Por Inés Busquets
Archivos de Word de Romina Paula, es una paleta cromática. Relatos desperdigados y unidos por un hilo conductor: el registro de una voz fresca, espontánea y precisa.
Archivos de distinta época entrelazados por factores comunes, o no, producto de una selección entre la autora y su editor, Francisco Garamona. En el prólogo la escritora señala: “Le buscamos una lógica interna. Terminé sintiendo que los ligaba algo así como una educación sentimental.”
Una miscelánea de textos producidos para diversos fines pero que logran una constelación particular.
Observaciones cotidianas muchas veces como disparadores para la imaginación. La mayoría son en primera persona, pero exceden lo autobiográfico, podrían no serlo. Sin embargo, el de Natalia, la hermana de Paula, es directo fortaleciendo la idea de que no hay eufemismos para la muerte.
También las referencias a su hermano son recurrentes, explicitas y expresivas.
Los cuentos de Paula llueven, se pegotean en la humedad, se congelan en la nieve, sufren de melancolía, de dolores de amor, de calor sofocante. Huelen a campo, a tierra mojada y a rosas amarillas. Son tierra firme, bosque pedregoso, rugosidad de montaña y transpiración de pasamanos de colectivo.
“Así funciona el pathos” como define en un relato.
Escenas verosímiles que siguen el curso normal de las cosas, hasta desviarse al estado contrario, al delirio, al lugar que fue la mente seguramente para huir del destino marcado, como en “Epifanía.”
Fuera de lo establecido todo puede pasar, la autora se da ese permiso. Se deja llevar y traspasa los límites como si se preguntara: ¿Qué pasaría si?: realmente desvío mi camino, digo lo que pienso, contesto lo que siento, hago lo que me nace; porque la hoja en blanco permite esa libertad y ella se abandona a transitarla sin miedo.
Archivos de Word es por momentos una vista panorámica del paisaje y sus contingencias, una suerte de extrañamiento y por otros, gozan de una certeza íntima, profunda, inapelable.
“Epifanía” abre el libro, el primer día de facultad puede derivar en un encuentro inesperado, puede cambiar el rumbo del destino: ¿Qué nos depara el día si nos corremos del ritmo habitual? ¿Qué pasa si nos movemos de ese plan que está programado para cada uno? ¿Hay otros mundos posibles?
“Pez mecedora/un blog” es un blog que la autora tuvo en el año 2006. Con mirada fotográfica, Romina Paula capta imágenes de momentos: un cumpleaños, un cine, la visita a los abuelos, discusiones, un almuerzo, meriendas, encuentros con diferentes personas. Ahonda en los vínculos, en los recuerdos. A través de estos escritos se accede al mundo interior de la autora, como ingresar a ese “frondoso jardín de los abuelos.” Hay clima, oralidad, símil al lenguaje radiofónico: música, sonidos, silencio. Destellos de automatismo, de pensamientos al azar, de deseos: “Por ahí sería lindo que llueva. que lloviera. junto al pasto y a una bicicleta, bajo un alero y oler la lluvia.” Sin mayúsculas, con la naturalidad y los recursos de Blog, de diario íntimo.
“Jade” es una historia de amor. Un presente, sin juzgamientos, ni aditivos, solo ese instante que significa la eternidad: “Esa fluidez me conmueve, hace que eso ahí sea todo nuestro, incluso la vida de cada una antes de acá, que es toda la vida entera, pero que al estar compartiendo este presente sin juzgar ni querer poseer, hace que todo esté ofrecido y se comparta, sin especular.”
“Gelatina” describe la importancia de la comunicación cuando hay crisis en el lenguaje. La capacidad de los gestos y la impotencia de no hacerse entender: “por aquél pequeño mal entendido, ese desajuste de mi cerebro.”
“Observaciones desde un invierno que no quiere ser primavera” son situaciones que surgen en la transición de estaciones. Una pandemia, otra, no la actual. Y “el ruido del otoño”, la celebración de la existencia de escritores contemporáneos en un momento de lectura. Un robo en el cruce de vías, un encuentro en un bar de Corrientes, el árbol de la casa de Adela y un frío punzante que hace pensar a la protagonista en el deseo y en el amor.
“Débora S.” es una historia desde la mirada infantil, el encuentro con el propio cuerpo, los primeros despertares y traiciones. El pasaje del amor platónico al real, la presencia del Eros en la transferencia. El amor universal. ¿Qué es el amor? ¿Proyección? ¿Correspondencia? : “Nadie que sea capaz de semejante traición puede enseñarme nada acerca de la disciplina del cuerpo y del juego.”
“Crayón amarillo” es el ingreso a la vida escolar. La bienvenida al sistema, a las normas, a las reglas y el primer rechazo, la primera vez con extraños.
“Ese techo de allá lo hizo mi papá” es una historia ajena atravesada por la crisis del 2001, amor, amistad y las distintas maneras de comunicar el dolor.
“Por ejemplo, la chica del pelo” es puro diálogo. A lo Platón, comprende un manifiesto sobre las diversas maneras de amar. La imagen, el deseo, el vínculo romántico, el encuentro fortuito, el amor de pareja y el de la amistad: “Si tuviera que nombrarte un tipo de vínculo ideal te diría la amistad. Ese es un estado de gracia para mí. Amistades de las buenas, ¿eh? Lo que pasa ahí es intransferible para mí, al vínculo romántico por ejemplo.” Extrañar a un amigo es sin dolor: “es un extrañar lindo, de querer y no de necesitar. Por alguna razón no puedo fundar un vínculo así en las parejas, por alguna razón donde hay sexo hay poder.”
“Natalia (se) muere (con broma póstuma y epilogo)” es un texto fuerte, sensible, referencial. La autora con nombre y apellido relata la muerte de su hermana. La última vez que la vio, el último desayuno, la última charla, la complicidad. Es impactante y desolador. Inexplicable como la misma ausencia. “El tiempo se me detiene y mis tripas entran en contracción.”
“Tilo” es la filosofía callejera, las charlas de bar y sus derivaciones. Las historias que se topan con una y se convierten también en revelaciones.
“No más que vos ni más que antes” es el poder de la palabra en las relaciones humanas. Un amor a la distancia, que lo sostiene el recuerdo, la urgencia por salir al encuentro aun dejando toda una vida construida; y esa función única y eficaz de las cartas de hablarse a sí mismo dirigiéndose a otra persona y nunca saber si esa carta va a llegar a destino. Otra vez la idea de extrañar pero esta vez con dolor, con el cuerpo entero: “Yo también te extraño a horrores por momentos, que raro extrañar a horrores. Pero es así, se ajusta, porque a veces la necesidad de ver al otro, de verte, se vuelve en serio dolorosa. “
Archivos de Word se lee experimentado lo que sucede, también con el cuerpo, con los sentidos, es entrar a un bosque lleno de árboles, mirarlos, elegirlos por especie, por nombre, por color, a veces pararse para sentirlos llorar y otras para refugiarse bajo su sombra.