Benjamín Naishtat: “El rol del Estado es garantizar la realización cultural de toda la sociedad como un derecho”

  • Imagen
    Benjamín Naishtat
APU ENTREVISTAS

Benjamín Naishtat: “El rol del Estado es garantizar la realización cultural de toda la sociedad como un derecho”

16 Junio 2024

El guionista y director de cine Benjamín Naishtat (Puan, Rojo, entre otras) conversó con AGENCIA PACO URONDO sobre su trayectoria y del momento especial que está atravesando el sector por las políticas (o su falta) llevadas adelante por el actual gobierno.

Agencia Paco Urondo: ¿Cómo empieza este modo de decir, en tu vida?

Benjamín Naishtat: Es un camino muy poco consciente, muy intuitivo. Siempre quise estudiar cine, a tener interés por él en la adolescencia y antes incluso, muy orgánicamente. Así que no es una decisión de “dedicarte a un modo de decir”, más bien es un acto de reflejo.

APU: Así arrancaste a hacer tus primeros bocetos.

B.N.: Iba mucho al cine y a los 11 años, entre mi papá y mi abuela me regalaron una cámara de vídeo y empecé a hacer cortos, con amigos de la primaria. Desde ahí fue muy automático el desarrollo de la vocación.

APU: Tenés una mirada muy crítica sobre la realidad política a través de tus películas, alcanza con nombrar a Rojo ¿Cómo trabajás la materia prima?

B.N.: Justo nombraste a Rojo, que es una película que tiene la hipótesis de que las omisiones y las decisiones no conscientes también son políticas. Con eso quiere decir que toda mirada es política y también que toda película es política. La tarea del espectador es advertirla cuando es menos evidente. Por ejemplo, hay una forma de ver el mundo, una toma de decisiones en los productos de las plataformas de los cuales dirías que no son políticas. Algunas series, no digo todas, son una especie de canto al conformismo y una reproducción de un modo de vida totalmente decadente. Nadie diría que son políticas, pero para mí lo son. Digo esto como para salir un poco de los rótulos de cine político: todo lo es, está en uno observar. 

Después, el cómo salir de la materia prima se da de formas curiosas. A veces, el comienzo de una idea de película puede ser el deseo de trabajar con un actor, como fue el caso de Puan, que compartíamos con María una especie de intuición de hacer algo con Marcelo Subiotto. Un libro que leés o una película que te dispara una nueva. Por supuesto que a veces es la memoria, la vida familiar. Yo diría que se van revelando los proyectos. Uno no los convoca, se presentan.

APU: ¿Cómo fue el proceso de Puan y esta situación un poco profética que sucedió con la película?

B.N.: Nos dicen mucho, por estos días, lo de profético y la realidad es que la película se escribió hace tiempo, cuatro años, y en otros contextos. En el que, sin embargo, si uno estaba atento más o menos al análisis aritmético y entendías la deuda que había tomado Caputo en su paso anterior por el ministerio y el muy mal arreglo que se hizo, el país era una bomba de tiempo. Ahora está explotando de una forma inesperada, con un gobierno anarcocapitalista que está destruyendo la idea de lo público, de lo común.

URL de Video remoto

Pero si no era esa explosión algo, de alguna manera, iba a colapsar nuestro orden porque estaba hipotecado el futuro a raíz de esta deuda. Y eso es lo que está en Puan, más que profético es como un análisis de datos. Que es una especie de telón de fondo en la película, no es el tema central ya que intenta hablar sobre la transmisión, la docencia, lo que es la academia en la Argentina.

APU: Hace poco te vimos en el debate de Senado por la ley Bases ¿Cómo ves la crisis actual, en qué punto estamos?

B.N.: No tengo algo muy agradable para decirles. La industria audiovisual está bastante diezmada, el INCAA está paralizado, no cumpliendo su rol primordial que es el del fomentar la industria audiovisual y es lo que hizo durante 80 años ininterrumpidamente hasta este gobierno. Esto afecta generando desempleo, desánimo en camadas de estudiantes de cine, que hay miles. Toca atravesar esto, luchar, denunciar. Por eso fui al Senado, a decir que la gestión no es idónea, que no están cumpliendo la ley de Cine, toda una serie de cosas de las que debería, más temprano que tarde, también ocuparse la Justicia. Llamar a derecho a los que están destruyendo el Instituto de Cine porque hay una ley vigente, del año 94.

Estamos en un proceso parecido al de los 90. Distinto también, pero de construcción de un nuevo sentido común donde se quiebran los lazos sociales, la posibilidad de tener proyectos productivos. En este país se ha vuelto difícil producir ya sea películas o zapatos, en una economía con precios en dólares y todo lo que ya sabemos. Me crié en los 90 que también fue una época dura, viví de cerca la dureza de esa economía. Toca estar activos, organizarse y demandar alternativas superadoras.

APU: ¿Cuál debería ser el rol del Estado en esta industria y en lo que es la Cultura en general?

B.N.: Es una muy buena pregunta. Creo que el rol del Estado es garantizar la realización cultural de toda la sociedad como un derecho. El derecho de acceso a la cultura es casi como el de la salud, la alimentación. Un ciudadano se realiza cuando tiene también una vida simbólica donde preguntarse cosas, representarse y generar sentido. El INCAA es un entramado dentro de lo que es ese derecho.

Después, realmente debería fomentarse espacios mediante leyes para la producción local, en el paradigma de las plataformas que están totalmente extranjerizadas. Como hicieron en Europa, que generaron leyes que garantizan cupos de producción, cuotas de pantalla, etcétera. Todo eso lo podemos hacer acá, con un poco de voluntad legislativa.

“Las omisiones y las decisiones no conscientes también son políticas”.

De hecho, se viene pidiendo hace años, incluso teniendo el “campo popular” mayoría en el Congreso, se ignoraron los proyectos de leyes que promovían la regulación de las plataformas y la financiación del fomento.

Debe dejar de ver la cultura como algo ornamental o un lugar donde se ubican a los amigos y tener una acción estratégica, como un campo de realización estratégico para generar una conciencia. Lo que digo es ambicioso, pero va en el sentido de lo que hizo Gilberto Gil en Brasil cuando fue ministro de Lula. En esos momentos inventó la bolsa cultura, la tarjeta cultura para los adolescentes, un programa que después se hizo en muchos países y también se iba a comenzar acá.

APU: Una vez comentaste que es falso que una película saca presupuesto, ya que la presentás en el exterior y te la compran; lo trae, es al revés.

B.N.: Hay mucha falacias y mucho desconocimiento de la dinámica económica de la industria audiovisual. La verdad es que se exporta mucho a todo tipo de mercado, de cine, de plataforma, de aerolíneas. También se genera trabajo cuando vienen a filmar acá, las plataformas, que lo pueden hacer porque hay un tejido de trabajadores que son de los mejores del mundo, pero que están a nivel porque hay fomento. Imposible que eso siga en el tiempo si no hay un tejido de trabajadores que se forman en un entramado de escuelas, todo un ecosistema donde el Estado es una especie de chispa disparadora, que ahora se ha apagado.

Es una industria virtuosa. Lo expuso muy bien Vanessa Ragone en el Senado con gráficos, comentando el carácter multiplicador de lo que es la inversión audiovisual. Sobran los datos, los informes de que es una industria que funciona. Funcionaba muy bien, hasta ahora.

APU: ¿Nos recomendás algunas películas que te parezcan imprescindibles o que hayas visto hace poco y quieras compartir?

B.N.: Con mucho gusto. Siempre recomiendo, sobre todo para aquellos jóvenes que no conocen, ver ciertas películas para este momento. Me parece que está bueno volver a ver Pizza, birra, faso; Bolivia. De los últimos tiempos, una alemana que se llama Toni Erdman. Y de Argentina, hay dos que me encantan, de dos directores tucumanos fantásticos que tenemos, que son Planta permanente y El motoarrebatador, creo que las dos están en CINEAR.